Jerez

¿Qué hemos hecho para merecer esto?

Pedro Sánchez y Quim Torra se saludan antes de una reunión en Moncloa.

Pedro Sánchez y Quim Torra se saludan antes de una reunión en Moncloa. / EFE

Con 'hemos', me refiero a la mayoría de españoles, gente de bien, amantes de vivir y disfrutar de su vida lo mejor que puedan -las circunstancias le permitan- y dejársela vivir al prójimo en paz. Con 'esto', hablo del personaje que está al frente de un Gobierno no elegido por los ciudadanos, también de la mayoría de los que se ha querido rodear.

Los peores augurios que tuvimos los que criticamos con dureza a Sánchez cuando medraba por hacerse un lugar, al precio que fuese, en la política nacional, se están cumpliendo con funesta exactitud; no saben lo mucho que me hubiese gustado haberme equivocado, pero no ha sido así. La desfachatez con la que miente es inaudita; la poca vergüenza de la que hace gala desdiciéndose una y otra vez, haciendo lo que aseguró que nunca haría… pone a temblar al más estoico de los mortales; la tremenda cara dura de la que presume dándonos de comulgar con ruedas de molino, queriéndonos convencer que lo negro es blanco, tratando de hacer pasar por recto lo que tienes más curvas que la carretera de Algar, tergiversando lo que le apetece, intentando manipular la Justicia, desoyendo a los pensionistas, consintiendo a los manteros, sufragando inmigrantes -que no refugiados- ilegales, protegiendo golpistas, permitiendo corruptos, plagiando tesis, amenazando periodistas, dilapidando recursos públicos, ensalzando ineptos, nombrando ministros inútiles, trapaceros y falsarios; aupando a Podemos, masacrándonos a impuestos, olvidando Gibraltar, abandonando a los catalanes que se sienten, también, españoles; subiendo la luz, el gas y el diesel; obedeciendo a Iglesias, abusando de los privilegios de su posición, pisoteando las normas de la democracia, incumpliendo su promesa de llegar al Gobierno para convocar elecciones, despreciando a la oposición, insultando a la sensatez, denigrando la prudencia y ultrajando a la inteligencia; la dureza de su 'cara bonita', decía, supera con creces el peor de los escenarios que podíamos esperar.

Mientras, el nazi que ocupa la presidencia de la Generalidad catalana, Torras, incendia las calles, asegura que proclamará la república, agrede a los no nacionalistas, insulta al Jefe del Estado, arenga a desobedecer al Tribunal Constitucional, invade las cárceles catalanas a las que Sánchez le llevó a sus cómplices golpistas, promete que no parará hasta conseguir que el golpe de Estado triunfe, reabre las "embajadas" catalanas en el extranjero que el 155 cerró, sigue con el obsceno adoctrinamiento de los chavales en los colegios, etc…; mientras esto sucede en Cataluña, la delegada del Gobierno del señor Sánchez nos dice que "habría que sacarlos de la cárcel", se refiere, claro, a los que están encerrados allí, en prisión preventiva, por orden de un juez, en espera de juicio; a los que hicieron todo lo que ahora hace Torra y los suyos al amparo de la estúpida sonrisa de un presidente de Gobierno absolutamente indigno de ostentar ese cargo. Para completar el cuadro, una de sus más "eminentes" ministras, Carmen Calvo, la que según ella misma dice: "me gusta madrugar para poder pasar más rato en el baño, allí leo el periódico, oigo la radio, oigo música y hablo por teléfono en bragas con los alcaldes…" (sin comentarios…); también presiona a los jueces para que suelten a los golpistas.

Sin perder comba, otra de las 'joyas de la corona' de Sánchez -la corona de verdad es la de espinas que nos ha puesto a todos los españoles-, se llama Cristina Fallarás -manda huevos el apellido, ¡muy revelador!-, una extremista de izquierdas, antiespañola, independentista, ratera en un supermercado -ella misma lo confiesa- en el que la cajera era "una pobre tipa" -así la califica-, y que considera unas 'bestias' a todos los que nos sentimos españoles; esta 'prenda' es una de las consejeras que 'nuestro' presidente de Gobierno ha colocado al frente de Televisión Española ¡¡¿¿??!!, no había otra…

Para concluir, por hoy (por ayer), otra ministra, María Jesús Montero, a la que se le han cruzado los cables -debe ser contagioso- y, como buena palmera de su jefe, no se le ocurre otra cosa que decir de su compañera dimitida, y ahora imputada por posible prevaricación y cohecho, la ya ex ministra de Sanidad Carmen Montón -la del máster de la señorita Pepis-, que "es un ejemplo de regeneración y de compromiso…", no que es una tramposa, una fullera y una mentirosa que nunca debió llegar a ministra, eso no, ¿'pá' qué?.

Este artículo tendrá una desgraciada continuidad… un solo lunes no da ni para responder a la pregunta que lo titula, ni para detallar el inventario de nuestros castigos.

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