Jerez, tiempos pasadosHistorias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

Aquellos grandes espectáculos de Rambal en el Teatro Villamarta

  • Nacido en Valencia, en 1889, y fallecido en 1956, Rambal fue primero actor, director de escena y, más tarde, empresario y productor de sus espectáculos, colaborando también en las adaptaciones de las obrasProgramas de las dos actuaciones en Villamarta, los años 1947 y 1949, de la Cía. de Enrique Rambal. ARCHIVO DEL AUTOR

DECIR Rambal, en los años de la posguerra española, era sinónimo de grandes espectáculos. Y en Jerez, tuvimos ocasión, muchas veces, de poder asistir, sobre el escenario de nuestro gran Teatro Villamarta a unas actuaciones de verdadero lujo, a cargo de la extraordinaria compañía de aquél mago de las más espectaculares funciones teatrales, que se llamó Enrique Rambal.

Grandes espectáculos, grandes decorados, y grandes elencos, con numerosos figurantes, cada vez que eran necesarios; porque el repertorio de la fabulosa compañía de Rambal, era impresionante: desde "Fabiola", "Genoveva de Brabante", "Las dos huérfanas de París", "Las mil y una noches", "Rebeca", "El jorobado de Lagardere", "Las cuatro plumas", hasta "Miguel Strogof, el correo del zar", "El hombre invisible", "El Conde de Montecristo", y "Los Tres Mosqueteros", etc, copaba los títulos más conocidos de la literatura universal., que habían sido llevados al cine.

En realidad era el cine llevado al teatro, o el teatro escenificado y representado como una película de cine. Así montaba sus espectaculares funciones aquél genio de la escena, que presumía en los años cuarenta del pasado siglo de tener la más importante compañía de grandes espectáculos de Europa, única en su género.

Nacido en Valencia, en 1889, y fallecido en 1956, Rambal fue primero actor, luego director de escena y, posteriormente, empresario y productor de sus propios espectáculos, colaborando también con su equipo de autores, en las adaptaciones de las obras que representaba. Y siempre con grandes éxitos de público y taquilla, ante las que se formaban siempre enormes colas de espectadores.

Así lo pudimos comprobar cuando vino siete días seguidos, nada menos, al Teatro Villamarta, a partir del 25 de noviembre de 1947, trayendo un elenco de veintidós actrices y veinticinco actores, aparte de un gran ballet dirigido por Roberto Carpio y musicalmente dirigido por el maestro Evaristo Fernández Blanco. Sin contar la orquesta que corría a cargo del teatro. Más una larga lista de personal técnico: escenógrafos, electricistas, sastras, peluqueros, encargados de sonido, maquinistas, attrezzistas, montadores, etc. En total, cerca del centenar de personas formando parte de la compañía; y grandes camiones con once toneladas de equipaje.

Deslumbrante Rambal que hacía las delicias de grandes y pequeños, dando a conocer sobre las tablas de un teatro las películas más sobresalientes de su época, desde que comenzara su triunfal carrera, allá por el año 1922, al regreso de su primer viaje a America, que duró tres años, y donde se especializó en melodramas policíacos, muy del gusto americano, consiguiente hacer una gran fortuna, que invertiría en las posteriores superproducciones que paseó por España hasta el año de su muerte.

Rambal dejaría el género folletinesco que tanto dinero le había dado, para emprender, en 1923, la aventura de adaptar al teatro las grandes novelas que ya habían gozado de importantes éxitos en el cine, empezando por "Los cuatro jinetes del Apocalipsis" de su paisano Vicente Blasco Ibáñez, rodada en Hollywood, y que, en enero de ese mismo año se había estrenado, protagonizada por el célebre actor Rodolfo Valentino. Aquí se presentó con Rebeca, siguiendo con El Jorobado o el Caballero Enrique de Lagardere. El nombre de Enrique, por cierto, se daba pródigamente en su familia, pues su hijo, y galán de la compañía, que tantas películas interpretó en México, se llamaba Enrique Rambal Saciá y el nombre de su hija, y primera actriz, era Enriqueta Rambal.

Ya no le veríamos en Jerez, que recordemos, hasta dos años después, que vino Rambal para tres únicos días, presentándose el martes 26 de abril de 1949, con el ambicioso estreno de "La vuelta al mundo en 80 días", de Julio Verne; continuando al día siguiente con "Buridan, o Los Misterios de la Corte de Margarita de Borgoña", escenas de los tiempos de Luis X de Francia, en el siglo XIV. Ambas obras, enriquecidas con el gran ballet de la compañía, cuya primera bailarina era Cecilia Cifuentes, acompañado por la orquesta del teatro, la cual solía estar generalmente compuesta por un selecto grupo de músicos jerezanos, entre los que se contaban el pianista don Francisco Navarro y el primer violín don José Martínez Carmén.

La despedida de la compañía, en esta ocasión, no pudo ser más apoteósica, pues Rambal presentaría en Villamarta, la noche del 28 de abril de 1949, como grandioso estreno, la sensación teatral del año 1949, la espectacular teatralización de la célebre obra de Lewis Wallace, "Ben-Hur", que ofreció en dos partes, divididas en 12 cuadros; recordando que la parte técnica era un verdadero alarde, con cuadrigas de verdad, construidas por Amalio Gari y efectos escénicos, a cargo de Kiel Bros, de Nueva York, de donde procedían también los fabulosos efectos de sonido, producidos por la casa Major, de la capital norteamericana. Los decorados de Antonio de la Guerra y los trajes diseñados por Roberto Carpio, fueron confeccionados, unos y otros, en los talleres que el propio Rambal había conseguido montar, para surtir a sus propios espectáculos.

Tiempos de gloria de nuestro Teatro Villamarta, eficazmente dirigido por el inolvidable empresario don Francisco Riba Gabaldá, que tuvo siempre la valentía y el acierto de traer a Jerez a las mejores compañías, los mas sorprendentes espectáculos y las más grandes superproducciones del cine mundial.

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