"Hay que estar encima, no puedes dejar la semilla e irte, hay que regar"

El fotógrafo jerezano Borja Luque continúa con su labor de recaudación de fondos y material fotográfico para HYPO, un taller de fotografía con sede en Gulu (Uganda) para víctimas de la guerra

El fotógrafo Borja Luque en su lugar de trabajo.
El fotógrafo Borja Luque en su lugar de trabajo.
E. Recio / Jerez

17 de agosto 2009 - 01:00

Aunque lleve trece años en el mundo de la fotografía, Borja Luque (Jerez, 1973) sigue considerándose un fotógrafo vocacional. Lleva tres años buscando fondos y material fotográfico para HYPO, un taller de fotografía en Gulu, Uganda, donde enseña una forma de ganarse la vida a niños víctimas de la guerra civil.

-¿Cuándo nace su afición por la fotografía?

-Siempre la he tenido, me regalaron mi primera cámara con nueve años y el regalo me volvió loco. No tuve una buena herramienta hasta que invertí un dinerillo en una camarita sencilla pero que me sirvió para empezar a buscarme la vida con la fotografía. Soy autodidacta. Estudié con cursos a distancia,leyendo revistas , libros y acudiendo a exposiciones. Hay que ver lo que hacen los demás.

-Ha sido profesor en cursos de fotografía en Jerez y Uganda, tiene colgado un tutorial en su web... ¿Está más cómodo enseñando o siendo enseñado?

-Me siento cómodo transmitiendo, no me guardo nada para mí. Procuro enseñar cada truco aprendido a mis alumnos, pero también me gusta aprender. Cada trabajo que llega es un nuevo reto y aprender es necesario para seguir enseñando.

-¿Cuál es el espíritu de HYPO?

-Alegrarles mientras se les da una herramienta. La intención es convertir esto en un oficio, no entretenerlos con una cámara que no van a tener. Un fotógrafo en África se busca la vida muy bien, si tienen una formación pueden llegar a trabajar en prensa. Tener cámaras allí es sembrar ojos en África. Quiero enseñarles a trabajar con el diafragma, la velocidad de obturación, que lleguen a ser buenos en el aspecto técnico.

-Hábleme de sus viajes con trasfondo solidario.

-Tenía muchas ganas de viajar con la cámara. Unos amigos estaban colaborando con el proyecto de Vicente Ferrer (fallecido recientemente) en La India y me propuse conocer a este señor y ver lo que hacía. Eso te marca. En los siguientes viajes me planteé hacer un trabajo fotográfico sobre un proyecto benéfico y donar el material a la ONG para que utilizasen las imágenes para su difusión, una forma de mostrar su trabajo en España. He estado con Enrique Figaredo en Camboya y Anna Gamazo me invitó a hacer un reportaje en Tanzania. Antes de Tanzania pasé de casualidad por Uganda y me topé con el proyecto con el que llevo peleando ya tres años, una escuela de fotografía dentro de HEALS, una ONG que trabaja con niños víctimas de la guerra civil que hubo en Uganda. Su fundadora, Jolly, es una chica ugandesa que sufrió durante la guerra y, tras trabajar en la ONG americana 'Invisible children', montó una en su ciudad. Gulu es una zona de mucho campo de refugiados, que hace casi frontera con donde están las milicias escondidas. En HEALS hacen actividades para entretener a los niños en sus ratos de ocio, ofrecerles una actividad y orientarlos en sus estudios. Hacen música, danzas tribales... Tienen un poco la labor de padrinos.

-¿Cómo acaba colaborando con ellos?

-Sus actividades eran parecidas al trabajo que hacía. Tenían un taller, me ofrecieron dar unas clases de fotografía y acepté encantado. Los niños eran bastante espabilados y seguían el nivel de lo que les contaba sobre composición, iluminación... Entonces me propuse llevarles mejor material. Tenían cámaras , sin carrete ni pilas, que les habían dado en su día los americanos y se habían quedado en un cajón.

- Vuelve a España y comienza a reunir material. ¿Tardó mucho?

-Fui a un ritmo muy bueno. En ese año conseguí tres o cuatro impresoras, quince o dieciséis cámaras manuales con varios objetivos, unos setecientos rollos de película de blanco y negro, papel fotográfico abundante y lo necesario para montar un laboratorio. La gente se volcó mucho. Sigo recibiendo cosas y estoy procurando volver a hacer un envío, pero busco fórmulas para que el Ministerio de Educación ugandés lo reconozca como donativo y lo deje entrar sin cargos. Parte del dinero se consigue a partir de las exposiciones benéficas, vendiendo fotos para sufragar gastos. Todo el tema económico ha salido de ahí, salvo unas ayudas de la fundación Ángel Monreal, lo demás han sido donativos materiales y he tenido que buscar la forma para que llegue, que es lo más complicado.

-Y volvió...

-Sí. Cuando regresé al año siguiente, dejé material, fabriqué un mobiliario y di un curso intensivo a un grupo de16 alumnos. No he vuelto, pero estoy en contacto permanente. El año pasado organicé una exposición benéfica con pintores y fotógrafos de Jerez y se recaudó un dinero para comprar ordenadores qu permitieran conectarme con ellos desde Europa y seguir su aprendizaje. Sigo en esa fase, porque en África todo va muy lento y la crisis les está afectando más que a nosotros. El centro pende de un hilo porque Jolly no puede afrontar los gastos. Quiero estabilizar el proyecto para tener un centro permanente financiado desde España. Es el siguiente paso.

-¿Cómo ve el futuro de HYPO?

-Estoy ilusionado, porque se me ha unido vía Internet Luis Arellano, un profesor de fotografía de Pamplona, y me ha dado energía para seguir. Dice que sus ideas son iguales a las mías y quiere participar, de hecho, vino con una furgoneta llena de material. Su intención es hacer un documental sobre el centro. Mi primera intención era oficializar HYPO, pero Jolly es reconocida en Uganda y es más viable hacer aquí una sucursal de HEALS para financiar aquello. Queremos montar una asociación sin ánimo de lucro. Buscamos una forma de financiación y se me ha ocurrido hacer una campaña para captar socios para financiar el seguimiento del proyecto, mantener el centro abierto y pagar el desplazamiento de los coordinadores para llevar material. Si consigo que vayan voluntarios a dar clases en inglés, estarían más interesados y activos. Hay que estar encima, en África no puedes dejar la semilla e irte,hay que regar.

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