De las obras al Museo

Educación | Amigos del Museo

Museo Arqueológico.
Museo Arqueológico.
Diego Bejarano Gueimúndez - Asociación Amigos del Museo

11 de febrero 2025 - 03:27

En el Museo Arqueológico Municipal se recepcionan obligatoriamente las piezas procedentes de obras realizadas en el centro histórico. Estas obras se ejecutan en cumplimiento de la legislación autonómica vigente en materia de patrimonio histórico y el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) de Jerez, redactado en 2008.

De hecho, la ampliación del museo, reabierto en 2012, da cabida a lo más selecto de este material, incorporando a la colección permanente piezas de cronología andalusí y medieval cristianas (siglos IX al XV), pero también de épocas moderna y contemporánea e, incluso, restos arquitectónicos, que nos hablan de los gustos de la sociedad jerezana, de las vajillas, los adornos personales, o la decoración de los edificios.

De los primeros momentos de Jerez como centro urbano de cierta entidad (Sharish), y del refinamiento de su clase dirigente, nos podría hablar la magnífica colección de piezas decoradas en “verde y manganeso” procedentes de la plaza de Belén, compuesta sobre todo por zafas o ataifores, del siglo X, en plena época de esplendor del califato de Córdoba, probable lugar de procedencia de tan singulares piezas.

Gracias a los seguimientos arqueológicos efectuados antes y durante el desarrollo de obras de rehabilitación o reformas, podemos hoy admirar una magnífica muestra de tablazones de madera decorados (alfarjes), del siglo XV, que formaron parte del techo de una potente casa medieval situada en el nº 3 de la calle Castellanos o, procedente del nº 3 de plaza San Lucas, un fragmento de la decoración mudéjar de la pared de esta espectacular finca.

También del siglo XV tenemos la magnífica colección de vidrios de una vajilla recuperada en la excavación arqueológica del nº 4 de la calle Manuel María González Ángel, antigua casa de los Pérez de Gallegos, y de entre los siglos XIV-XV, una curiosa muestra de anillos y collares de azabache de las tumbas exhumadas en la calle Caracuel nº 9 y 13, a la espalda del convento de Santo Domingo.

Gracias por tanto al cumplimiento de la legislación en materia de urbanismo y patrimonio, y al trabajo del colectivo de arqueólogos profesionales, podemos hoy disfrutar de un patrimonio que es de toda la sociedad.

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