Otro foco de vandalismo en el Agrimensor
Vecinos del barrio esperan desde enero a que Urbanismo derribe una casa expropiada para la construcción de una nueva carretera El inmueble ha sido desvalijado por gamberros
A los vecinos del barrio del Agrimensor se les abren nuevos frentes en su lucha por una convivencia tranquila y sin sobresaltos. Al inmueble abandonado reconvertido en vertedero de la calle Fernán Caballero y los bloques inacabados y sin entregar en la bajada de la calle Ronda de Muleros, se une un nuevo foco de "delincuencia y vandalismo. Aquí, en vez de mejor vamos a peor", reclama María de los Ángeles, una de las residentes que sufre la consecuencia de estas casas abandonadas.
Este nuevo foco de vandalismo está situado también en la calle Fernán Caballero y se trata de una vivienda expropiada por el Ayuntamiento el pasado 20 de enero debido a que "según nos ha comentado la vecina que ha sido reubicada, plantean hacer una nueva carretera para que la barriada tenga una mejor conexión", declara la residente antes de añadir que "todo lo que sea una mejora para la barriada nos alegra, lo que no puede ser es que desde hace ya dos meses el inmueble siga ahí abandonado. Una vez que los quinquis se han dado cuenta del abandono vienen a diario a desvalijar y llevarse lo que pueden, puertas, ventanas, cableado, rejas, bañera...".
Este deterioro se confirma a simple vista. El inmueble no tiene ventanas ni puertas y ha sido desvalijado por completo. El ir y venir de vándalos, o "personas amigas de lo ajeno", según los califica Manuela, otra vecina, ha hecho que "tengamos problemas en la calle. Esta vivienda está en la plaza donde juegan los niños del barrio y el otro día, sin ir más lejos, se estuvieron peleando dos personas por ver a quién le pertenecían las puertas o las ventanas. Los críos no deberían estar expuestos a estas cosas".
"El Ayuntamiento dijo a la vecina expropiada que si el 20 de enero dejaba las llaves, el mismo día 21 tendría las máquinas tirando la casa para que la historia no se repitiera. Pero todo se ha quedado en palabras", menciona María de los Ángeles. Esta historia cíclica a la que se refiere la vecina es el esqueleto de un inmueble abandonado desde hace más de cinco años al otro lado de la plaza y que los viandantes han convertido en un basurero vecinal. Este inmueble ha supuesto la llegada de okupas al barrio y un aumento de la preocupación de los vecinos, ya que en el caso de Manuela, que vive junto a este vertedero improvisado, "tengo que tener un cuidado tremendo. Es increíble la cantidad de ratas que pillo en mi patio, y vivo con el miedo constante a que alguien de un salto a mi balcón. Me tengo que pelear con la gente incívica que tira los desechos en el bloque, y es algo que a mí no me corresponde. Así no se puede vivir".
El último de los puntos conflictivos de este barrio situado en la zona Sur es una promoción de pisos sin entregar también al comienzo de la barriada. Manuela cuenta que "se ve que la constructora se quedó sin dinero a muy poco de terminar los bloques y no llegaron a dárselos a sus dueños. Estoy segura que hay gente que está pagando hipotecas de esas viviendas y es una pena lo que están haciendo con ellas. Vemos gamberros entrar y robar lo que pueden. Hemos visto como se han llevado las rejas, las bañeras, el cableado eléctrico... Vamos, todo lo que han podido".
Las vecinas no tienen ninguna queja de los servicios de seguridad, "los bomberos y los policías ya vienen aquí como por su casa, cada dos por tres. Los tenemos cansados, pero ellos hacen su trabajo, que termina en pasar los partes al Ayuntamiento. Nosotras invitamos a la alcaldesa o al delegado de Urbanismo a que se den un paseíto por el Agrimensor y vean en el peligro constante que viven nuestros hijos", narra María de los Ángeles. En concreto, según las residentes, el Consorcio de Bomberos ha actuado en el barrio del Agrimensor un total de ocho veces en lo que va de año.
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