Manu Sánchez Montero. Maestro

“Hay que amar la educación para llegar verdaderamente a los alumnos”

“Para llegar a los alumnos hay que amar la educación”

“Para llegar a los alumnos hay que amar la educación”

–¿Cuándo supo que estaba hecho para la Educación?

–Pues además de maestro, también soy diplomado en Informática. Llevaba trabajando un par de años para British Telecom cuando me llamaron de la bolsa de maestros para hacer una sustitución en un colegio de Sevilla. Tras unos días de completo caos, de trabajar en un tranquilo despacho a estar con 25 alumnos de 3 años, el último día pude ver cómo pude influir en esos pequeños en tan solo unos días. Se volvió a despertar en mí la llamada de la educación.

–¿Cómo debe ser un buen docente? 

–Definir esto es altamente complicado, pero lo básico para intentar conseguirlo es querer serlo. Has de amar la educación para poder llegar verdaderamente a tus alumnos.

–¿Qué esperan los alumnos de un profesor?

–Aquí habría que distinguir entre maestro y profesor ya que, aunque docentes los dos, son muy distintos sus alumnados. Los alumnos suelen pedir a los profesores que sean una figura cercana, comprensiva y motivadora. Sobre todo, lo último ya que son enormes los contenidos a tratar (o los hacemos enormes) y monótonos. Ellos desean un cambio de paradigma en el profesorado más concordante con la sociedad adolescente actual. Sin embargo, los alumnos de infantil y primaria ven a sus docentes como una figura de apego. Somos sus referentes adultos junto a sus padres por lo que ellos esperan algo de autoridad o guía, pero sobre todo, cariño y cercanía. Se enseña desde el corazón y no desde el libro.

–Ha creado numerosos y exitosos juegos. ¿Cuándo comenzó la aventura? 

–A la vuelta de las vacaciones de Navidad suelo pedirles a los alumnos que lleven a clase algún regalo que quieran enseñar y compartir. Una sencilla actividad para vincular la casa con el colegio y hacer más llevadera la vuelta al aula. Pues uno de esos años, hace más de diez, uno de los regalos que más éxito tuvo en Navidades fue el juego de mesa/juguete. Para mí fue una delicia ver cómo los alumnos contaban cómo había llegado a casa ese juego y cómo se jugaba. Los compañeros no perdían detalle mientras que sus propietarios contaban con todo lujo de detalles cómo se jugaba. De todas las actividades que había hecho en el aula ninguna había sido tan completa para desarrollar las habilidades lingüísticas: hablar, escuchar, leer y escribir. Desde ese mismo momento decidí que el juego en general y el de mesa en particular tendrían que estar presentes en mis clases. Poco a poco fui introduciendo diferentes juegos en las sesiones de trabajo. Primero con juegos comerciales fáciles de aplicar en pequeños grupos para pasar posteriormente a diseñar mis propios juegos de mesa para facilitar el aprendizaje de contenidos y competencias que los juegos ya diseñados no me podían proporcionar. De esta manera nacieron mucho de mis juegos que ahora mismo disfrutan en miles de aulas y hogares. Monster Kit, El castillo del terror, El Rebaño, Piggy Forest, Constructo(r)res o Ant Tomic. Incluso he podido colaborar con unos fantásticos youtubers afincados en Jerez llamados LOL Retos Divertidos. Mi último granito de arena para ayudar a conocer mejor esta metodología ha sido la escritura del libro ‘En clase sí se juega’ editado por Paidós Educación que va por su tercera edición en tan sólo dos meses

–¿Qué juego le hubiera gustado inventar?

–Hay muchos de grandes autores con una gran inventiva y creatividad. Me quedaría con Dixit ya que ayuda a eso mismo, a mantener despierta la imaginación y la interacción positiva con los demás. Creo que por eso estoy haciendo algo parecido con el universo de mis novelas infantiles de ‘Las aventuras de Tueli’.

–¿De qué carece la educación en España hoy?

–Fundamentalmente carece de estabilidad. No podemos cambiar las leyes educativas con tan poco margen de tiempo. Es imposible comprobar los resultados. Y en la mayoría de los casos y en las grandes decisiones nunca se consulta con los docentes y las familias… y ese es un error mayúsculo.

– Y los padres, ¿cómo podemos ser mejores educadores en casa?

–Pues como siempre se ha hecho, apoyando y aportando todo lo que puedan al proceso educativo. Los padres son agentes fundamentales en la educación de sus hijos y no ha de recaer toda la responsabilidad en las administraciones públicas. Una cosa es el aprendizaje de contenidos teóricos y otra es alcanzar conocimientos competenciales y sociales.

–¿Proyectos a la vista?

–Estoy desarrollando varios juegos de mesa para distintas editoriales y colaborando con Santillana en sus libros de texto y materiales. También tengo la suerte de colaborar con la Consejería de Educación en el desarrollo de distintos proyectos.

–Algo que aprendió jugando y que nunca ha olvidado. 

–A disfrutar del tiempo con amigos y familia y a conocerme mejor. El juego es un instrumento social que nos permite estar en contacto físico y psicológico que de otra manera sería imposible.

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