"El mérito de este centro es el espíritu cooperativo que existe"

Tras doce años como jefa de estudios, Mariló Martín asumió la dirección del Ceper Victoria Alba el pasado curso. Tomaba así el relevo de su predecesor, Enrique del Valle, que estuvo en el cargo los anteriores 18 años.

-¿Ha habido muchos cambios desde que llegó al centro?

-Sí que ha habido. Yo empecé con las primeras campañas de alfabetización, primero en el Aljibe y luego aquí. Cuando llegamos no había ni picaportes en las puertas, porque éste había sido un colegio de Primaria, que se había abandonado e imagínate cómo estaba. Afortunadamente, con el esfuerzo del equipo docente y del alumnado, porque una vez hasta pintamos el centro, se fueron haciendo cosas. Lo que no ha cambiado ha sido el espíritu de cooperación, es decir, el alumnado que llega aquí se da cuenta de que esto es una comunidad muy pequeña y poco a poco aportan cosas. Es un espíritu familiar.

-¿Y a nivel educativo?

-Muchísimo. Hay que tener en cuenta que los primeros años se hacían campañas de alfabetización, porque la mayoría de la población era analfabeta y muchas mujeres no sabían ni leer ni escribir. De ahí hemos pasado a las nuevas tecnologías, y el acceso a titulaciones, o sea, graduado de Secundaria, acceso a la universidad, grado superior y el B-1 de inglés, que también es muy demandado.

-¿Cuál es el perfil actual?

-El perfil ha cambiado bastante, porque al principio venía gente de más de 40 años pero en los últimos cursos nos estamos encontrando a muchos jóvenes que como consecuencia de la crisis se han quedado en una especie de limbo. Era gente que con el boom del ladrillo tenían su trabajo y no necesitaban titulación, pero que ahora se encuentran con que hoy día lo primero que les piden es el graduado. También hay gente que viene a reciclarse en conocimientos informáticos y de inglés.

-¿Cuál es el mayor mérito de este centro en estos 25 años?

-Mantenernos. Empezamos con 9 profesores y somos 16, pero detrás ha habido mucho trabajo. La zona es complicada, y hemos tenido que hacer campañas de captación agresivas para que la gente conozca el centro. Lo difícil es hacerlos llegar porque una vez que lo hacen se dan cuenta de cómo funcionamos. También creo que dentro del barrio hemos hecho un trabajo importante para que no nos consideren hostiles.