Francisco Fernández García-Figueras. Psiquiatra

"Compartir el dolor es lo que te hace persona"

  • El psiquiatra y escritor jerezano presentará el 7 de junio, en la Academia San Dionisio, su libro 'Apuntes históricos de Jerez'

Francisco Fernández García-Figueras.

Francisco Fernández García-Figueras. / Manuel Aranda (Jerez)

Alguien le dijo una vez: "Yo sólo creo en Dios y en usted". Empezó a ejercer como psiquiatra en el año 1964 y se jubiló en 2004. Todavía hay pacientes antiguos que le siguen llamando para pedirle consejo. Muy buen estudiante, cuenta que José Cádiz Salvatierra lo tenía entre sus alumnos predilectos. Muy trabajador, padre de tres hijos, de los que dice que se siente orgulloso por que hayan sido universitarios, ha sido siempre un gran amante de la oratoria y con un gran sentido del humor. Este martes, 7 de junio, a dos días de cumplir 85 años, presentará, por fin, en la Academia San Dionisio 'Apuntes históricos de Jerez'.

Usted es un jerezano con una larga trayectoria profesional en la Medicina. ¿Pertenece a la saga de los llamados médicos humanistas?

Sí. Muy larga trayectoria. Nací en Jerez en 1937. Realicé mis estudios universitarios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid. Soy especialista en Psiquiatría y Neurología (Hospital Provincial de Madrid) y Neurofisiología Clínica (Fundación Jiménez Díaz) y desde 1964 comencé mi actividad profesional en Jerez.

Si, pertenezco a los llamados médicos humanistas. Y es que siempre me he interesado por la cultura universal. He sido ayudante de dirección de Actividades Culturales durante cuatro años en el Colegio Mayor de San Pablo en Madrid y en 1969 fui nombrado académico de número de la Real de San Dionisio. Fui presidente durante veinticinco años (1984-2009). En la actualidad sigo siendo presidente de honor desde 2010. En la Transición me presenté en 1977 a las Constituyentes por el PPD, Democracia Cristiana.

He tenido la suerte de que mis pacientes me han enseñado mucho, tanto, que el mundo de la cultura se ha ido agrandando con el conocimiento de tantos perfiles humanos, de tanta problemática como existe en el mundo, y de ver cómo trataban las personas de solucionar sus problemas. Ese camino pasa por la cultura. Indudablemente, la cultura del pueblo está en la base de su propia existencia y esto hace posible que el acercamiento que siempre me ha gustado mucho a la biografía, a la vida del paciente, a su entorno y a lo que es prácticamente enfermar en medio de un mundo, me haya dado la suerte de poder adentrarme mucho más en la vida cultural. 

¿Por qué la psiquiatría?

La elegí porque me encontré un día con el profesor Juan José López Ibor, y me impactó. Y desde aquel día no he vuelto la cabeza atrás. Y si mil veces naciera, mil veces sería psiquiatra. Ese era mi camino. 

¿Cómo ha cambiado el perfil del paciente?

Hay un tema importante que a mí me ha pasado en Jerez. Yo tenía consulta aquí y en Cádiz, donde entonces era complicado llegar. Pero mayor complicación era el paciente del sector urbano y rural de Jerez, del sector duro y fuerte de los astilleros. El perfil de unos y de otros se me hacía incompatible: por la mañana tenía que coger un chip y por la tarde cambiarlo. Opté entonces por no estar en esta dicotomía y permanecer siempre en Jerez. 

El mundo de los psicóticos no ha crecido tanto como el de los neuróticos. Es decir, el tema de la ansiedad y la depresión es lo que más recorrido ha tenido, y más con la pandemia. La mayoría de mis pacientes ha estado en ese círculo, de la ansiedad y depresión, que pueden ser de corto o largo recorrido, cuando se hace crónico. Es un padecimiento, el psiquiatra recibe esa angustia y la comparte. Creo que compartir el dolor es lo que te hace persona. 

También la oratoria ha sido una faceta en la que se ha prodigado.

He realizado decenas de intervenciones públicas en Jerez y en la provincia en las que siempre ha primado la Historia de Jerez. Soy miembro de número del Centro de Estudios Históricos Jerezanos (CEHJ) desde hace más de treinta años. Siempre me ha gustado la palabra. De hecho, yo también he sido, soy, poeta y he ganado algunos premios literarios. Pero ahora, me reservo la publicación de poesía y todo lo que tengo escrito porque creo que forman parte de mi mismidad y compartida ya con diferentes frentes de opinión pues me parece ya que me quitan la libertad. 

