Más que una fábrica de botellas

Seguimos sin saber qué ocurre con Vicasa. Cuando un día parece que su cierre es inevitable, sale el ahora el consejero de Empleo, Antonio Fernández, mostrando abiertamente sus "esperanzas" en que la fábrica de botellas siga abierta. Este humilde cronista ya habló en otra sección de este medio, justo después de la gran manifestación, de la escasa transparencia de todo lo relacionado con Vicasa, una cuestión que salpica a todas las partes: la empresa aduciendo ¡en 2009! que cierra por la crisis del jerez, cuando más bien cabría hablar de la 'crisis de Zahav'; el Ayuntamiento rectificando a la carrera el acuerdo de recalificación del suelo de la fábrica de botellas -un tema que salió en plena negociación del PGOU, el cambio de color sobre plano, al parecer, no podía esperar en aras de la política- para luego comprobar que aun así, un año después la compañía dice que se va, mientras en la clase empresarial de Jerez -la que queda- va creciendo la sensación de que el Ayuntamiento de Jerez atiende a los inversores a la carta. Y mientras, la Junta callada. Hasta ahora, en que Fernández va poco a poco soltando carrete sobre este tema, y si en la edición de ayer decía que las partes deben volver a negociar, en la de hoy dice que tiene esperanzas... Y Fernández sabe de qué habla -como probablemente sabe por qué no fue a la manifestación- así que habrá que esperar nuevos acontecimientos en los próximos días.

Lo que sí es cierto es que la fábrica de botellas -Vicasa y Saint Gobain son muy posteriores- es víctima de la crisis del jerez y de la decadencia que desde hace décadas vive el sector... pero no del todo. Es cierto que ahí están dos de los hornos inactivos para atestiguarlo o la tremenda reducción en la plantilla que se ha producido respecto a, pongamos, los años 70 y que, como el cartonaje, los tapones o las artes gráficas nace como industria auxiliar de las bodegas de Jerez, pero Vicasa tiene planta en Sevilla y otras ciudades de España, que realizan, además de Jerez, parte de la producción de botellas que necesitan las bodegas del Marco. Estamos en un mundo en el que las botellas se pueden hacer, comprar -y vender- en cualquier parte. Creo que lo llaman globalización.