Feria del Libro de Jerez

"Incluso muerto, el Partido Andalucista hace milagros"

  • Rojas-Marcos y Pacheco reaparecen juntos en un acto público más de 20 años después de la escisión del PA

  • Presentan un libro que repasa los 50 años de historia del andalucismo político horas después del "milagro" de arrancarle a Juanma Moreno el Día de la Bandera de Andalucía

Alejandro Rojas-Marcos y Pedro Pacheco se abrazan a su llegada a los Claustros.

Alejandro Rojas-Marcos y Pedro Pacheco se abrazan a su llegada a los Claustros. / Miguel Ángel González

Estaba demasiado fresco el compromiso arrancado por Rojas-Marcos a Juanma Moreno sobre la posibilidad de instaurar el 4 de diciembre como el Día de la Bandera de Andalucía, una vieja reivindicación del andalucismo que, con el Partido Andalucista (PA) ya disuelto, podría ver la luz.

El histórico dirigente del PA cogió al presidente andaluz el miércoles en un renuncio –en realidad ya son varios los guiños que el dirigente del PP ha hecho al andalucismo en los últimos tiempos– durante la presentación del libro ‘Por un poder andaluz. Historia del Partido Andalucista I. Los años de la clandestinidad (1965-76)’ (José Luis Villar, editorial Almuzara), en Coria del Río, en la casa de Blas Infante, ‘el padre de la patria andaluza’, y ni él mismo se podía creer que Juanma Moreno recogiera el guante, confesó este jueves Alejandro Rojas-Marcos en una nueva presentación de este “acta del andalucismo”, esta vez en la Feria del Libro de Jerez.

Pero “incluso muerto, el Partido Andalucista hace milagros”, deslizó el fundador del PA al término de su intervención, y no sólo por el reconocimiento a tan señalada fecha para el nacionalismo andaluz –el PSOE estableció el 28-F como el Día de Andalucía en conmemoración del referéndum autonomía frente a las aspiraciones de los andalucistas de que fuera el 4-D, cuando los andaluces salieron en 1977 a la calle para reclamar el autogobierno, jornada que se tiñó de sangre por la muerte del joven trabajador malagueño José García Caparrós–, pues también es un milagro que un acto sobre la historia del desaparecido Partido Andalucista vuelva a reunir en público a Rojas-Marcos y Pedro Pacheco, antaño irreconciliables, más de veinte años después de su última aparición juntos.

Entre milagro y milagro discurrió la presentación del libro, que según el propio Rojas-Marcos, no deja de ser un “acto político”, que coincide con la resurrección del andalucismo, la tercera ola de esta corriente política como pudo observarse en el acto del ‘orgullo andalucista’ organizado por Andaluces Levantaos recientemente en Jerez y en el que Pacheco se ofreció a ayudar siempre que no se desvíen del camino marcado por los padres del nacionalismo andaluz, entre los que también ocupa lugar destacado el ex alcalde jerezano.

A su llegada, ambos se fundieron en un abrazo entre risas, como si nada, otro rasgo distintivo de los andalucistas, según deslizó Rojas-Marcos en la presentación, en la que metió en la ecuación a Sebastián Romero, otro histórico del partido encargado ayer de abrir el turno de palabra y al que el día antes de la presentación de las listas para las primeras elecciones democráticas a la Alcaldía de Jerez visitó de madrugada para anunciarle que sería sustituido por Pacheco. “Los dos lloramos, pero de su boca no salió entonces ni nunca la más mínima queja ni reproche”, porque cuando los andalucistas peleamos, disentimos o confrontamos, la cosa acaba ahí y no como en otros sitios –léase partidos–, que acaban en odio africano, con perdón para los africanos”.

Un “acto político” y un “acto de amor”, como “el que está aquí derrochando Romero, como el primer día, y por eso la política es la actividad más bella, aunque la manchen gente que se dedica al politiqueo”.

Pacheco y Rojas-Marcos conversan entre risas junto al también histórico del PA Sebastián Romero. Pacheco y Rojas-Marcos conversan entre risas junto al también histórico del PA Sebastián Romero.

Pacheco y Rojas-Marcos conversan entre risas junto al también histórico del PA Sebastián Romero. / Miguel Ángel González

Pacheco tampoco escatimó elogios a Romero, una víctima de “la revolución y la historia andalucista, que fue tan rápida que se lo tragó, como también se llevó a mucha gente por delante”, puede que refiriéndose a quien se definió a sí mismo como “un hijo del Partido Andalucista con muchos claroscuros, aunque con más luces que sombras”, además de “un poco díscolo, pero quien no lo es”.

