A la vuelta de la esquina

El paraíso

En el Teatro Falla de Cádiz, a las últimas filas de arriba le llaman ‘el paraíso’.  En Jerez le llamábamos ‘el gallinero’, por aquello de estar en lo más alto del anfiteatro. Gallinero o paraíso, ambos son lugares populares. Hay otros paraísos en donde no pueden entrar las clases populares: los paraísos fiscales. Este paraíso es de ricos, y los que alojaron allí sus dineros, van a ser amnistiados. Han disfrutado del paraíso, y ahora los tratan como a delincuentes, con una amnistía que sólo se concede a los culpables de algo.

Todas las filosofías de la felicidad tienen  su paraíso, que es un lugar de futuro, alcanzable si durante un tiempo anterior se cumplen determinados preceptos, generalmente de sacrificios y abnegaciones.

Ángel Pestaña fue diputado del Partido Sindicalista por la provincia de Cádiz en las elecciones de 1936 dentro del Frente Popular. Pestaña fue secretario de la CNT desde el año 1929 a 1932. Viajó a Moscú y cuando regresó hizo un amplio informe sobre la situación, con la que no estaba conforme, debido al sacrificio de la libertad para conseguir la igualdad de los ciudadanos, meta loable, en el paraíso soviético.

El paraíso siempre se identifica con jardines frondosos, riachuelos de agua fresca, animales fieros calmados. Los Campos Elíseos, es el paraíso griego. El presidente de la República francesa vive en el Palacio del Elíseo, feliz con su bella esposa, pero con tal de ganar puntos en las próximas elecciones francesas es capaz de desprestigiar y dañar a un amigo como es España. Por su falta de bondad no debería permanecer allí. Y todavía algunos políticos con tal de desprestigiar al anterior gobierno lo justifican.

Los humanos en la tradición judía fuimos expulsados del paraíso. Fuera lo que había era trabajo, sudor y lágrimas.  Jesús Nazareno, antes de morir en la cruz, le dijo a Dimas, el buen ladrón: “... estarás conmigo en el Paraíso”. Una situación real donde no habrá males, maldad, necesidad, tensiones, tiempo. El paraíso es la visión de Dios, lleno de gozo, paz y felicidad. Para ello hay que sacrificar el presente, elegir caminos estrechos y tortuosos. Hay que sufrir en este valle de lágrimas.

Para los muslimes, musulmanes, es un espacio lleno de lujos, de bienestar, con muchas estancias lujosas. Donde las frutas y el vino están a disposición del fiel, donde el agua no se corrompe; con miles de hermosas huríes, dispuestas a servirnos. Un gozo que nunca cansa.

Ahora con los recortes hay muchos predicadores profetas, que nos aplican estrecheces, penurias, pobrezas, sacrificando el presente para lograr una vida mejor dentro de unos años. Para alcanzar el bienestar hay que dejar en la cuneta a miles de personas y ese paraíso será de empleo precario, despido libre, etc. Ese paraíso no merece tanto sacrificio popular.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios