A la espera del celo
EL CAMPERO
A pesar del buen hacer de los gestores cinegéticos, la temporada ha sido irregular; ahora se preparan para la cría
Los aficionados cazadores han colgado sus escopetas hasta la próxima temporada y ahora es tiempo de que los gestores de explotaciones cinegéticas hagan balance cruzando los datos con temporadas anteriores.
En general el resultado es desigual, y depende de las especies pero grosso modo se puede decir que la caza menor ha tenido resultados más flojos que la caza mayor.
Y es que la perdiz continúa afectada por las consecuencias del virus Bagaza -un flavivirus de procedencia africana y no detectado antes en Europa- que afectó a parte de la población de aves. A eso hay que sumar que ha sido una temporada floja para las aves migratorias, como la tórtola o el zorzal, por circunstancias indeterminadas.
La caza mayor, por su parte, ha mostrado mejores resultados. En concreto, especies como el corzo, han visto incrementado su número gracias a la buena gestión de los dueños de los cotos que continúan apoyando y reservando a esta especie. Las capturas de venado han tenido calidad y los resultados siguen en la línea de años anteriores, es decir, bien. En berrea y tras un año benigno, se han conseguido abatir trofeos más que aceptables. Otras especies como el gamo siguen aumentando de calidad aunque la Administración Andaluza se esté empeñando en que desaparezca.
Hechos los primeros números los gestores se enfrentan a un análisis en profundidad que se lleva a cabo en el mes que comienza la semana próxima, "el conteo" con el que se halla el índice de reproducción que tienen las perdices en la finca. Para ello se comparan los resultados del "conteo" antes de la cría con el "conteo" tras la cría. En el mismo sentido, los gestores aprovechan los muestreos para comprobar si lo animales están en buenas condiciones sanitarias y, en caso contrario, coger a tiempo la afección y erradicarla lo antes posible.
Una de las preocupaciones de este año es la escasez de agua y cómo puede perjudicar esa sequía, que muchos ya han anunciado, a la temporada de reproducción. En concreto, las perdices ya se están viendo afectadas, "es una especie a la que afecta cualquier situación que se salga de lo normal", explica el presidente de Asper, la Asociación en Defensa de la Perdiz Roja Autóctona, Gonzalo Domecq, quien continúa adelantando que estas aves ya deberían haber empezado su periodo de celo y no lo han hecho. Por supuesto, los gestores a pesar de esta eventualidad, continúan con sus labores de mejora del entorno para que las perdices se encuentren lo más cómodas posible en un periodo crucial, la cría. De este modo, los gestores disponen todos los medios para proporcionar a las perdices lo que la naturaleza no les da y siempre en equilibrio con las labores agrícolas y ganaderas. Los propietarios tratan de adecuar el manejo del ganado y la labranza con los sitios dónde van a anidar las perdices y tratan de que tengan refugios para hacerlos. Hay varios ejemplos de la buena sintonía entre la actividad agropecuaria y la cinegética, como el hecho de que los productores cosechen más tarde o cultiven más de un cultivo para que el animal tenga una mejor alimentación. En este mes también es tiempo de acondicionar refugios y para ello, los gestores ponen vegetación en los linderos, en los bordes y en los caminos y recuperan toda la vegetación que se haya visto dañada por los tractores o las máquinas para proporcionar refugios a estas aves. En definitiva, y como puntualiza Gonzalo Domecq: "La caza ha sido siempre una cosecha más del campo, aquel que hace una buena gestión durante todo el año obtiene mejores resultados", y por supuesto un mejor futuro para la explotación y las especies que la habitan. Este año el trabajo de los gestores ha sido bueno, los resultados dispares, pero siempre hay recompensa.
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