Una empresa de Jerez, investigada por espiar al fundador de Wikileaks

El director de UC Global, David Morales, fue detenido en septiembre tras la denuncia de Julian Assange, a quien custodió durante su encierro en Londres

Sede de UC Global en el Parque Empresarial de Jerez
Sede de UC Global en el Parque Empresarial de Jerez / Manuel Pascual
P.I./Efe

09 de octubre 2019 - 20:20

La empresa Undercover Global, que tuvo su origen en Puerto Real y ahora tiene su sede en una calle del parque empresarial Oeste de Jerez, está siendo investigada por supuesto espionaje al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, en la embajada ecuatoriana en Londres. Su director, David Morales, un ex infante de Marina con destino en San Fernando entre el año 91 y el 2008, fue detenido hace dos semanas en la sede de la empresa por orden del juez de la Audiencia José de la Mata y prestó declaración para, posteriormente, ser puesto en libertad, pero con la prohibición de salir del país.

UC Global se hizo cargo de la seguridad de Assange durante su encierro en la embajada por encargo del gobierno ecuatoriano de Rafael Correa, para el que la firma jerezana trabajaba asiduamente, tanto en su seguridad personal como la de su familia. Sin embargo, tras producirse una serie de filtraciones después de que Ecuador permitiera su detención por las autoridades británicas, Assange, cuyo abogado es el ex juez español Baltasar Garzón, concluyó que los trabajadores de Undercover habían actuado como agentes dobles pasándole información a la CIA. Assange es el enemigo número uno de la inteligencia americana tras la masiva filtración de documentos secretos a través de su portal.

En el auto de admisión a trámite de la querella contra Morales se afirma que la UC Global no sólo realizó esa tarea de agente doble dentro de la embajada de Ecuador sino que hizo seguimientos al abogado Baltasar Garzón durante un encuentro en Madrid con el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, en 2017.

Morales realizó un informe en inglés sobre las relaciones entre Correa y Pablo Iglesias

El auto llega más lejos y también investigará los motivos por los que UC Global elaboró un perfil del líder de Podemos, Pablo Iglesias, en inglés, en el que se detallaban sus relaciones con el líder opopulista ecuatoriano Correa. La noticia ha saltado en el mismo día en el que los ecuatorianos han tomado las calles en contra del que fue delfín de Correa, el actual presidente Lenin Moreno, por seguir las directirces del Fondo Monetario Internacional para conseguir un nuevo crédito. Correa y Moreno se encuentran ahora duramente enfrentados.

El auto, que está fechado el 7 de agosto y se ha hecho público al levantarse el secreto de las actuaciones, recoge los hechos denunciados en la querella, que relata los actos de espionaje que realizó esta empresa jerezana supuestamente a petición de Estados Unidos, y que comprendieron a Assange y las visitas que recibía en la sede diplomática, entre ellas la del congresista norteamericano Dana Rohrabacher.

El propietario de UC Global llegó incluso a pedir al personal de su empresa que robara el pañal de un bebé que visitaba "regularmente a Assange". Según la querella, el objetivo era hacer "una prueba de ADN con las heces del niño" para averiguar si era hijo de Assange, encargo que finalmente se frustró porque trabajadores de UC, casi todos ex militares como Morales, "alertaron a la madre para que el menor no volviera a la legación diplomática".

Respecto a Garzón, se asegura que se le hizo seguimiento por carretera cuando recibió a Correa en el aeropuerto de Madrid, el 13 de octubre de 2017, hasta la llegada de ambos al domicilio del exjuez. De Correa llegó también a elaborar un informe "detallado" de sus "conversaciones privadas en "su domicilio personal" en Bélgica, donde se instaló tras perder las elecciones, y que "muy probablemente tendría como destino Estados Unidos".

Esta empresa se hizo cargo de la seguridad en la embajada de Londres entre 2015 y mediados de 2018, periodo en el que Morales supuestamente "experimentó un incremento patrimonial notable", adquiriendo una nueva vivienda de "elevado valor" y "algunos coches de alta gama".

