En anteriores entregas de 'El rebusco' hemos tratado algunos aspectos de las artes gráficas en nuestra ciudad; también hemos dedicado artículos a algunos de los creativos que sobresalieron en ese sector, que dicho sea de paso fue un número importante.
Sin embargo, los historiadores han mostrado poco interés a la hora de estudiarla en su aspecto mercantil, en considerarlas como lo que son, empresas creadas con una finalidad industrial y productiva. Una actividad que en Jerez alcanzaría su periodo de mayor expansión entre la segunda mitad del XIX y finales del siglo XX, en paralelo a la evolución de la actividad vitivinícola de la comarca.
Si la relación de nombres que las crearon -sus propietarios - es importante, aún lo es más la amplia nómina de trabajadores -directivos, contables, gerentes, técnicos, maquinistas, especialistas, comerciales, dibujantes, operarios no cualificados- que dieron fama y prestigio a la ciudad, tanto en el ámbito nacional como internacional.
El grupo de empresas que conformaba Jerez Industrial alcanzaría, en sus mejores momentos, casi el millar de empleados, con más del 20% de mujeres contratadas.
Sobre este asunto se pueden encontrar breves reseñas en el tomo I de Imagen publicitaria del Marco de Jerez, 1868-1936 (2018), de la investigadora sanluqueña Ana Gómez, o en el libro colectivo coordinado por Ramón Clavijo, Historia general del libro y la cultura en Jerez de la Frontera (2003), donde trata de las imprentas existentes en la ciudad en el siglo XX. O bien en el de Rosalía González y Laureano Aguilar, Etiquetas en piedra (2017).
Tres apellidos sobresalen en este panorama: Olías, Hurtado y Salido.
Sobre los Salido hemos contado con los datos aportados por dos miembros de esta amplia saga familiar, María Díaz Salido y Esperanza Durán Rodríguez de Medina, en su artículo De Alcaudete a Jerez (2019).
Especialmente útiles me han sido las notas tomadas al que fuera uno de los directivos responsables de Jerez Industrial (JISA) Juan Luis Repeto Prieto, como también la información ofrecida por José Sánchez Sánchez, el que fuera secretario personal del presidente del Consejo de administración, Antonio Salido Paz.
Pepe Sánchez se incorporó a la empresa muy joven, manteniéndose en la misma hasta unos años antes del cierre de Jerez Industrial en 1999.
Gracias al documental de carácter interno que elaboró para la empresa a principios de los 90 podemos disponer de un informe audiovisual de gran interés.
Como indica Ana Gómez, "son muy escasas las noticias sobre los primeros talleres litográficos instalados en la provincia de Cádiz". En estos inicios las bodegas del Marco solicitaran los servicios de talleres de Francia, Alemania, Italia, e incluso Bélgica, "donde las técnicas litográficas habían alcanzado un alto grado de perfección s mediados del siglo XIX".
Hasta que en Jerez no se instalan las primeras litografías, bien entrada la década de los 60 del XIX, las bodegas recurrirán a las que se van creando en otros lugares de la geografía nacional, como las catalanas, valencianas y malagueñas.
La litografía alemana de Jorge Wassermann, existente en la ciudad de Cádiz a partir de 1861, abrirá una sucursal en Jerez en 1868, en la calle Larga. La de Jerez se mantuvo hasta 1890, ya en manos de Jorge Müller, que las había adquirido en 1875.
En 1867 existen en nuestra ciudad dos litografías, la de Pedro Foncueva, a cargo del litógrafo Leonardo González, sita en calle Santa María, 25; y otra, en calle Algarve, 30, propiedad de José Cisneros Colón. El gremio adquiere tal auge, que dos de sus miembros son comisionados para viajar a París durante la Exposición Universal de 1900, con el fin de conocer los nuevos adelantos tecnológicos. En 1936 habían censado en la ciudad 107 litógrafos. Entre estos estaban: Miguel Barroso Prieto, José Álvarez Muñoz, José Fernández Ortega, Juan Galván Aragón, Sebastián Núñez García, Eugenio Sánchez Fernández, etc.
De la Litografía jerezana a la Nueva Litografía
La creación de la Litografía Jerezana, como sociedad anónima, se fecha en 1899, pero tiene su origen en la de Francisco Rodríguez, en 1897. Es a partir de 1900 que toma el nombre de Litografía Jerezana, ya con Manuel Luis Olías Rodríguez como director-gerente y copropietario.
En un amplio reportaje publicado en la revista gráfica Nuevo Mundo, el 24 de julio de 1913, se nos proporciona una útil información, tanto de datos como gráfica, entre estas el retrato del propio Olías, que nació en Jerez en 1874.
En 1927 pasa a denominarse Nueva Litografía Jerezana, periodo que se cierra en 1937, cuando la adquiere Jerez Industrial. En esos años el responsable de la dirección técnica será Teodoro Miciano.
Hurtado, impresor y político
Una de las figuras claves en esta historia es la de Manuel Hurtado de Mendoza y Amaya (Málaga, 1859-Jerez, 1931), quien además de ser uno de los pioneros de esta actividad en Jerez, fundó su empresa en 1886, fue miembro relevante del Partido Liberal, ejerciendo de concejal en el Ayuntamiento.
