Dos miradas frente alcáncer
Salud Verdades y mentiras sobre un mal explicadas por un doctor y una paciente
Charla con el jefe de cirugía del hospital de Jerez y la bailaora Angelita Gómez, que padeció la anfermedad
En esta semana que acaba se ha celebrado el Día Mundial del Cáncer de Mama, una enfermedad de la que sabe mucho el jefe del servicio de cirugía del Hospital de Jerez e integrante de la Unidad de Mama, Francisco Mateos. La bailaora Angelita Gómez también tiene un profundo conocimiento del cáncer. El suyo no fue de mama, sino de amígdalas, así que lo que sabe lo sufrió en sus propias carnes. Felizmente, de eso hace ya veinte años pero a día de hoy continúa siendo voluntaria en la Asociación de Lucha Contra el Cáncer. Son muchas las mujeres operadas de cáncer de mama a quienes después les quedan problemas de movilidad en el brazo, y Angelita ha contribuido a que buena parte de ellas la recuperen con sus clases de baile y de castañuelas. Son dos miradas sobre la misma enfermedad: la del médico y la del paciente, y ambos han querido darnos esa visión.
"Ahora mismo -explica Francisco Mateos- teniendo en cuenta que en el área de influencia de Jerez nosotros vemos a unos 400.000 habitantes, anualmente estamos viendo más de doscientos casos de cáncer de mama. Ahora mismo somos el hospital de la provincia que más casos de cáncer de mama opera anualmente y dentro de eso tenemos los que han sido detectados en mamografías sistemáticas o los que se diagnostican en consulta de atención primaria o especializada".
De estos doscientos casos, a casi la mitad se le está ofertando ya una cirugía mamaria conservadora, que consiste en extirparle sólo la lesión más lo que se llama la biopsia del 'ganglio centinela', el primer ganglio donde drena la zona de la mama.
A la otra mitad, casi un treinta por ciento se le oferta una cirugía reconstructora inmediata o diferida para dejarle la menor secuela posible. "En nuestro hospital -señala el jefe de cirugía- tenemos un sistema de derivación muy rápido, de tal forma que una enferma con un diagnóstico presunto de cáncer de mama la vemos en menos de quince días y el diagnóstico quirúrgico se suele realizar entre treinta y 35 días, es decir, que en un mes y medio la enferma está diagnosticada y operada".
¿Hasta qué punto es importante el factor tiempo? En este sentido Francisco Mateo explica que "para que un tumor se detecte se tarda casi siete años, eso no es de un día para otro porque empieza con una sola célula. Desde que se detecta hasta que se opera si pasan muchos meses puede aumentar el tamaño pero, en condiciones normales, si se coge en el tiempo en el que nosotros lo estamos tratando no empeora el pronóstico".
El doctor señala asimismo que "ahora mismo se detectan muchos cáncer de mama pero la mortalidad ha bajado, no porque lo hagamos mejor los cirujanos sino porque hay más opciones de tratamiento. La oncología hoy tiene muchas opciones de tratamiento y casi el 80% de los tumores de mama diagnosticados se curan. Hay que desterrar ese miedo a morir por un cáncer de mama porque ahora mismo hay muchas más posibilidades de seguir viviendo que de morirse por un cáncer de mama".
Pese a todo, reconoce que "decirle a un enfermo que tiene cáncer es muy complicado. Aunque le hayan hecho la biopsia y tenga todo positivo, generalmente somos los que le decimos lo que tienen y que hay que operarle. Eso requiere tiempo, generalmente una media hora en la consulta para explicarles lo que hay que hacerles, las opciones terapéuticas y las posibilidades de curación, por lo que es necesario una sensibilización muy especial con el tema. Es muy duro decirle a una mujer que tiene un cáncer de mama y nosotros no podemos tomar una opción terapéutica si la paciente no quiere. La paciente tiene que saber qué alternativas tiene y qué es lo que quiere hacer".
En este sentido reconoce que "hay veces que, por miedo, el paciente no quiere que se le haga una cirugía más pequeña, que actualmente tiene totalmente asegurados los mismos resultados que una cirugía más grande. También hay pacientes que no quieren operarse y no quieren ir al cirujano cuando le dicen que tiene un cáncer de mama y otros con tumores muy avanzados porque no se lo han querido decir a la familia, incluso personas jóvenes con tumores muy 'pasados' porque no han querido que las vea el cirujano. Por suerte, esto se ve cada vez menos".
Francisco Mateos asegura que "está demostrado que entre el veinte y el treinta por ciento de las demoras se produce porque la paciente tiene miedo a ir a su médico y una de las cosas fundamentales es la autoexploración mamaria. Quien mejor se conoce la mama es la propia persona y nosotros lo vemos a lo mejor una vez al año o cada dos años, pero una mujer se puede conocer muy bien lo que es su mama y si se explora en el momento en el que note lo más mínimo extraño, inmediatamente debe ir a su médico".
