El informe PISA y la formación del profesorado

CENTRO DEL PROFESORADO DE JEREZ

13 de diciembre 2016 - 02:00

El archiconocido Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment) es una prueba realizada cada tres años en el marco de los países de la OCDE y que tiene como característica que evalúa a alumnos de 15 años aunque estén en diferente curso o nivel de los distintos sistemas educativos. La Evaluación Internacional de Estudiantes PISA 2015, se habría realizado durante el segundo semestre de dicho año con la participación de estudiantes de secundaria de 73 países. La prueba constaba de 55 preguntas de matemáticas, ciencias y habilidad lectora, incluyendo en esta oportunidad una prueba adicional de educación financiera.

Los resultados de esta evaluación acaban de salir y han originado gran revuelo por la diferente suerte que han tenido en dicha evaluación las diferentes Comunidades Autónomas. Debemos recordar que la evaluación PISA no es curricular, o sea no pregunta por listados de conceptos memorísticos, sino que se atreve con las llamadas competencias, o sea, que no analiza los programas escolares nacionales, sino que revisa los conocimientos, las aptitudes y las competencias que son relevantes para el bienestar personal, social y económico. Para ello no se mide el conocimiento escolar como tal, sino la capacidad de los estudiantes de poder entender y resolver problemas auténticos a partir de la aplicación de conocimientos de cada una de las áreas principales de PISA.

Necesariamente, y siempre desde el conocimiento que nos proporciona este informe, salvaguardando siempre que tiene importantes lagunas como la estandarización de los sistemas educativos o obviar el índice socio económico de las zonas en las que se realizan las pruebas, el peso específico de la enseñanza privada y concertada en algunas Comunidades; Andalucía se coloca en la última posición con respecto a ciencias, al obtener 473 puntos frente a los 519 puntos de Castilla y León; así como en el penúltimo lugar en lectura (466) y matemáticas (479).

En este sentido, la Junta ha instado a toda la comunidad educativa a trabajar juntos para revertir esta situación y confiado en que el desarrollo del Plan de Éxito Educativo 2016-2020 sea una herramienta adecuada para cambiar estos indicadores, y este Plan cuenta con una línea estratégica para la mejora de la formación del profesorado con la revisión y adecuación de los contenidos de la formación inicial que trasciendan las materias y prioricen las capacidades y habilidades que debe desarrollar el docente para incorporarse al aula; en segundo lugar con formación permanente en aspectos esenciales del sistema educativo a través de un modelo de formación en centros basado no solo en la actualización de conocimientos, sino especialmente en la reflexión sobre la práctica docente que tiene lugar en el aula; y por último, en la capacidad de los centros docentes para trabajar de forma colaborativa es uno de los aspectos que define a los sistemas educativos de calidad. Aquí nos insta a la asesoría de formación para colaborar en el diseño del plan de formación del profesorado del centro a partir del diagnóstico de sus necesidades formativas y del resultado de las evaluaciones que se hayan llevado a cabo en el mismo. Parece una tarea ardua la que nos queda, pero al menos se concede especial importancia a la formación para la mejora de resultados escolares, y eso ya es un logro.

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