En un principio, la seguridad, que fue subcontratada a su empresa por la ecuatoriana Blue Cella, consistía en un circuito cerrado de cámaras sin sonido "a los únicos efectos de vigilar un posible acceso ilegítimo al inmueble". La investigación trata de dilucidar si es cierto que Morales extorsionaba a la responsable de seguridad de la embajada, Gabriela Páliz, pagándole 20.000 euros a cambio de que no hiciera "reportes negativos" sobre UC Global.

Tras varios viajes a Estados Unidos desde 2016, Morales constituyó una "pequeña unidad de trabajadores" en la sede de Jerez, que recibieron órdenes para "desarrollar una labor de recolección dentro de la embajada". Les pidió cambiar las cámaras e instalar una nuevas que grabaran el audio de las conversaciones, pero simulando morfológicamente que no tenían esa función y exigió que las habilitaran en streaming (sistema de acceso externo) para acceder a las grabaciones en tiempo real.

Las imágenes de Assange llegaban directamente desde Londres a Jerez

Pretendía con ello abrir dos canales en streaming para el acceso online, uno oficial para Ecuador y otro para "los amigos de Estados Unidos". También pidió colocar un micrófono en un extintor de la sala de reuniones de la embajada y otro en el baño de señoras, en el que Assange "mantenía reuniones".

De este modo fueron captadas reuniones con sus abogados, así como otras visitas, médicas y de diversa índole, y también reuniones de los agentes diplomáticos entre ellos y con la diplomacia de terceros países. Morales llegó incluso a conseguir tomar las huellas dactilares de Assange de un vaso, "sin conocerse el destino que se habría dado a esa información", además de recabar fotografías de visitantes de la embajada, de los que se llegó a fotocopiar sus documentos de identidad o se hicieron fotos a los dispositivos electrónicos que depositaban a la entrada.

El espionaje alcanzó incluso al Jefe del Servicio Nacional de Inteligencia de Ecuador, Rommy Vallejo, que visitó a Assange cuando se dilucidaba si podía salir de la embajada tras haber recibido la nacionalidad ecuatoriana y ser nombrado diplomático. El juez cree que estos hechos podrían ser constitutivos de delitos contra la intimidad y el secreto de las comunicaciones abogado-cliente, así como de blanqueo de capitales.

La conexión ecuatoriana y los problemas con los trabajadores

na entre los años 1991 y 2008, ha mostrado ser un hombre espabilado. Él mismo sitúa en Bosnia, en la misión de paz en el que participó el ejército español tras la guerra de los Balcanes, el descubrimiento del gran negocio que había detrás de las empresas de seguridad, un sector dominado principalmente por los americanos. Ahí empieza los contactos y, cuando deja la Marina, monta la empresa, primero con sede en Puerto Real. Se empieza a convertir casi en una oficina de empleo para sus ex compañeros del Ejército. Aunque en los primeros años la empresa no funciona mal, el gran salto lo da cuando inicia su relación con el presidente de Ecuador, Rafael Correa, que elige a la empresa española para que le lleve su seguridad personal. Esto sucede en 2012. Entre 2012 y 2017, momento en el que finaliza la relación con Correa, UC Global, según la investigación del periodista ecuatoriano Arturo Torres para Código Vidrio, habría podido facturar más de once millones de euros. Sólo por la seguriad de Julian Assange UC Global, según esta misma investigación, facturaría más de 84.000 euros mensuales. Aquí se incluye la seguridad de los presidentes de Ecuador, Rafael Correa y luego Lenin Moreno, sus familias, incluidas las hijas que residían en el extranjero, y la tarea de control en la embajada ecuatoriana en Londres con Assange dentro.

Pese a estas ganancias, las relaciones laborales han acabado siendo tensas. En una entrevista en El Mundo Morales aseguró que había denunciado al personal contratado (casi todos ex compañeros) por chantajear a la empresa amenazando con romper sus acuerdos de confidencialidad. Antes de ser denunciados, fueron despedidos. A este personal se atribuiría las filtraciones sobre Assange en la embajada, aunque tampoco descarta que haya podido ser el gobierno ecuatoriano que sucedió a Correa. El juez sospecha que los trabajadores lo único que hicieron fue cumplir órdenes. Aunque no siempre las cumplieron. Por contra, también hay trabajadores que han acabado denunciando a la empresa, una vez despedidos, aduciendo que durante parte del tiempo que estuvieron contratados ni siquiera fueron dados de alta en la Seguridad Social.

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