Las últimas lluvias del mes de octubre sitúan a los embalses de la provincia al 63% de su capacidad. El copioso último mes alimenta el optimismo dentro del sector agrario que no quería repetir el seco otoño de 2017. No hay que olvidar que en estos días muchos agricultores están inmersos en las siembras de los cultivos otoñales y de invierno, eminentemente el cereal, la patata, la remolacha y la zanahoria, de ahí que las precipitaciones caídas en las últimas semanas son un colchón significativo en todo este proceso.

En Jerez, octubre, según datos de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, ha dejado en la ciudad 112 litros por metro cuadrado, una cantidad muy superior a la media habitual en este mes, que suele ser 72 litros.

En todo el mes, destacaron los dos últimos días, 30 y 31 de octubre, que se saldaron con 20 litros cada uno, y el día 20, cuando se registraron 22 litros. En total han sido trece los días con precipitaciones.

El pasado año, por su parte, las cifras fueron similares, aunque menos repartidas, ya que en 2017, en sólo tres días, 17, 18 y 19, se registraron 96 litros. Fueron lluvias torrenciales que se hicieron notar en toda la ciudad con numerosos desperfectos e inundaciones en muchas zonas de la misma.

Estos más de cien litros han servido para recuperar el nivel de los pantanos de la zona, que no obstante, acumulan bastante cantidad de agua debido a la excelsa primavera de 2018. Hay que recordar que marzo, abril y en menor medida mayo fueron especialmente lluviosos, tanto que según datos ofrecidos por Aemet en su sede del Aeropuerto de Jerez, en esta estación del año se recogieron en Jerez 361 litros, sólo superado en la provincia por Tarifa, con 381 y por supuesto con Grazalema, con 1.780 litros. En Jerez fue la segunda primavera más lluviosa desde 1971.

La situación, por contra, ha variado considerablemente con respecto a estas alturas del año en 2017, cuando a principios de noviembre, los embalses de la cuenca del Guadalete y Barbate se encontraban al 40% de su capacidad, un dato que por aquel entonces encendió la luz de alarma entre los agricultores. El pasado año, el único que conservaba su medida era el pantano de Arcos, que estaba al 92%, todo lo contrario que el de Bornos, al 16%; el 33% de los Hurones o los 36% de Barbate y Celemín, por citar algunos de los que acumulaban parámetros más bajos.

Ahora, la media se sitúa en un 63,2%, es decir, están acumulados 1.151,87 hectómetros cúbicos (por los 726,71 que había el año pasado por esta misma fecha). No hay más echar mano de la estadística histórica para comprobar que estos días, en comparación con el pasado año, el nivel de precipitación acumulada (dentro del año hidrológico) en cada uno de ellos es como mínimo el doble con respecto a esta misma fecha en 2017. Solamente el embalse de los Hurones no cumple ese parámetro, ya que curiosamente, sólo ha recogido en estos dos últimos meses 10,4 litros por metro cuadrado cuando en 2017 en esta misma fecha se llevaban sumados 69.

En el otro lado de la baraja están el embalse de Guarranque, el de Celemín o el de Almodóvar, que han multiplicado el agua embalsada con respecto al pasado año por 7 y por 9.

A día de hoy, a nivel de pantanos, el que mejores datos presenta es el de Arcos, al 93% de su ocupación; seguido de Guadarranque, al 77%; Zahara y El Gastor, al 74%; el de Redondo, al 67%; los embalses de los Hurones y Guadalcacín, al 61%; y el embalse de Barbate, al 60%.  Al 58% está el de Bornos; mientras que al 55% se encuentran los de El Celemín y Almodovar.

De todos ellos, destaca el nivel del más grande de toda la provincia, el de Guadalcacín, que se sitúa por encima de la mitad, es decir, con 485,66 hectómetros de los 800 totales de capacidad.

De cara a los próximos días, las previsiones no hablan de mucha precipitación, dejando en lluvias esporádicas estos primeros días del mes de noviembre, cuya media habitual es de 96 litros por metro cuadrado.