Por su parte, la bailaora Angelita Gómez se dio cuenta de que algo iba mal "en el año 90, porque se me inflamaban mucho la amígdala derecha y entonces venía a mi academia a bailar un otorrino muy bueno, se lo comenté y me mandó al hospital. Me operaron de las amígdalas y la amígdala derecha no les gustó, así que la mandaron a analizar y a los veinte días me llamaron a mi marido y a mí".
Ante los términos médicos que utilizaba el doctor, Angelita reconoce que "yo me quedé en Babilonia y le pregunté: "¿esto qué es lo que es?, porque yo no me enterado de nada" y el doctor me contestó: "Mira, la palabra es muy fea, es cáncer" y yo me descompuse".
Su siguiente pregunta fue "¿me voy a ir o esto se puede curar?", pero afortunadamente luego le hicieron más pruebas y comprobaron que no había metástasis. Lo siguiente fue el tratamiento con quimioterapia, donde dio pruebas de su fortaleza, "porque me ponía la quimioterapia y acto seguido me iba para la academia de baile". Un año después le hicieron nuevas pruebas en la que aparecieron dos linfomas "y un día 28 de febrero me desvanecí, me caí al suelo sin defensas, muerta. Me ingresaron incomunicada en una habitación del hospital y entonces fue cuando se enteró mi hija, que vive en Los Ángeles. Yo había ido allí cuando nació mi primer nieto e incluso atrasé la primera operación por el viaje, pero no le dije nada. Una vez que volví fue cuando me operé y empecé con la quimioterapia, en el año 91, pero en el 92 fue cuando me desvanecí y entonces mi marido llamó a mi hija. Entonces me fui a Los Ángeles, me dieron nuevamente quimioterapia y luego radiación, que aquí no me la querían dar porque decían que me iban a quemar las cuerdas vocales".
A los tres meses le dieron el alta "totalmente curada y aquí me tienes, aunque cada seis meses me hago una analítica y por supuesto, la mamografía todos los años, que es muy importante, porque una cosa pequeñita se puede coger a tiempo y se puede arreglar".
Su toma de contacto con la Asociación de Lucha Contra el Cáncer fue cuando la hicieron Rey Mago "y nos dedicamos a ir por las asociaciones para ver qué es lo que necesitaban, las cosas más urgentes. Entonces fue cuando me enteré de que en Jerez había una Asociación de Lucha Contra el Cáncer , en la avenida de la Cruz Roja. Cuando fui me preguntaron "¿por qué no te vienes a la asociación?" Yo les pregunté qué es lo que podía hacer en la asociación y me contestaron que por ejemplo dar clases de baile, así que no me lo pensé. Las enseño a bailar sevillanas, bulerías, rumbas, a tocar las castañuelas, las palmas... Todo eso es bueno para el movimiento de los músculos y de los tendones de los brazos . También íbamos a la Feria todas juntas, se organizaban excursiones..."
Para ella ha sido "una gran satisfacción darles clase de baile a estas personas porque a los dos o tres meses los brazos los podían mover hacia atrás, recuperaban movilidad... Todas esas personas me daban las gracias porque por ejemplo podían ponerse ya el sujetador solas o peinarse gracias a los movimientos del baile. Ahora ya estamos trabajando para la cena que tenemos el 27 de noviembre y pidiendo, porque toda la ayuda que nos presten es poca. Necesitamos voluntarios".
También quiere dejar claro que "esta asociación no es sólo contra el cáncer de mama. Es contra el cáncer. El mío por ejemplo no fue cáncer de mama y estoy ahí. Hay una doctora, un equipo de psicólogos... personas que pueden ayudar a quien lo necesite".
A quien descubra que padece esta enfermedad le dice que "psicológicamente hay que tener mucha fuerza. La palabra cáncer es muy fea y te vienes abajo pero no hay que pensar en que uno va a morirse, porque hoy la medicina está mucho más adelantada que hace veinte años y hoy si se coge a tiempo te pueden ayudar a seguir viviendo, pero para curarse el cincuenta por ciento es tu fuerza, tu interés, tus ganas... El otro cincuenta por ciento lo ponen los especialistas pero si tú te quieres morir, te mueres".
Ella personalmente decidió irse a Los Ángeles y reconoce que "en España la oncología hoy está mucho más avanzada que hace veinte años, pero al no haber el dinero que se necesita para la investigación y para comprar esos aparatos tan adelantados que hay... En España hay buenísimos profesionales, pero tenemos que reconocer que donde hay más dinero hay más medios. No es porque en España no haya buenos profesionales. Los hay buenísimos, pero América es América y allí hay muchísimo más dinero para todas estas cosas de investigación".
También te puede interesar
Contenido ofrecido por Turismo de Ceuta
Contenido ofrecido por CEU en Andalucía