El nuevo detective

La crisis hace subir el número de casos de investigación económica · El investigador privado asume ahora otros asuntos

Juan P. Simo

06 de junio 2010 - 08:19

Desengañémonos. Los modernos detectives privados no parecen, ni por asomo, a los que acostumbramos a ver en el cine. Esa imagen pintoresca del detective de ficción, con su sombrero, humo del cigarrillo y gabardina que nos enseñaban las películas americanas no existen. Philip Marlowe fue uno de ellos; el detective de Los Ángeles creado por Raymond Chandler. Bajo la piel de un duro y bebedor detective, era también un apasionado del ajedrez y la poesía, no usaba la violencia para ajustar cuentas y nunca tuvo miedo al dolor físico. Pero ni Marlowe ni Dick Tracy ni muchos otros que acudían a la caza del malo, aunque fueran testigos de otra crisis, entenderían el trabajo que ahora se les viene encima.

Los detectives de hoy día nada tienen que ver con ese perfil. Los casos de infidelidad, que se prodigaban antes, ya han pasado a un segundo plano. Quien quiere divorciarse ahora, se divorcia y punto, sin necesidad alguna de una prueba de infidelidad. No hace falta ningún detective. Lo explica Juan Carlos Arias, fundador de la empresa Adas, con clientela en parte del país, especialmente Jerez y Cádiz: “La ruptura de la pareja y documentar la infidelidad ya es arqueología. Los conflictos ahora son por custodiar menores, discutir pensiones alimenticias o compensatorias, repartir la extinta sociedad conyugal e inventariar bienes. El fraude a la hora del divorcio es patente, sobre todo cuando existen dinero y bienes que dividir. Es sabido que con la ley del ‘divorcio expres’, alegar infidelidad es perder el tiempo”.

La Asociación de Detectives Privados de España (APDPE) ha asegurado que la crisis ha multiplicado por cinco las investigaciones que hacen los detectives, un dato que parece exagerado a Arias: “La crisis ha afectado al investigador privado como a todos los sectores, aunque sí es cierto que ha subido el nivel de encargos para confirmar domicilios de deudores que rechazan notificaciones, búsqueda de bienes para embargar o demandar sobre seguro. Lo que más abunda es investigar conflictos de socios, comerciantes infieles, herencias... Sin embargo, hay menos posibilidades para los recién licenciados a la hora de montar agencias o ser independientes como en mi época, casi treinta años atrás. La única salida es ser autónomo mal pagado de alguna macroagencia”.

Se dice que, a cuenta de la crisis, el 25% de las investigaciones que hace ahora el detective son pesquisas económicas o financieras. “El dinero mueve el mundo. Hay muchas empresas que tienen conflictos entre socios capitalistas y gerentes trincones a quienes delegan funciones. Las entidades financieras sufren mucho fraude que jamás desvelan para no crear alarma entre la clientela. Las aseguradoras vieron multiplicar el fraude porque la crisis hurtó liquidez y clientes. Hoy por hoy, la investigación económica o inclusive saber hasta qué punto se dice la verdad en el currículum de un candidato a ejecutivo es sustantivo. Las mutuas, pymes y autónomos sufren del absentismo más que nunca aunque los proclives a la baja se lo piensen más que antes”.

¿Es que la crisis no ha hecho bajar las cifras de abstinencia laboral y de bajas fingidas? Juan Carlos Arias explica que no hay números fiables. “El nivel de absentismo en organismos y entidades públicas, macroempresas y pymes sigue en la misma tónica que años atrás. Los autónomos, lamentablemente, suelen ser investigados por sistema por cuenta de mutuas celosas de sus cuentas, aunque olvidan que manejan fondos de los cotizantes. Para el empeño cuentan con médicos fidelizados, enfermeros preguntones y fisios con antenas ‘alerta’.

“Pero el detective español lleva muchos años investigando temas financieros y económicos. Hay mucha demanda en cuanto a internet, fraudes y espionaje informáticos, contramedidas en búsqueda de micrófonos, cámaras y GPS que todo lo cantan. Hoy, el detective que lleva la agenda en el móvil junto al ordenador sin salir del coche es una realidad. Pero siempre debe pedirse licencia a la hora de contratar. Mucho espabilado, incluyendo ex militares, policías, guardias civiles y vigilantes o ‘investigadores’ que compran insignias por internet están a la caza del dinero fácil de bienintencionados”.

Las últimas promociones registran un mayor número de licencias en manos de mujeres. Pero éso no lo ha provocado la crisis. “Creo que nos debemos felicitar, pues ellas suelen ser mas intuitivas que los hombres, a quienes le ganan la confianza con la consabidas armas femeninas. La crisis, sin embargo, registra el cierre de agencias en Madrid y Barcelona y otras capitales. Muchos acaban trabajando para otros cuando antes no tenían jefes. De las casi 2.500 licencias que hay emitidas se calcula que operativas no llegan a las 1.500, considerando que hay jubilaciones y defunciones. No obstante, hay más universidades donde estudiar para detective. El verano pasado di clases en la del País Vasco, donde la primera promoción saldrá en pocos meses”.

Le pregunto si, en tiempos de crisis, el ‘producto estrella’ que ofrecen a los bancos y cajas es la localización de morosos. “Mi experiencia me informa que localizar morosos no es nada ‘estrella’. Es tan antiguo como el departamento de fallidos o recuperación de activos en banca y cajas de ahorros. Las desaparecidas Cajas de Jerez y Cádiz (hoy Cajasol y Unicaja, respectivamente) contrataron a muchos detectives para recuperar créditos o localizar destinatarios de demandas. La picaresca de algunos daba para coplillas de Carnaval. Hubo dos gemelos que se cambiaron los DNI y el nombre de sus calles en una urbanización de adosados portuense para esquivar un crédito impagado. La agencia que titularizo ha investigado casos por cientos de morosos profesionales que engañan a bancos, cajas, financieras, avalistas. Poco se sabe de ellos, los primeros interesados en ocultarlos son los ejecutivos financieros; de lo contrario, su credibilidad se evapora. Bastantes historias al respecto conté en mi obra ‘Confidencias de un detective’ .

Juan Carlos Arias mantiene que “ser detective es crecerse ante la adversidad e improvisar para sacar la misión adelante. En mi caso, la curiosidad y llegar al tuétano de la verdad me motiva si el cliente me apoya. Suelo interrogarlo para confirmar hasta dónde quiere llegar. Confieso que me engañaron clientes e investigados. Pero con esa humildad se aprende a hacerlo mejor y servir al bien común. Poca gente sabe los pleitos, conflictos, dinero y tiempo que ahorra una buena investigación. Contratar a un detective es rentable porque siempre descubres algo que no sabía ni el propio cliente. Anécdotas tengo muchas; una buena es un cliente de Jerez que quería localizar a un ex socio que vivía en un pueblo que empezaba por ‘chi’. Lógicamente se focalizó la búsqueda entre Chipiona y Chiclana. Al final localizamos la casa ,cerca de Algeciras. Se llamaba ‘La Chicharra’. Ahí vivía tan plácidamente nuestro objetivo”.

stats