La inversión de Zahav está aún a la espera de la firma del propietario

El culebrón Zahav no ha asistido aún a su último capítulo. Hace ya más de un año de su estreno y todavía hoy no se ha llegado a un desenlace definitivo, aunque éste promete tener todos los ingredientes de un buen serial, incluido el "príncipe" y su princesa.

El acuerdo para el desembarco de la empresa automovilística inglesa de origen árabe parecía estar a punto en el mes de marzo. Tras un año de tortuosa negociación con la Junta de Andalucía, a través de la Agencia IDEA y de la oficina del Plan Bahía Competitiva, el acuerdo para la apertura de una fábrica de todoterrenos en Alcalá de los Gazules parecía cerrado. La negociación se encontraba "al 80%" y la compañía estaba a punto de su implantación, según aseguraba su propio representante en España, José Luis Mesia Salí, durante una entrevista con este periódico. Había sido un año de no pocas idas y venidas, incluido el amago de fuga a la provincia vecina de Málaga, pero el acuerdo estaba ya redactado por IDEA, enviado a Londres y sólo pendiente de su comprobación y rúbrica final por parte de la dirección de Zahav. La inversión "es real y factible" en Alcalá, y quedaría zanjada antes del verano, según las palabras de Mesia en los últimos días de marzo. El final parecía empezar a escribirse hasta que apareció en escena una inesperada protagonista de última hora: la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez.

En poco más de un mes, el 14 de mayo, la regidora sentaba a la mesa del Salón Noble del Consistorio jerezano a José Luis Mesia para escenificar la inversión de la constructora automovilística. Con la pompa de rigor en una ocasión como ésta -más si cabe en la situación actual de crisis-, Zahav anunciaba la fabricación en Jerez de entre 10.000 y 15.000 todoterrenos al año que se ampliarían a 30.000 en el momento de máximo rendimiento, 57 millones de inversión y entre 540 y 600 empleos directos.

Sin embargo, estas cifras no eran parte de un acuerdo, sino solamente de una declaración de intenciones con carácter previo, provisional y pendiente de un contrato firme. Ni siquiera en la fecha de la rúbrica, ese 14 de mayo, estaba disponible la parcela que la factoría pretende ocupar en la Ciudad del Transporte. Según han asegurado fuentes de la Administración regional, la regidora jerezana pidió al consejero de Vivienda, Juan Espadas, que acelerara la aprobación de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para poder ofrecer a Zahav la superficie necesaria, que excedía entonces la disponibilidad urbanística y requería de la ampliación contemplada en el nuevo PGOU. La petición no pudo cumplirse debido a la imposibilidad de acortar los estrictos plazos de tramitación de estos procedimientos administrativos.

Además, Zahav comunicó su intención de ampliar la reserva inicial de 40.000 metros cuadrados a 120.000 metros -el baile de superficies ha sido una constante desde 2008-, toda vez que la parcela objetivo ha quedado expedita tras la renuncia de Saint-Gobain Vicasa a instalarse en estos terrenos.

A día de hoy, la inversión sigue, por lo tanto, en el aire. El Ayuntamiento de Jerez y Zahav Automobile, con el respaldo de la Agencia IDEA -dependiente de la Consejería de Innovación-, quieren despejar la incógnita y amarrar este mes la implantación en la ciudad a través de un acuerdo marco. Con ello, de paso, se pondría fin a los recelos persistentes que han empañado la inversión británica desde el principio. Según han explicado a este periódico fuentes del Gobierno andaluz, "Innovación firmará en unos diez días este acuerdo porque tiene garantías y es optimista a la hora de que la inversión pueda finalmente acometerse en la provincia, pese a que la actual coyuntura económica no es demasiado favorable para el sector de la automoción".

Según indican, éste sería el paso más serio y formal dado hasta ahora por la empresa y el Consistorio jerezano de cara al proyecto de construcción de la factoría, pues, al parecer, lo que había rubricado hasta la fecha "no era más que un preacuerdo, una voluntad pendiente de confirmación y tramitación como su propia definición indica".

Además, con el avance del culebrón, se ha desvelado la cara menos buena del hasta ahora portavoz empresarial: José Luis Mesia Salí. Este malagueño de origen marroquí, que ha actuado en nombre de la compañía en todo momento (primero ante la Junta y luego ante el Ayuntamiento), fue condenado por la Audiencia Provincial de Málaga el 16 de enero de 2006 por un delito de apropiación indebida. Mesia Salí, "prevaliéndose de su cargo" como presidente de la Asociación Andaluza de Minusválidos y Mayores de 45 años (ASAMI), "se apoderó en beneficio propio de fondos de la asociación, domiciliando con cargo a la cuenta de ASAMI recibos procedentes de consumos de energía eléctrica, teléfono y pólizas de seguro exclusivamente personales y de algún familiar", según reza la sentencia.

Los hechos se produjeron en los años 2000 y 2001 y el "desfase" llegó a los 24.000 euros que el acusado no reintegró. Por ello, se le condenó a tres años y medio de prisión y a una multa de seis euros diarios durante nueve meses, aunque posteriormente, en noviembre de 2007, obtuvo el indulto del Ministerio de Justicia con la rebaja de la pena a dos años, lo que le permitió eludir la entrada en prisión).

Pero ahí no acabaron sus problemas. Según ha comprobado este periódico, sus dos empresas (Construcciones Josnawa y Asesores Financieros Inmobiliarios Nawal) han tenido 44 requerimientos de la Agencia Tributaria y la Seguridad Social (el último el pasado 9 de febrero) por impagos de cuotas.

Fuentes del Gobierno autonómico aseguran que Mesia podría haber sido desacreditado expresamente por la multinacional a través de un documento para alcanzar este tipo de acuerdos, aunque ninguno de los consultados ha aportado dicha comunicación. Eso sí, remarcan que consideran a Mesia Salí como "un comisionista que no se sabe muy bien a quién representaba". Mientras, desde el gobierno municipal, silencio. Ni afirman ni desmienten este extremo, aunque sostienen que estuvo presente en una reunión reciente entre el ayuntamiento y la multinacional. El próximo lunes, la alcaldesa tiene previsto recibir a los máximos representantes de Zahav, entre los que estaría el director general, Raad Fadhil Al-Zahawi, de cuyo apellido parece previsible que provenga la denominación de la empresa. Su residencia, como la sede mercantil, está en Londres aunque su origen es árabe y se hace llamar "el príncipe", un apelativo que fuentes consultadas atribuyen a su posible vinculación con la dinastía Sha de Persia, derrocada en 1979.