La bodega: La nave y las gemelas, el complejo bodeguero de época y el moderno (y III)

Bodega La Mezquita, de la antigua Domecq, con sus arcos visigóticos diseñados por el ingeniero Soto-Domecq.
Bodega La Mezquita, de la antigua Domecq, con sus arcos visigóticos diseñados por el ingeniero Soto-Domecq.

03 de mayo 2014 - 01:00

No quise ser exhaustiva en el recuerdo -en este año de Jerez, Ciudad Europea del Vino- de todas las naves de bodega o complejos bodegueros que conocí en profundidad o de visita y que admiré, o que aún hoy podemos admirar. Son todos los que están, mas no están relacionados todos los que son. Cómo dejar de recordar la monumental Bodega La Mezquita -casi un complejo por si misma-, firmada por el ingeniero Soto-Domecq, cuyos arcos el vulgo confundió con arcos de herradura árabes cuando el diseñador los había diseñado visigóticos.

En Jerez, tuvimos complejos bodegueros firmados por afamados arquitectos: Fissac, De la Cuadra, Massaveu, antes que los modernos de la Rioja alavesa, donde se han prodigado ya en este siglo los de diseño.

Todos los complejos bodegueros que se llegaron a labrar a mediados del siglo pasado en Jerez cumplieron sus objetivos y dieron muchísima mano de obra, además de riqueza a la propia industria vitivinícola y a la auxiliar. De Picadueñas, y más tarde del complejo de la recta de El Puerto a la altura de la vieja venta, salieron durante décadas miles y miles de botas de exportación para los grandes 'Creams', que siguen estando en cabeza de las ventas en los países anglosajones. Del complejo Díez de la carretera de Lebrija salieron millones de cajas para el puerto de Hamburgo, donde una dama de hierro era su principal importadora para la cadena de supermercados que dirigía; y del complejo para brandy de El Tiro de Pichón de El Puerto, salieron millones de cajas, y siguen saliendo a miles, de su su gran brandy reserva, de moda varias décadas.

Del complejo, firmado por Massaveu, de la circunvalación salían 500.000 cajas anuales de un original 'Pale Sherry'. En la calle Santo Domingo hubo un embotellado con una capacidad de 250.000 cajas anuales del jerez del saco. Por lo tanto, creo que nadie se ha de arrepentir de las obras faraónicas que se ejecutaron. A primeros de los años ochenta del siglo pasado, me contó un economista sevillano del consulting de Madariagas, que estaba estudiando la transformación del más voluminoso e internacional complejo bodeguero de la década anterior en una factoría para la elaboración de bebidas blancas, la que se malogró. Y finalmente se edificó para Real Tesoro y su grupo un bello y capaz complejo bodeguero, que quizá fue el último del sherry y con fortuna.

Sólo me quedaría considerar, si algo me corresponde tras estos apuntes, que los nuevos bodegueros de vinos de la Tierra de Cádiz, estudien aquestos mimbres antes de tejer sus propios cestos, porque creo que aún sigue en vigor en el refranero español aquel que dice: "El que mucho abarca, poco aprieta" o el otro, italiano, que reza: "Piano, piano, se vai lontano".

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