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Sucesos

El infarto que el 061 no supo diagnosticar

  • Abogados jerezanos analizan la muerte de un agente de la Guardia Civil que falleció en su domicilio de Conil una hora después de ser atendido por los servicios de Emergencias

Una ambulancia de Urgencias durante una atención sanitaria.

Una ambulancia de Urgencias durante una atención sanitaria. / Miguel Ángel González

Los abogados jerezanos Eduardo Bárcena y Mar Moreno se han hecho cargo del extraño caso de la muerte de un agente de la Guardia Civil que perdió la vida en su domicilio pese a haber solicitado ayuda e incluso ser atendido por personal sanitario especializado que, presuntamente, no se percataron de que padecía un infarto de miocardio en toda regla. Así los sostienen los abogados.

El agente fallecido, Fernando P. S., era un hombre joven pues apenas tenía 48 años de edad. Su profesión radicaba en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del estado, concretamente en el puesto de la Guardia Civil en el municipio de Conil de la Frontera. El caso ha derivado a Jerez.

Los hechos, según se ha sabido ahora, se produjeron en la mañana del pasado 10 de enero de 2019 en su domicilio de Conil. Las causas de la muerte fueron, básicamente, las graves consecuencias de un edema agudo de pulmón de origen cardiogénico (es decir, el edema se debió a un fallo del corazón). Para su abogado, Eduardo Bárcenas, "tenía un infarto que no vieron".

Los citados abogados han solicitado una pericial a un perito médico de Sevilla para, una vez comprobados los resultados de la referida pericial, interponer la correspondiente denuncia por vía administrativa en breve.

Los hechos, según los abogados consultados por este medio, fueron los siguientes. Cuando el agente de la Benemérita empezó a sentirse mal su familia contactó con el centro de salud ‘San Sebastián’ de la localidad de Conil de la Frontera, para que el enfermo fuera asistido de forma domiciliaria por un facultativo médico.

En esos momentos el hombre presentaba mareos que le imposibilitaban moverse, motivo que se consideró suficiente para que se le atendiera en su casa. El informe de los letrados jerezanos apunta que “se le deniega dicha asistencia por falta de personal médico”.

Vista esta circunstancia se requiere que se le preste la debida asistencia médica a través del servicio del 061. Fue pasados veinte minutos cuando acudió una ambulancia de la EPES al domicilio del agente. Allí mismo fue atendido ’in situ’ y le diagnostica un cuadro de vértigo y de mareos, “sin realizar ninguna exploración exhaustiva que descarte otra patología de mayor gravedad a la vista de la sintomatología que presentaba”, destacan los letrados de la familia.

“Los facultativos médicos que le asisten se marcharon del domicilio sin realizar ningún tipo de exploración más exhaustiva y sin trasladarlo al centro hospitalario para ser valorado adecuadamente”. Todo ello a pesar de que el agente de la Guardia Civil, que posteriormente falleció, no se encontraba estable, presentando vómitos y mareos, además de dolor abdominal, hiperventilación y parestesias (hormigueo) en las manos”, destacan los abogados.

Una hora después falleció en su domicilio Fernando P. S., acudiendo al domicilio una ambulancia del Equipo DCCU que tras realizar durante 45 minutos maniobras de reanimación, tan sólo pudieron certificar que había fallecido.

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