Diego Boza / Delegado de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía en la provincia

"Las mejoras de las condiciones en el hotel Ávila son insuficientes"

  • La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía asegura que muchos menores inmigrantes se acaban marchando de forma voluntaria y "lo más preocupante es que están en la calle"

Dos menores, seguidos de una trabajadora social, dirigiéndose hacia la entrada del hotel hace unas semanas.

Dos menores, seguidos de una trabajadora social, dirigiéndose hacia la entrada del hotel hace unas semanas. / MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) mantiene el foco puesto en el hotel de la calle Ávila, habilitado desde hace unos dos meses para la acogida de menores inmigrantes no acompañados, tras la saturación que se produjo en los centros propios de la Junta, en concreto en Jerez en el Manuel de Falla, por las llegadas masivas durante el verano.

Diego Boza, delegado de Apdha en la provincia, señala que aunque las condiciones en que viven los jóvenes en el hotel reconvertido han mejorado ligeramente "para nosotros siguen siendo insuficientes". La asociación, que en su día denunció la situación ante la Fiscalía y el Defensor del Menor, tiene ya constancia de que el Defensor ha admitido la queja y sigue los trámites correspondientes, mientras que aseguró que por parte de la Fiscalía no han tenido ninguna comunicación.

No obstante, la asociación sigue manteniendo contacto con algunos menores que permanecen en el hotel desde el principio y con otros que van llegando, porque, según sostiene Boza, "hay una rotación importante. Los chavales no se quedan mucho tiempo porque no les gustan las condiciones y al estar en un régimen abierto, se van". La preocupación de la asociación es que mayormente estos menores acaban en la calle, "a no ser que encuentren a alguien que les ayude o puedan ir a otro lugar. Pero hay muchos menores desatendidos que no sabemos dónde están".

Lamenta que estas circunstancias hacen que se vean abocados a caer en manos de redes, de la delincuencia y la marginalidad "porque no se les está ofreciendo protección".

El temor por parte de la asociación también se extiende al rechazo que pueden provocar estos menores en la población autóctona, "que por supuesto no justificamos. Pero podemos entender que ver a 60 o 70 adolescentes sin hacen nada en todo el día, a la gente le preocupa”. 

Según manifestó Boza, aunque desde la Junta se ha comunicado que la utilización de este recurso es provisional y de emergencia, el contrato se ha firmado por un año "y no nos extrañaría que hubiera una voluntad de mantenerlo. La Junta habla de una situación coyuntural, pero tiene la experiencia de 20 años viendo cómo la llegada de inmigrantes y menores no acompañados es algo estable y su capacidad de acogida es muy baja". 

Desde la Apdha no se ponen objeciones a la elección del antiguo hotel, pero sí a las condiciones en que se encuentran los jóvenes. "Al fin y al cabo, es un lugar donde la gente pagaba antes por dormir y que se ha acondicionado, el problema es que el concierto para la gestión de las instalaciones no se hace por el dinero suficiente y se da a empresas que no están especializadas ni tienen un proyecto integral para estos menores". Boza admitió que los trabajadores de la empresa, en este caso Anide, son también perjudicados por esta situación.

Abundó en que la legislación obliga a cuidar de estos menores, a darles formación y capacitarles lo mejor posible para que en un futuro puedan aportar, "incluso, mirándolo de forma egoísta". Insistió también en que se necesitan más plazas para ellos, pero plazas estructurales."Claro, para esto la Administración necesita un tiempo, pero no queremos que estas plazas que se han habilitado de forma provisional se conviertan en una excusa para no hacer las otras". 

Respecto a las condiciones en que viven los jóvenes, Boza aseguró que no reciben ninguna formación, salvo clases de español, pero "insuficientes y por personal no especializado" y además indicó que tampoco, salvo excepciones, se les deja utilizar los móviles, "cuando es la única forma que tienen de mantenerse en contacto con su familia".

La asociación señala que, tras las denuncias, la Junta realizó dos inspecciones en las instalaciones que en cierta forma han provocado que mejoren algunas situaciones, "aunque pasada la inspección, algunas se han vuelto a reproducir y el mayor problema es que no se les está dando una atención integral a estos chicos".

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