No estaban todos los que son, los que lo fueron algún día o los que se vanagloriaban tiempo atrás de que eran amigos, incluso íntimos en algunos casos; pero Pedro Pacheco no se vio solo. Varias decenas de personas, entre antiguos compañeros de partido, empleados municipales, amigos e incondicionales en general, acudieron a la primera sesión del juicio por la venta fraudulenta de la antigua estación de autobuses. Eso sí, muchos echaron en falta a otros muchos, una ausencia que indignó a algunos que no dudaron en proclamarlo en el momento que tuvieron oportunidad. "¿Dónde están todos aquellos que metió en el Ayuntamiento?", gritaba uno de los asistentes a la prensa minutos después de que acabara la primera sesión en la sede de la Audiencia Provincial en la avenida Álvaro Domecq. Precisamente, por las contrataciones irregulares de dos compañeros de partido en una empresa municipal, el ex alcalde lleva más de un año cumpliendo condena en el centro penitenciario de Puerto 3.

Y, aunque tanto la policía como la autoridad judicial tuvieron especial celo en 'proteger' al ex regidor, especialmente de los medios de comunicación, no pudieron evitar que, finalizada la sesión, una señora se acercara a él, le diera la mano y le arrancara una sonrisa así como un tímido saludo a algunos asistentes. Fue uno de los pocos guiños que Pacheco hizo a los suyos en la mañana de ayer.

En la sala de vistas, y fuera de ella, pudieron verse a antiguos ediles como Luis Silva, Rocío Montero, Raúl Ramírez o Alfonso García; a representantes sindicales actuales o ya retirados como José Vergel, Antonio Saborido o José García; y a integrantes de otros colectivos como Manuel Muñoz Natera o Paco Flores, entre otros. Los familiares de Pacheco habían decidido no acudir desde hacía días. "Lo tenían prohibido; bastante martirio ya tienen como para verlo otra vez en el banquillo", señalaba un allegado.

El ex alcalde llegaba a la Audiencia a las nueve y veinte minutos de la mañana en un furgón de la Guardia Civil. Minutos después era trasladado a la sala de vistas situada en la segunda planta del edificio judicial donde se encontraba con el resto de acusados. En ese impasse, un de sus seguidores, siguiendo la táctica casi siempre efectiva del despistado, lograba acceder a la sala y cruzar varias palabras con Pacheco, un intercambio de saludos interrumpido rápidamente por un policía que conminó al 'intruso' a esperar fuera. Pero el objetivo lo había logrado.

Al ex primer edil le tocaba sentarse en el extremo derecha de la bancada de los acusados; a su lado se situaba Francisco Chaves, socio de José Luis López, 'El Turronero'. Cuando se permitió la entrada de público en la sala, Pacheco, vestido de chaqueta de ante y pantalón vaquero, ya se encontraba sentado junto al resto de acusados. A pesar del pequeño revuelo que supone la entrada de público en esta sala ya que muchos buscan los primeros sitios, evitaba mirar hacia atrás; sabía que era el objetivo deseado de las cámaras. Tampoco nadie hizo el ademán de acercarse al ex regidor.

Muchos de lo que acudieron no veían a Pacheco desde hacía más de un año, desde días antes de que fuera detenido por la Policía Nacional cuando salía de su vivienda -ubicada muy cerca de la sede judicial, por cierto- para desayunar con un grupo de amigos. "Tiene buen aspecto", señalaba una de las asistentes al juicio. Otra le contestaba: "Tiene sus altibajos en la cárcel pero se le ve bien".

Pacheco se pasó las dos horas y media de la sesión de ayer mirando al suelo, a ratos, y al techo, en otros. Nunca giró la cabeza hacia atrás buscando a alguien, aunque supiera que, tras las dos filas reservadas para los periodistas, estaban los suyos, deseosos de dedicarle algún gesto de ánimo y de hacerle ver que estaban allí, que siguen con él y que no han dejado de apoyarle a pesar de sus problemas judiciales. Pacheco dio en todo momento una sensación de no querer prestar demasiada atención a lo que ocurría en la sala; ni siquiera mostró más interés cuando intervino su abogado. Solo él puede decir si realmente estaba ausente, si era la imagen que quiso proyectar o si acabó contagiándose de una anodina y monótona sesión inicial de un juicio que tiene previsto desarrollarse durante aproximadamente un mes. No en vano, las cuestiones previas en una vista oral suelen ser un momento farragoso por su elevado contenido jurídico, por lo que resultan ser difícilmente comprensibles al detalle para un público neófito y poco acostumbrado a estas lides. De hecho, la extensa intervención de uno de los letrados propició que algunos asistentes buscaran en la charla el mejor modo de que transcurrieran los minutos, con la consiguiente llamada de atención del funcionario auxiliar de la sala invitando a guardar un silencio riguroso. Incluso, José Luis López pidió ausentarse durante unos minutos para ir al baño, extremo que no le fue autorizado.

Pasados cuarenta minutos del mediodía el magistrado Ignacio Rodríguez Bermúdez de Castro daba por finalizada la sesión de ayer y se producía el único gesto que Pacheco tenía con los que decidieron ir a verle. Fue con la consabida señora que se acercó para darle una bolsa con botellas de agua y, de paso, saludarle. El ex alcalde sonrió, hizo un tímido gesto y salió de la sala de vistas. Escasos minutos después, era llevado de vuelta a Puerto 3 a bordo de una furgoneta de la Policía Nacional.

Ya con Pacheco camino del centro penitenciario, varios allegados y seguidores del antiguo líder andalucista decidían acercarse a los pocos medios de comunicación que ya quedaban en el lugar para expresar su indignación al entender que son inmerecidos los problemas judiciales por los que está atravesando. Uno de ellos decidía dirigirse directamente al abogado Juan Pedro Cosano, que defiende los intereses de la empresa municipal Emusujesa (acusación particular) y reprenderle: "Cosano, Pedro ha sido compañero tuyo, a ver si lo ayudas". Mientras, otra de las mujeres presentes insistía en las ausencias de 'antiguos amigos' ayer en la Audiencia. "¿Dónde está el pueblo de Jerez al que Pedro Pacheco tanto ayudó? ¿Dónde están todos aquellos que metió en el Ayuntamiento? Todos deberían estar aquí", insistió. No en vano, ella lo tenía y lo tiene claro pues "el mejor alcalde que ha tenido Jerez ha sido Pedro Pacheco". Una de sus amigas agregó: "Qué lo saquen ya de allí, que ha sido muy bueno y no se merece todo lo que le está pasando". Hoy, muchos han prometido volver para seguir apoyando ante lo que entienden una nueva "injusticia" hacia la persona que dirigió la ciudad durante 24 años. Uno de ellos lo resumía con la siguiente afirmación: "Toda la familia Pujol fuera y él dentro de la cárcel".