Complejo de ocio cortijo de ducha

Un hotel rural al que no le falta detalle

  • El Grupo Romero Caballero inaugura el hotel-restaurante del complejo Cortijo de Ducha, espacio con el que los propietarios de la Escuela de Hostelería rinden tributo al ocio y la cultura

El Grupo Romero Caballero, de amplia y contrastada experiencia en el sector de la hostelería y la gastronomía, se embarcó hace tres años en una nueva aventura empresarial, la más ambiciosa desde la creación de la Escuela de Hostelería y cuya primera fase se ha completado este fin de semana con la inauguración de las instalaciones hoteleras y el restaurante del ‘Cortijo de Ducha’.

El ‘Donadío Duya’, una antigua alquería, posiblemente de origen árabe, que ocupa una parcela de diez hectáreas en las inmediaciones del aeropuerto, transformado en complejo de ocio para rendir tributo a la cultura en todas sus manifestaciones, cierra el círculo que los hermanos Francisco y Manuel Romero Caballero abrieron hace algo más de una década en el campo de la formación, el germen del actual grupo empresarial que integran una decena de sociedades y da empleo a más de 200 personas.

El hotel rural, con categoría de cuatro estrellas y unos precios de lanzamiento irresistibles, ocupa un ala del edificio principal, que conserva la distribución y el estilo de su última remodelación acometida en 1887 por la familia Romero Zarco, acontecimiento que recuerda una lápida que preside la puerta del cortijo y al que, según relatan los hermanos García Lázaro en su blog ‘Entorno a Jerez’, “se añadieron más dependencias hasta consolidar un núcleo rural, a modo de aldea, que llegó a tener una pequeña escuela, naves de aperos, gañanías, almacenes, cuadras…”.

El hotel dispone de 34 habitaciones, 30 dobles y cuatro suites junior, cuya decoración enlaza con el estilo rústico del entorno, una estampa propia de la campiña jerezana plagada de viñas, campos de girasoles y trigo que lo convierten en un rincón idílico a escasos kilómetros de Jerez.

Identificar ‘Cortijo de Ducha’ con un hotel al uso sería un error, ya que el proyecto del Grupo Romero Caballero aspira a convertir el complejo en lugar de esparcimiento para la familia y para la celebración de eventos de toda índole, como las representaciones teatrales de tienen lugar estos días y que a partir de mañana dan paso a la Semana de la Música, patrocinada por Diario de Jerez.

“El complejo tendrá en su desarrollo un aforo de 25.000 personas, dispone de tres salones con capacidad para más de 1.500 personas, ampliables a 3.000 con la instalación de carpas, y es una apuesta en toda regla por la cultura, ya que nuestro objetivo es concentrar en estas instalaciones las actividades que desarrolla el grupo, que el año pasado alcanzaron las 300 en la Escuela de Hostelería”, explica Francisco Romero, quien junto a la celebración de todo tipo de eventos y actos culturales también tiene en mente organizar grandes conciertos.

“La idea no es hacer un ‘Espárrago Rock’, pero sí muchos pequeños espárragos, microfestivales, unos 15 festivales culturales de lo más diverso al año en colaboración con instituciones públicas y empresas privadas”, señala Romero, quien desvela que a los 12 millones de la inversión inicial se unirán otros 5 millones para el desarrollo de la segunda fase del proyecto, cuyo principal atractivo será un gran parque infantil y la explanada que hará las veces de rockódromo.

A la oferta cultural y gastronómica se une la deportiva, desde la natación y el padle a la próxima incorporación de rutas en bicicleta, treaking y a caballo, entre otras actividades hípicas con las que el Grupo Romero Caballero rinde homenaje a la importante ganadería caballar que albergó en su día el ‘Cortijo de Ducha’, cuna de puras razas que alcanzaron gran prestigio.

Los hermanos Romero también han querido rendir tributo a sus origines y a los de la actividad agrícola que se desarrolló en el cortijo con la plantación de viñedo, cepas de la varietal ‘petit verdot’ de las que en cuatro o cinco años saldrán los primeros tintos marca de la casa, aunque sin ánimo de lanzarse a la comercialización, ya que el objetivo es disponer de una pequeña plantación como base de apoyo a la actividad formativa con la que se inició el grupo empresarial. “No somos agricultores, somos empresarios de la hostelería y el turismo” que con este complejo cubren todas las áreas del sector y, “lo más importante, creamos empleo en un momento tan difícil”, apostilla Romero.

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