Tenía sus talleres en número 14 de la calle Arcos, y la Exposición de Burdeos de 1895 le reconoció con una medalla.
Era proveedor de la Casa Real del Infante Antonio de Orleans.
Al morir el 1 de diciembre de 1931 El Guadalete le dedicó una destacada necrológica en portada, en la que ya se hacía mención a su cuñado, Jesús Gutiérrez Rapp, el cual se haría cargo de la empresa como su sucesor.
El negocio se mantuvo hasta 1946, cuando fue adquirido por Jerez Industrial, al igual que el negocio de la papelería, abierta dos años antes y situada en la parte baja del mismo edificio de la calle Arcos.
La saga de los Salido
Hacer la historia de esta destacada saga de empresarios daría para varios capítulos, por lo que la capacidad de resumir se impone.
Originarios de Alcaudete (Jaén), se instalan primero en Sanlúcar, para más tarde mudarse a Jerez. El primero en hacerlo, en 1886, es Miguel Salido la Cal (1864-1940), que trae a sus padres, Manuel Salido Ortega y Rosario la Cal Cubero, en 1890.
Otro hermano, Francisco (1874-1949), se muda a Jerez en 1890; y el tercero, Manuel (1877-1977), llegará a Jerez en 1896. En 1907, los tres hermanos crean la empresa Salido Hermanos, en un edificio de la Judería, asociación que duraría hasta 1926, acordando que cada uno se dedique a uno de los negocios de la disuelta sociedad.
Miguel siguió en calle Judería, que heredarían sus hijos, José y Miguel Salido Gutiérrez, en 1928. Francisco, por su parte, abriría Jerez Gráfico en 1930, y Manuel, que viviría cien años, fundaría Jerez Industrial en 1937, absorbiendo a la Nueva Litografía Jerezana.
El hijo de este último, Antonio Salido Paz (1915-2003), se independiza de su padre, y en 1945 adquiere la compañía junto a otros socios locales. La relanza en una nueva etapa que la convertirá en un importante holding de las artes gráficas en toda España.
En los años 60 encarga a los arquitectos Manuel Lacasa y Fernando Contreras el complejo de la calle Taxdirt, con un presupuesto de unos 9 millones de pesetas, y unos años más tarde, el 12 de junio de 1970, coincidiendo con el 25 aniversario de Jerez Industrial, se inaugura cartonajes Tempul, en el Camino de Espera. Como jefe de coordinación estará Bartolomé Bejarano Navarro.
La cadena de empresas de artes gráficas y cartonajes contaba con trece centros de trabajo propios y asociados, entre ellos ORLA, Hurtado, Grafiberica y Gráfica del Exportador.
Antonio Salido Paz sería nombrado Hijo Predilecto de Jerez por decisión municipal el 26 de junio de 1973, sin embargo el final del coloso será amargo, la crisis de los años 90 provocará su cierre en 1999. En ese momento la plantilla era de unos 200 trabajadores.
Como curiosidad, decir que el académico Juan Salido Freyre es miembro de esta saga, siendo su abuelo Manuel Salido la Cal.
La información aportada por María Díaz Salido, que también ha elaborado el árbol genealógico familiar de los Salido, ha resultado de gran utilidad para escribir este apartado.
Integradas y resistentes
Sin ser exhaustivos, queremos dejar constancia de algunas otras empresas que ejercieron su actividad en el sector, y otras que aún están en activo, como Slogan, heredera de Delcast, que no cayó ante el acoso de Jerez Industrial.
Juan del Castillo Fernández (1925-1986), y su hermano, abrieron un pequeño taller en la calle Cruz, en 1951, invirtiendo la cantidad de 7.500 pesetas.
También, funcionando en la actualidad, la modesta Villace (Villanueva y Acedo), gestionada por Mario Acedo en la calle Santa María de la Merced.
Otras desaparecieron, o fueron absorbidas por el coloso Jerez Industrial, como Industrias Gráficas O.R.L.A., ubicada en un principio en calle Curtidores, en el edificio que actualmente ocupa las oficinas de GEMUVISA.
En 1970 se trasladaron a la Cañada de la Feria, en unas instalaciones más amplias. Su propietario fue Vicente Fernández de Bobadilla. En ella trabajaron como directores Francisco Rodríguez Andrades, y Francisco López Tubio, éste último pasaría a Frontera Publicidad como director gerente.
Finalmente, Pribec (que toma su nombre de Prieto y Becerra). Fundada en 1935, tuvo sus talleres en calle Matadero y, finalmente, Litografía Manuel Martín, en calle José Luis Díez.
Dedicatoria con felicitación
No queremos cerrar el artículo sin recordar el nombre del que fuera activo comercial de diferentes empresas de esta industria local, Pepe García Fernández. eficiente empleado que trabajó para, Jerez Industrial, Orla, Grafisherry y Delcast,
Por otra parte, expresar las felicitaciones a las bodegas jerezanas de Dios Baco al cumplir este año su 30 aniversario. Igualmente, destacar la original iniciativa de informar en la contraetiqueta de su vino tinto Buleria sobre el autor del nuevo diseño de la etiqueta, el artista Patricio Hidalgo. Esperemos que cunda el ejemplo.
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