Tras expresar su orgullo por un libro que cuenta “la historia de hombres que rompieron el tono monocorde del Estado español, la historia del PA que hizo temblar a todo dios y que enarboló la bandera que otros han manoseado”, el ex regidor jerezano dejó entrever cierto recelo en la aproximación de Juanma Moreno al andalucismo, toda vez que significó que los mismos que han “manoseado” la bandera “han abusado de la ‘A’ de Andalucía, a la que convirtieron en un granero de votos; nos están pescando y hoy tenemos la noticia de la reivindicación del 4-D y también queríamos una reforma agraria, pero cada cosa que hemos pedido han intentado apoderarse de ella con un uso malicioso”.

Acto seguido dio paso a Rojas-Marcos, al que presentó como “el hombre con el que empezó todo” y que, aún eufórico por la encerrona del día anterior al presidente andaluz, ensalzó la figura de Pacheco y su rebeldía: “Díscolo, bendito tú, porque si hubiera más rebeldes Andalucía no estaría como está”, enfatizó, a lo que añadió que “hemos discutido, nos hemos separado políticamente, pero lo admiro y harían falta muchos Pedro en el mundo”.

Resueltas las rencillas del pasado, el fundador se centró en la reivindicación del papel desempeñado por los andalucistas en sus 50 años de historia del que quedará constancia en los cuatro tomos del libro de José Luis Villar, al que en tono irónico anunció que pedirá “aunque sea de rodillas”, que escriba una quinta entrega sobre la capacidad del PA de obrar milagros después de muerto.

Los ex dirigentes andalucistas, protagonistas en el pasado de grandes discrepancias, en el interior de los Claustros. Los ex dirigentes andalucistas, protagonistas en el pasado de grandes discrepancias, en el interior de los Claustros.

Los ex dirigentes andalucistas, protagonistas en el pasado de grandes discrepancias, en el interior de los Claustros. / Miguel Ángel González

El libro “documenta” la historia de “un partido que nosotros decidimos que desapareciera, porque a un andalucista no lo humilla nadie, pero el pueblo no nos quería ya, y o éramos díscolos, como decía Pacheco o, como han hecho otros partidos, nos vendíamos. Desistimos cuando quisimos y hemos mandado en nuestro origen y en nuestro final, qué grandeza, y este hombre –el autor del libro– deja acta con 600 páginas que valen oro porque son documentos y no lo que diga el partido”.

“Nosotros estuvimos 50 años zarandeando al pueblo andaluz a diferencia de Podemos y Ciudadanos, que en cinco minutos tenían los votos, pero entonces no estaba el terreno político para el andalucismo”, pero hete aquí que un partido que “nunca tuvo amparo institucional y que siempre ha tenido que pedir perdón porque éramos un garbanzo en el zapato”, ahora, ya disuelto, con la presentación del libro logra cosas muy importantes, como el anuncio de la instauración del Día de la Bandera de Andalucía por parte de Juanma Moreno, al que “como editorial dijimos que teníamos que invitarlo porque es el máximo representante de Andalucía para dar ejemplo, aunque no estemos de acuerdo con su ideología, pero nos da igual del partido que sea”.

Y lo mismo ocurrió en Cantabria donde invitaron al presidente Miguel Ángel Revilla, y en Madrid con el ex presidente del Congreso José Bono, y en Cataluña con el ministro de Cultura, Miquel Iceta, que “vienen a aplaudir nuestro libro, nuestra historia”, en la que se sustenta el milagro que hizo que el presidente andaluz “se fuera de la lengua cuando reconoció al PA como referente de la autonomía andaluza en el acto en Coria”.

Rojas-Marcos recordó que en su día arrancaron a la UCD de Adolfo Suárez el grupo propio en el Congreso que les negaron Felipe González y Santiago Carrillo, porque “necesitaban nuestro apoyo y ahí está el Estatuto de Andalucía”, pero “ni aún así nos lo reconocen; que si le hemos entregado la bandera a la derecha, que si le hemos entregado el nacionalismo...”. “Desde entonces no se ha vuelto a escuchar la palabra Andalucía en el Congreso y soy el único diputado abucheado y pateado por la izquierda y la derecha porque les reproché que no hacían nada por Andalucía” y el miércoles “arrancamos que el 4-D sea el Día de la Bandera, pero ni aún así; es odio o no se sabe qué”.

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