Todas estas intervenciones públicas las ha ido recogiendo en diferentes libros.

Sí. Hace años que me puse a ello y fui recogiéndolas en varios libros editados por Peripecias: 'El corazón y la palabra' (2015); 'Sanlúcar y las tres virtudes teologales' (2017), 'Asomado a la Bahía. Desde Chipiona a La Isla pasando por Rota y El Puerto' (2018), 'En la orilla del sur' (2019) y 'Apuntes históricos de Jerez' (2020), pero que impidió su presentación la pandemia y el estado de alarma.

Este martes, 7 de junio (a las 20 horas), con motivo de mi cumpleaños, lo traigo a la Academia San Dionisio, donde quiero hacer una inmersión en la génesis de mi amor a la historia de Jerez.

¿Cómo comienza en esa inmersión en la Historia de Jerez? ¿Quiénes le ayudaron en este intento?

Con 15 años, estando en el Instituto de Jerez, donde sólo tenía clases por las mañanas, iba muchas tardes a la Biblioteca Municipal. Gracias a la ayuda de su director y mi profesor Manuel Esteve empecé a interesarme por la historia de Jerez.

Tuve la colaboración además de Carmen Garrucho, bibliotecaria que, viendo mi interés, me recomendó que fuese a ver a Adolfo Real Torregrosa, dueño del Bar Los Gabrieles. Así lo hice y le encantó que un muchacho tan joven estuviese tan interesado. Me recomendó que leyese el libro 'Cartas a Bruno Pérez' (H. Cartuja) de Joaquín Portillo. Un librero instalado en la calle Francos y que en la trastienda tenía una tertulia de temas políticos. Esto hizo que lo deportaran de Jerez pasando a Llerena, donde se dice que fue allí donde escribió el libro 'Noches Xerezanas'.

Comencé entonces una búsqueda de autores, historiadores de Jerez entre los que encontré a Bartolomé Gutiérrez, Esteban Rallón, Francisco de Mesa Xinete, Agustín Muñoz y Gómez, Fernández Formentani, Manuel Bellido, Parada y Barreto, Adolfo de Castro, Gonzalo Padilla, Manuel Cancela, etc. Tuve también la suerte de conocer en vida a Hipólito Sancho de Sopranis, que me estimulaba a seguir en esta línea.

¿Con qué investigadores y estudiosos ha compartido el seguimiento de la búsqueda de momentos históricos de Jerez?

Siempre he estado inclinado al estudio de la historia medieval jerezana y tuve amistad con los profesores Manuel González Jiménez (Universidad de Sevilla), Antonio González Gómez (Universidad de Huelva), Rafael Sánchez Saus (Universidad San Pablo – CEU) y una entrañable amistad a lo largo del tiempo con Alfonso Franco Silva, catedrático en la Universidad de Cádiz, y que tantas veces traje a esta Academia. También tuve la colaboración entrañable de profesores de Historia Contemporánea de la Universidad de Cádiz, como el inolvidable José Luis Millán Chivite y Diego Caro Cancela.

¿Se encuentra satisfecho hoy con la presentación de su libro 'Apuntes históricos de Jerez'?

Este libro ha sido posible gracias a todos estos personajes y he pretendido ser riguroso en su estudio, con muchísimas revisiones, con datos múltiples contrastados y tratando de hacer una publicación novedosa y amena en su planteamiento. Cuento de otra parte con la colaboración en este acto de mis compañeros de inquietudes, tanto en la Academia como en el CEHJ, Juan Félix Bellido y Francisco Antonio García Romero.

La obra tiene cuatro apartados: El pasado del barrio de San Miguel, El pasado del barrio de San Lucas, La Historia del Convento de los Descalzos, y La Vocación cofradiera del callejero jerezano. "Un libro en el que creo que el jerezano va a encontrar divertimento. No es un manual. El que sepa mucha historia de Jerez, ante este libro se va a refrescar la memoria; y el que no, pues se va a sorprender de una serie de datos y de detalles que pueden formar parte de algo que a mí me gusta que es abrir vocaciones. Un vehículo para conocer más cosas de Jerez".  

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