Cuando las paredes son el lienzo

El Gobierno local tiene prohibido el graffiti, a pesar de que este mes se realizará un mural en el Zoo para celebrar la reforma de la entrada principal y la despedida de la elefanta 'Buba'

Cuando las paredes son el lienzo
Cuando las paredes son el lienzo
Ana Ortega Jerez

02 de septiembre 2013 - 07:33

Antoni Gabarre, 60 años. Manuel Caballero, 25. Daniel Pérez, 19. ¿Qué tienen en común estas tres personas? Su pasión por el dibujo. Pero no por un dibujo cualquiera, sino por ese arte urbano llamado graffiti que está a caballo entre el artista y el gamberro. Sus vidas iban en paralelo pero inconexas hasta que 'Pintamuros', programa que puso en marcha el muralista en 2000, escultor y coleccionista de récords mundiales Antoni Gabarre, nacido en Barcelona pero afincado en la ciudad desde hace muchos años. Su vocación artística y su afán socializador de integrar a los jóvenes ha hecho posible que estos aprendan a resolver su problemática a través del 'spray', la brocha y la imaginación. "La tarea que tenemos por delante es hacer ver a la ciudadanía que muralismo urbano no es sinónimo de vandalismo y eso solo se consigue a través de la educación y la sensibilización", afirma Gabarre cuando habla sobre la animadversión que todavía provocan estas prácticas callejeras en la política municipal y en los ciudadanos. "Un muro pintado es un lugar protegido, nadie lo estropea". Y es que estas expresiones populares callejeras, además de ser arte, son historia y cultura, siendo estas enseñanzas las que quiere transmitir Gabarre a sus alumnos, quienes han comprendido que el graffiti no es un fin, sino un medio.

Su tarea educadora no se centra exclusivamente en el arte, sino en los propios alumnos y sus dificultades personales, a través de un trato personalizado. "El arte para mí es una herramienta para llegar a ellos". Por eso, Antoni no se esconde a la hora de pintar ni le importa que le copien sus técnicas, ya que su trabajo como orientador social es conseguir la implicación de ellos a través de la pintura, considerando que es "una herramienta eficaz para resolver conflictos urbanos". Esta labor no se queda simplemente en buenos ratos ante los muros. "Muchas veces les acompaño a los juzgados, hablo con sus padres, les motivo a que vuelvan a los centros educativos", afirma orgulloso mientras cuenta que incluso esos jóvenes que se encontraban en una situación marginal han acabado sus carreras.

No obstante, la desaparición de 'Pintamuros' y todos los permisos para pintar que eso conlleva ha supuesto, a la misma vez, la desaparición del propio Gabarre en la ciudad, que ha formado parte del ERE del Ayuntamiento. "Yo lo único que deseo es que todos los políticos tuvieran un artista incipiente en casa, comprenderían muchas cosas". Es por esto que el muralista se lleva a todos los alumnos que puede fuera de Jerez para darles la oportunidad de seguir desarrollándose, como ha ocurrido con el proyecto cívico-artístico 'Urbanart' en las paredes que rodean la refinería Cepsa del campo de Gibraltar.

A Manuel, conocido artísticamente como 'Shady', siempre le ha apasionado el dibujo. Tantas dotes ha demostrado desde pequeño que sus profesores le han animado a que encamine su futuro hacia el mundo artístico. Pasando por la Escuela de Arte y por la rama de Diseño Gráfico y Fotografía, en la actualidad, su profesión como tatuador no ha diferido de lo que tenía predeterminado. "No recuerdo que haya dejado de lado el dibujo en ninguna etapa de mi vida, ya que esto es lo que me sale en cualquier estado anímico". Los tatuajes que marcan su piel dicen muchas cosas sobre él, pues el realismo y el figurativismo son sus líneas de definición, al igual que la geisha de su hombro y la amazona sobre una cabeza de tigre en su pierna. La "pintura de las personas" es su pasión y su instrumento favorito de inspiración es el retrato, aunque su toque personal e improvisado le acompaña allá por donde pinte. Luciendo una gran madurez propia de los años que lleva dibujando, sabe que el graffiterismo es una dedicación profesional de corta vida, aunque sí suficiente para evolucionar y dedicarse a otras cosas. En Jerez, "dada la prohibición del graffiti", comenta este artista, pocos son los dibujos que decoran sus muros. El parque de Bomberos, antes uno de los lugares acordados en el programa 'Pintamuros', conserva a duras penas una pintura suya. "Es una pena que se haya ilegalizado el graffiti porque se pueden hacer cosas muy bonitas como restaurar edificios que se caen a pedazos y darle un poco de color a la ciudad". Manuel coincide, al igual que Antoni y su compañero Dani, en que esto solo provoca un menoscabo en la libertad de expresión y el libre desarrollo de jóvenes artistas que luchan por ganarse un hueco en la vida, por lo que la única vía que les queda, a parte de la actuación a espaldas de la legalidad, es marcharse fuera en busca de políticas más permisivas y defensoras del arte. Entre risas, "cualquier pared es buena" parece ser el lema de 'Shady'.

El próximo proyecto que les une tendrá como fecha septiembre. El motivo, un mural a la entrada reformada del zoo y, especialmente, un cálido homenaje a la elefanta Buba. Una sabana será el tema principal del graffiti, aunque sus pintores tendrán vía libre en cuanto a estilismo personal. También Gabarre ha propuesto, con motivo del 750 aniversario de la incorporación de Jerez a la Corona de Castilla, realizar mensualmente un mural relacionado con un aspecto tradicional de la cultura ciudadana. "Con ello se busca recuperar espacios degradados y a punto de desaparecer de la ciudad y un reclamo para los turistas y la economía".

Dani, o 'Wezh' entre los graffiteros, es otro de los alumnos predilectos de Antoni Gabarre. Su preferencia por el dibujo y, particularmente por el graffiti, comenzó cuando estaba en el instituto a través del garabato de letras y firmas. Poco a poco, y de forma autodidacta, creció hasta convertirse en lo que él llama "artista visual", pues tiene claro que no quiere vivir del graffiti, sino que éste le sirve para conocer personas, desarrollarse en todos los ámbitos artísticos y moverse por el mundo. De hecho, gracias al graffiti, sus pasos le han llevado a interesarse por la pintura, el diseño gráfico y la producción audiovisual.

La presencia femenina es todavía poca, aunque sí despuntan en el muralismo. El motivo es que los botes de 'spray' están pensados para los hombres por su gran peso y anchura. El peligro que conlleva pintar ilegalmente es otro de los condicionantes que hace que la mujer tenga todavía poca cabida en este mundo. Antoni Gabarre recuerda una frase de Serrat: "Lo están diciendo las paredes, lo están gritando, están pidiendo ayuda y lo hacen protestando, que es pintar".

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