El flamenco y el vino

Jerez, tiempos pasados Historias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

El maridaje vino-flamenco es el más antiguo de todos. Donde había una reunión de cante y baile, allí estaban presentes, alegrando la fiesta, las botellas del vino de Jerez; siendo muchas de ellas etiquetadas con los retratos de las artistas flamencas, favoritas del público asistente al café cantante

El flamenco y el vino
El flamenco y el vino
Juan De La Plata

22 de mayo 2012 - 01:00

Ahora que tanto se habla de maridaje, habría que recordar que el primer maridaje que celebró el vino de Jerez fue con el arte flamenco, en sus más lejanos orígenes. Con el cante y el baile flamenco. Desde el primer día en que dos, o más amigos, se reunieron ante una botella de vino, para cantar, hacer palmas y darse una vueltecita por bulerías. Un maridaje realmente perfecto, el más antiguo de todos, que aún prevalece.

Los que hemos vivido intensa y profundamente el flamenco, desde siempre, recordamos como nunca faltaba el vino en aquellas reuniones, por muy modestas que fueran, donde el cante solía hacerse presente, bien que la fiesta surgiera en el tabanco, en una venta, o en un patio de vecinos. Y no digamos en las flamencas bodas gitanas, donde el vino se bebía no por botellas sino por cubos, y en cazo en vez de copa o de vaso; constituyendo en tan humilde continente de escanciamiento la más alegre y democrática fuente de participación popular.

Era tan evidente el binomio - o el maridaje, por decirlo con la palabra ahora puesta de moda -, del vino y el flamenco que muchas bodegas jerezanas no dudaron, allá por el siglo XIX, en utilizar láminas y fotografías de conocidas y destacadas artistas flamencas, de las que más triunfaban en los tablaos del café cantante, para etiquetar con sus efigies las botellas de sus mejores marcas. Las mismas botellas que luego se escanciarían a centenares en tantas y tantas juergas y reservados de los colmaos de la época.

Era un reclamo que se ofrecía a los aficionados al flamenco; a quienes se tenía, a finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, por los mayores consumidores de vino de Jerez. Como también lo sería, en su momento, a comienzos de la segunda mitad de la pasada centuria, acudir al flamenco para brindar una imagen costumbrista andaluza, en la publicidad institucional y genérica de los vinos jerezanos. Lo que haría acertadamente el Consejo Regulador de la Denominación de Origen "Jerez-Xérès.Sherry", en más de una ocasión.

Las flamencas más famosas que prestaron su imagen a las etiquetas de nuestros vinos fueron, principalmente, artistas jerezana como La Serrana, La Sordita, Juana Antúnez, y otras; especialmente las más bellas, destacando entre todas la célebre bailaora Juana la Macarrona, en la época de su mayor esplendor. Las demás, eran también bailaoras o cantaoras, mayormente de esta tierra; sirviendo para ello los retratos que les hiciera el acreditado fotógrafo de la calle Algarve Alberto del Castillo, el preferido por las flamencas de la época.

También serían litografiadas etiquetas con las imágenes de otras conocidas figuras femeninas del mundo flamenco andaluz, como Luisa la Coquinera, del Puerto, Lola la de Lucena, La Cuenca, Pepa de Oro La Macaca, La Agueda, Carmen de Rota, etc. La casa vinatera que más botellas etiquetó con semblantes de flamencas sería la de Sánchez Romate, seguida de otras bodegas de la época, ya desaparecidas. Como nos dice la historiadora del arte, la sanluqueña Ana Gómez Díaz, en su trabajo "La mujer flamenca en el etiquetado vinatero del Marco de Jerez" (en Revista de Flamencología, núm. 10.-Año 1999), "la presencia de los estereotipos propios del casticismo andalucista en la publicidad vinatera de la comarca de Jerez, y más concretamente en este conjunto de etiquetas flamencas, determinaron que este arte comercial viniera a reforzar la imagen pintoresca y diferencial de la Andalucía romántica"…

Ellas, las flamencas de las etiquetas vinícolas eran, se puede decir, las estrellas más populares de la época, dentro del mundo del espectáculo. Tan solo algunos ases de la torería les hacían la competencia. Los motivos flamencos y los taurinos, por otra parte, en láminas coloristas, bien dibujadas y mejor litografiadas, siempre fueron un atractivo para figurar en las etiquetas de los vinos de nuestra comarca. Y casi siempre, debido a ilustres pintores y dibujantes; entre ellos los célebres artistas sevillanos José García Ramos y Andrés Martínez de León, este último incluso autor de una serie de tarjetas publicitarias, dibujadas con fino estilo humorístico, para la firma Williams & Humbert, a mediados del pasado siglo. Y Sánchez Romate, volvería a vestir con sus mejores etiquetas flamencas, seis de sus más emblemáticos vinos, para celebrar la conmemoración de su segundo centenario el año de 1981.

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