Fallece a los 55 años de edad Javier Medina García de Polavieja

La familia Medina, propietaria de Bodegas Williams & Humbert, ha dado su último adiós este miércoles a uno de sus miembros más queridos. Javier Medina García de Polavieja, "el amigo de la eterna sonrisa" como lo describe el periodista Eugenio Camacho a través de sentidas palabras de despedida publicadas en su cuenta de facebook, fallecía el miércoles por la mañana a los 55 años de edad a causa de una grave enfermedad.

Amigos y representantes del sector bodeguero han acompañado a la familia en el entierro en el cementerio de La Merced de Javier Medina, al que su viuda Sonia Barbosa y su hermana Cristina, afligidas por tan dolorosa pérdida, definen como "una persona muy querida, noble, generosa, humana y simpática, que no tenía una mala palabra para nadie", además de "muy familiar y amante de los animales".

Miembro destacado de la segunda generación de la familia Medina a cargo de la bodega jerezana, Javier ha desempeñado prácticamente toda su carrera profesional en el Departamento Internacional de Williams & Humbert, al que se incorporó en el año 92 tras finalizar sus estudios de International Business en Madrid, en la universidad americana 'Schiller Business Administration'.

El propio Javier Medina cuenta en una entrevista publicada en Global, revista corporativa de la firma bodeguera, que tras "empaparse" las diferentes áreas de negocio, los clientes, la filosofía de trabajo... en un principio se hizo cargo de las marcas blancas de Williams en Benelux, Reino Unido y Estados Unidos, para después dar el salto como responsable del mercado español de Duty Free (tiendas de aeropuertos, Iberia, cuerpo diplomático, etc) y del área de Latinoamérica, principal mercado después del nacional de marcas como el brandy Gran Duque de Alba, Crema de Alba y Dry Sack, y donde conoció a su mujer, de origen brasileño.

Para Javier, al que el poeta Rafael Benítez Toledano evoca como "la persona más generosa, atenta, amable y desprendida" de la reunión gastronómica 'La Francachela' a la que pertenecían, era "un gusto trabajar" con las personas de esos países del otro lado del Atlántico, a los que "la herencia cultural los hace más cercanos" en una relación profesional, aunque basada también, "y mucho, en la confianza y la amistad", la misma que destacan sus seres queridos a modo de despedida en sus mensajes en redes sociales.

Descanse en paz.

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