Manuel Garrido Luceño. Bailarín del Ballet de la Ópera de París

“Yo no nací con suerte, nací con las ganas de bailar”

Manuel Garrido, en la Ópera de París.

Manuel Garrido, en la Ópera de París.

–Le acaban de hacer fijo en el Ballet de la Ópera de París. Una noticia muy deseada por usted.

–Sí. Es un sueño hecho realidad porque llevo cinco años trabajando en la Ópera detrás del contrato fijo.

–¿Cómo ha sido el camino hasta lograrlo?

–Complicado. Pero el trabajo siempre tiene su recompensa. Me siento muy contento, no sólo porque estoy en la Ópera, sino porque he mejorado muchísimo. El objetivo ha sido muy alto y me ha hecho madurar más, trabajar más y tener una motivación para seguir. Aún no me lo creo. El año pasado me quedé segundo, casi.

–¿Cómo son las pruebas de acceso?

–Son públicas, todo el mundo puede inscribirse. Hacen una preselección por foto y currículum. Y luego están los invitados a la audición, que consiste en una clase de la que van eliminando bailarines. El jurado, unas veinte personas, decide después por votos. En la Ópera hay fijos unos 150 bailarines y depende de la gente que se vaya o se jubile, están esos contratos libres.

–¿A qué edad se jubila un bailarín en la Ópera de París?

–A los 42 años.

¿Y qué se hace después?

–Ya depende de cada uno. Hay quien se dedica a enseñar, a ser coreógrafo, organizar galas e incluso a estudiar otra cosa. Cuando se va acercando la edad algunos empiezan a preparar proyectos.

–¿Qué supone ser fijo de la Ópera de París?

–Saber que vas a tener tu carrera profesional como bailarín hasta los 42 años en un teatro muy importante y de prestigio. Aquí te tratan muy bien, te pagan bien, hay un buen repertorio y variado, desde los más clásicos hasta las creaciones nuevas de contemporáneo. Está todo a un nivel muy alto. No se puede querer más que eso. Además, estoy cerca de casa. El año que viene vamos a Corea y ahora están, por ejemplo, en Los Ángeles. Yo he entrado en el cuerpo de baile, luego se puede promocionar cada año para subir de grado y ser demi-solista, solista, primer bailarín o bailarín estrella (étoile).

–Ahora, ¿cuál es la meta?

–Ahora se puede decir que es el principio de mi carrera. En noviembre me quiero presentar para demi-solista, pero mi objetivo es llegar a ser bailarín solista y mi sueño es llegar a ser bailarín estrella un día, imagino que como todos los bailarines. Pero mi objetivo ahora mismo es ser solista. Me veo, veo mis capacidades y quiero bailar solo. No me gustaría quedarme en el cuerpo de baile toda mi carrera.

–Ha recorrido numerosas compañías por todo el mundo, pero dice que en París es donde se siente más a gusto.

–Sí. Me siento más como en casa. Me gusta la compañía, el estilo, la forma de trabajar, los profesores, el repertorio, la ciudad me encanta. Llevo cinco años en París y ya he creado mi casa y tengo muchos amigos.

–¿Qué espectáculos tiene a la vista?

–Empiezo el 22 de agosto y haremos una gira por el sur de Francia, en septiembre.

–¿Le hubiera gustado hacer esta carrera en España? ¿Es posible?

–No es posible. Tenemos una compañía, la Nacional de Danza en Madrid, que tiene muchos problemas: pagan mal, no tratan demasiado bien a los bailarines, el repertorio es corto porque no tienen dinero, los gestores no entienden mucho de danza, etc. Es una pena porque en España hay mucho talento, muchos bailarines que tienen que salir fuera, y fuera no siempre les va bien. Fuera es un mundo duro y hay que estar preparado.

–¿Cómo mantiene los pies en la tierra?

–Siempre los he tenido. Nunca me he creído nada. Me he llevado muchos palos. Nada ha sido fácil, ni bonito, ni es cuestión de suerte. He trabajado muchísimo y he tenido muchos problemas. Me marché con 16 años, siempre solo. Conseguí una beca en Nueva York. He recorrido mucho mundo para llegar hasta donde estoy, con el apoyo de mis padres, claro, que respetaban mis decisiones. Pero que suba una foto a Instagram no significa que tenga suerte y todo haya sido fácil o que haya nacido así. Yo no nací así, sólo nací con las ganas de bailar. Luego ya el trabajo ha sido por mí mismo. Nada ha venido en bandeja. Obviamente, me ayudó en mi preparación para esta prueba Belén Fernández (de la jerezana Escuela de Música y Danza Belén Fernández). Pero todo ha venido de mí. Yo quería entrar por mi talento y esfuerzo, pero siempre he estado apoyado por mis padres y profesores, claro.

–¿Dónde se ve con 42?

–Prefiero ir año por año e ir promocionando dentro de la propia compañía.

–Un consejo...

–Luchar por las cosas pero con el corazón, y sin rendirse.

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