Maximiliano Calvo en Jerez: "La lucidez mola que te cagas: ¿por qué la gente no quiere?"

El artista Maximiliano Calvo cierra una gira de conciertos en el jerezano centro Cartuja, un espacio en el que él mismo ingresó en 2023 para hacer frente a su adicción

Defensa del superhéroe

Un momento del concierto de Maximiliano Calvo este lunes en el centro Cartuja de Jerez.
Un momento del concierto de Maximiliano Calvo este lunes en el centro Cartuja de Jerez. / Vanesa Lobo

"Llevar un mensaje de esperanza". El centro de desintoxicación Cartuja de Jerez, gestionado por Esvidas, fue este lunes escenario de un concierto muy emocionante, cargado de buenas noticias, mucha verdad y fortaleza. Allí, el artista argentino, afincado en Madrid, Maximiliano Calvo puso el broche final a una gira en este lugar especial, ya que el 1 de diciembre de 2023 decidió dar un paso al frente y enfrentarse cara a cara con su adicción y que le inspiró para trabajar en sus últimos singles 'Una temporada mala', 'De mí también me puedo salvar' y 'Media Maratón'. Este centro y el de Montealto fueron durante meses los lugares que le llevaron a abrazarse de nuevo a sí mismo, a identificar lo que le estaba pasando como camino hacia la recuperación.

El acto constó de varias partes: en la primera, Maximiliano leyó el primer capítulo que escribió en Montealto como parte de sus tareas terapéuticas y que forma parte de su primer libro; luego, Álvaro Bermejo, de Iddem Adicciones, quien le acompañó en su tratamiento ambulatorio, gracias al cual pudo retomar poco a poco la composición, los escenarios y su vida, explicó qué los motivó a realizar esta gira, ese mensaje de esperanza. Después, Guillermo Acevedo, socio fundador de Esvidas, moderó junto a Bermejo un diálogo con Maximiliano en el que los pacientes también pudieron hacer preguntas. La tarde finalizó con la actuación de Maximiliano Calvo. Una cita musical íntima, dirigida principalmente a los pacientes.

"Me reconozco desde que entro aquí, en el centro, y cuando me tomo con normalidad quién soy: soy un adicto y todo bien. ¿Por qué tengo que ocultar esto o tengo que sentirme raro? Tengo una ventana social que es la música y me pareció normal contar que soy adicto y que tengo un montón de problemas con mis fantasmas, con mis monstruos y todo lo que me pasaba. Algo que llamó la atención porque lo normalicé y si esto sirve para que alguien pida ayuda antes de destruirlo todo, como me pasó a mí, pues de puta madre. A mí me costó mucho pedir ayuda porque pensaba que no molaba recuperarse, un músico que hacía música rock, que parece que es algo que va unido al consumo. Y me parecía importante decir que si ya antes tenía creatividad, pues sin consumir la creatividad era mayor y mejor, mis canciones son aún más locas (ríe). Y si consumía no me acercaba además a la persona bonita que soy", respondió Maximiliano a la pregunta de "quién eres". "Soy un adicto en recuperación porque esta enfermedad es para toda la vida".

Maximiliano Calvo, junto a Guillermo Acevedo y Álvaro Bermejo.
Maximiliano Calvo, junto a Guillermo Acevedo y Álvaro Bermejo. / Vanesa Lobo

La decisión de ingresar en el centro la propició "los problemas laborales, pero mi idea era volver a consumir cuando saliera del centro. Eso cambió un tiempo después del ingreso porque me di cuenta de que tenía que resolver un montón de cosas. Un tiempo en el que no podía hacer nada para escapar de mí y me tuve que enfrentar a mí y me dije "¡hostias!, tengo un problema conmigo mismo, me quiero muy poco. Y con el miedo que me daba a mí mismo, aquí por cojones lo tenía que hacer y eso mola porque hay un montón de tiempo para tomar la decisión real de querer amigarme conmigo mismo, que es lo que me llevó a decidirme de verdad y empecé a abrazarme. Ya no había forma de escapar de eso. Si no hacía las cosas bien me iba a morir, me dijo un compañero. El vínculo con el otro, eso me ayudó, solo no hubiera podido recuperarme. Si era amable con el otro, que también tiene unas circunstancias parecidas a las mías, ¿por qué no podía serlo yo mismo conmigo mismo?".

Como altavoz de esta enfermedad para darla a conocer a la sociedad, ¿cómo ha sido exponerla al público? "Cuando volví a Madrid me di cuenta de que hay una especie de ocultismo en este mundo. Que parecía raro que no bebiera, que no me drogara y que hacía un montón de cosas creativas por no consumir. La creatividad que yo pensaba que tenía no se asemeja nada a la de ahora porque estoy lúcido. Y al final, estoy siendo una persona que mola, una persona buena, me comporto medianamente acorde con mis valores. No miento nada. Y me di cuenta de que esto mola que te cagas: ¿por qué la gente no quiere? Veía a gente, amigos, que me contaban que estuvieron en tal proceso y nunca se habían enterado de esto. Y si yo puedo ayudar a que eso sea normal... Las canciones hablan de esto, de la enfermedad, de quién soy y no me da vergüenza, al contrario, estoy superorgulloso de haber hecho este trabajo de introspección, esta búsqueda personal y este autocuidado. Acercarme a cosas de las que me tuve que alejar un tiempo de una manera ya más sana, más bonita y más consciente".

Ahora toca mantener la música en la recuperación "y que hayan sido estrictos en los centros eso te permite que poco a poco fuéramos acercándonos a hacer conciertos, algo que fue muy protegido, lejos del alcohol y otras sustancias. Esa euforia de los conciertos, ese chute de adrenalina, lo fui encajando y dándole un marco terapéutico como parte de este momento sobre el escenario. Y luego, cuando bajo, pues lo mismo juego al ajedrez y no pasa nada. Y cuando los terapeutas no venían a los conciertos, pues yo me encargaba de poner los límites a la gente que no entendía que yo tengo un problema y no me mola que bebas aquí. Y con mis canciones fui encontrando un lugar en la música que tiene que ver con la recuperación y cuando me di cuenta de eso, pues se nos ocurrió llevar estas canciones a los centros de desintoxicación donde yo me sentía como en casa. Las canciones no vivían en una sala de conciertos porque habían salido de aquí, de esta experiencia. Es una gira que ahora irá a colegios y cárceles".

"En el mundo real, si soy coherente conmigo mismo, con mis valores y principios, en un espacio seguro, nada puede salir mal. Eso me protege de todo. Ahora ya puedo mirarme al espejo y sentirme una buena persona, algo que antes no podía", concluyó antes del show con su banda, que fue un auténtico disfrute para todos.

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