Un esperado proyecto que ya es una realidad
La labor de los sacerdotes Juan Carlos Durán y Antonio Sabido da a luz al Hogar San Juan para los más desfavorecidos
Juan Carlos Durán es sacerdote. Llegó por primera vez a Jerez hace más de una década, donde ejerció sus servicios durante tres años en el Hospital de San Juan Grande. El destino y las ganas de trabajar para los más necesitados lo llevó posteriormente a Badajoz, Sevilla y Málaga. Su última labor allí la desempeñó en un centro de acogida y en un centro psiquiátrico, como capellán.
Ocho años después ha vuelto. Señala que se ha encontrado una ciudad "con ganas de crecer", pero a la vez "con muchos problemas". Desde su regreso ha sido investido como miembro de la nueva congregación de los hermanos de la Misericordia y ha visto cumplido el sueño de poder sacar adelante, junto al hermano Antonio Sabido, un proyecto "de vida", como él lo define. Este proyecto tiene un nombre: Hogar San Juan. Enclavado en la antigua sede de las Hermanitas de los Pobres, en la calle Domecq, este centro de acogida no pretende ser un mero albergue al uso, donde los sin techo pasen la noche y se metan algo caliente en el estómago. "Nosotros no queríamos montar un comedor, ya que aunque es una buena respuesta, para eso están las Hijas de la Caridad. Tampoco queríamos montar un albergue de cien plazas, ni queremos trabajar con las personas sin hogar para luego tenerlas en la calle. Lo que queremos es que cuando venga alguien, seamos capaces de motivarles para que hagan un proceso de cambio en su vida", afirma el sacerdote.
Este proyecto, muy meditado desde hacía tiempo, ya lo había presentado a instancias superiores episcopales fuera de Jerez. Coincidiendo con su traslado a la ciudad y tras un encuentro con el obispo, José Mazuelos, en el que le informó sobre el trabajo que había estado desarrollando con personas sin hogar, drogadictos y ex convictos, Mazuelos le animó a desarrollarlo. Ese apoyo recibido desde el obispado y el conocer la realidad social de Jerez fueron los hechos que ayudaron a impulsar el proyecto del Hogar San Juan.
Pero, ¿qué es lo que espera encontrarse? Juan Carlos señala que, principalmente, personas que "sin estar todavía en la calle, son de la calle". Es decir, personas sin familia, sin apoyo económica y que van a salir de prisión en breve. La cercanía de Jerez con Puerto I, II y III hace pensar al sacerdote que éstas personas pueden ser las que reclamen más esta ayuda. La crisis, de la que el país no llega a salir, también va a provocar, según Juan Carlos, que haya un mayor número de jerezanos que se puedan quedar en la calle. "Todos los que llevan tres o cuatro meses sin pagar el alquiler de su casa porque tienen que comer; los que hayan consumido todas las ayudas posibles; los que hayan gastado todos los recursos guardados o los que ya han 'quemado' a sus familias porque están igual... Pienso que nos quedan dos años duros por pasar", afirma preocupado.
Juan Carlos también tiene claro que "no vamos a poder arreglarle la vida a la gente", pero sí pretende "que se nos pueda considerar y percibir como familias de esas personas que, además de no tener recursos, han dejado de ser familia de alguien por cualquier motivo". También tiene claro que lo más importante no será el dinero que puedan aportar -"daremos lo que nos den otros", indica- sino que el que llegue al hogar perciba "confianza, cercanía, acogida".
También quiere desmentir la idea "de que somos un maxi centro en el que lo vamos a arreglar todo", ya que, de momento, y a pesar de que poco a poco va a ir habiendo voluntarios, "somos dos gatos", indica.
Por ahora, el hogar San Juan está dando sus primeros pasos. "Estamos preparando la canastilla, -bromea -. "Ya hay gente alrededor. Hemos tenido reuniones con voluntarios para concretar la disponibilidad de cada uno. Habrá que hacer de todo. Desde seleccionar ropa para las duchas hasta tender. La casa además estaba vacía por completo, o sea que hay que ponerla en marcha en todos los sentidos, hacerla habitable. Y luego los recursos, porque hay que mantenerla en funcionamiento para que pueda dar respuesta". El apoyo de los jerezanos también será fundamental. Necesitan productos de higiene, ropa interior y alimentos, entre otras cosas. "Yo estoy ahora con la mano para arriba, tocando timbres", señala, y se congratula porque ya han recibido ayuda desde diferentes instituciones. Así, destaca la ayuda de un hotel de El Puerto que les han cedido treinta camas con sus colchones, almohadas y sus mantas. "Un regalo impresionante", afirma.
En cuanto al número de plazas, Juan Carlos no pone una cifra. "Vamos a empezar. Iremos respondiendo en la medida en que vayamos pudiendo. Que podemos a cinco, cinco, que diez, diez. No tenemos intención de ser un maxi hotel".
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