Una de las ideas que se ha planteado desde la parroquia de los Cuatro Evangelistas, que asume el sacerdote Antonio López, es que San Mateo pueda contar en un futuro no muy lejano con un columbario. Con éste serían tres los que habría en la ciudad contando con los ya existentes de San Juan de Letrán y San Juan de Ávila. Ese nuevo columbario de San Mateo se ubicaría en una de las capillas laterales de las que dispone el templo y permitiría que las cenizas de los fieles pudieran reposar en la iglesia para siempre, como se hacía antiguamente en las criptas que aún se conservan en San Mateo, aunque no se puedan visitar. Sería una opción más con la que podrían contar los fieles de este templo para su descanso eterno, en lugar del camposanto de La Merced, ya sea en un nicho o esa pradera del recuerdo que se está preparando por parte de la delegación de Infraestructuras y Vivienda.

Aún se desconocen las fechas para llevar a cabo este proyecto, porque lo primero en la lista es conseguir los fondos para recuperar la capilla del Sagrario, una capilla que anteriormente pertenecía a la hermandad de Los Judíos y donde se daba culto a la Virgen del Desconsuelo. De hecho, una lápida en la pared que data de 1737 ya alude a la cofradía y en ella se puede observar su escudo y los colores que lo identifican.

Hay quien considera a San Mateo el templo más antiguo de la ciudad en cuanto a su construcción tras la reconquista de la ciudad por parte de Alfonso X El Sabio. Primero se constituyó como parroquia independiente, pero luego se fusionó con la de los demás evengelistas, como ha pasado ahora recientemente. Por eso es muy normal que en su interior haya pertenencias que correspondan a otras iglesias, como algunas de las rejas que separan a las capillas en las que se ven símbolos de San Lucas o de San Marcos, por ejemplo. Lo mismo ocurre en esas iglesias, lo que evidencia su fusión como parroquia del arciprestazgo del centro.