"Lo del parque escénico es una 'joya robada'. Sufrí tanto..."
Una conversación con la última 'niña de El Altillo', la única testigo de una leyenda
Volvemos a 'El Altillo. La casa por donde no ha pasado el tiempo, donde todo se mantiene como antaño. Blanca, la única de las siete hermanas que sobrevive, mantiene su particular batalla contra la desaparición de una época. Esta es su primera entrevista desde hace años.
-¿Cómo se encuentra?
-Para mi edad, 96 años, creo que muy bien. No padezco de nada. El médico, Ibáñez, me ha dicho que de los órganos principales, el corazón, el pulmón, el riñón y el estómago, que como divinamente... Estoy bien. Así es que...
-¿Qué recuerda de sus hermanas?
-Éramos siete hermanas. Yo me he quedado sola, Ya enterramos a Mercedes. Yo ya no creo que viviré mucho, ¿verdad? Pero tengo un amigo japonés, Jiro Okajama, que dice que a estar aquí el día que cumpla los cien años, para celebrarlo conmigo.
-¿Se siente acompañada?
-Vienen a verme mis primas, Luisa y Dacia, las hermanas de Mauricio... Esta segunda es la madre de Begoña García González. Y una prima que quiero mucho, que es Menene Guerrero. Y también Isabel, Viky y Margarita Gilbey... Y mis amigas, muy queridas para mí, Maruja y Purita. Además, tengo un personal estupendo en casa.
-¿No quiere salir?
-¿Salir? No me apetece, la última vez que salí fui al 'El Corte Inglés' para comprarme una ropa que necesitaba.
-¿Por qué?
-Pues porque, aunque me dieran todos los paraísos y maravillas del mundo, nunca los cambiaba por 'El Altillo'. Porque es tal el cariño que le tengo y el amor de una vida aquí durante tantos años que no lo cambio por nada. 'El Altillo' ha sido más que una casa, ha sido nuestro mundo.
-¿Cómo fueron sus padres?
-¿Mis padres? Maravillosos. A él lo ensalzaban mucho. Era un gran señor. Era único. Se casó con una prima hermana, Margarita, porque mis padres eran primos hermanos. Mi madre estuvo enferma mucho tiempo. Tuvo un accidente en un columpio cuando estaba internada en un colegio de Tours, en Francia. Tuvieron que traerla a casa inmovilizada en una camilla y, desde entonces, quedó mal de los riñones.
-¿Quién de las hermanas se carteaba con Brigitte Bardot?
-Se carteaba María. Era por su amor a los animales. Nosotras hablábamos francés e inglés correctamente. Estábamos hablando francés y, de pronto, seguíamos la conversación en inglés. Nosotras, casi toda la vida, hemos hablado en inglés y español.
-¿Cuál fue la institutriz que más les marcó?
-Tuvimos inglesas y francesas. Y había una francesa, fíjate tú, que era imposible lo que decía. Que una vez, uno de sus alumnos le había regalado un chocolate; y ese chocolate lo llevó ella en el bolso de recuerdo toda la vida, en los viajes y todo. Y ese chocolate lo conservó todo en vida y lo llevaba de viaje en su bolso. Dejando eso a un lado, la profesora que más nos marcó fue miss Byrne, que murió aquí en casa con más de cien años. Ya cuando nacieron mis dos hermanas mayores, había aquí una inglesa, miss Burke, que también estuvo con Mauricio una temporada. Muy buena persona. Pero miss Byrne era muy severa. No nos dejaba ni cogernos de la mano.
-¿Tiene un lugar preferido en 'El Altillo'?
- 'El Altillo' tenía una ría artificial, que era el lugar favorito de María, aunque a mí, personalmente, me gustaba toda la finca.
-¿Se sintió retenida en alguna ocasión?
-Nunca me sentí así. Casilda se casó; Mercedes fue novia de Pedro Guerrero, que acabó de jesuita y hoy está beatificado, y María tuvo un novio, Miguel Ángel Ajuria, de San Sebastián. Cada vez que doña María Martínez de Pinillos viajaba al norte, María le acompañaba y se reunía con él.
-Y el 'parque escénico' que le han puesto en terrenos del antiguo Altillo tras la expropiación, ¿qué le parece?
-Sufrí mucho con eso. No se imagina hasta qué extremo. ¡Ver cómo talaban esos árboles...! ¡Pacheco nos ha hecho tanto daño!
-El propio exalcalde dijo que era una 'joya' de Jerez.
-Sí, seguramente, pero, como he dicho alguna vez, era una 'joya robada'.
-¿Ha claudicado?
-Yo no renuncio. Sé que se podían haber emprendido acciones judiciales apartir de la sentencia que reconocía que había confiado en sus abogados, y había sido engañada. Se podía haber impugnado el convenio urbanístico, pero eso hubiera supuesto un largo pleito que me habría hecho sufrir mucho.
-¿Cómo pasaron la guerra?
-Fue una cosa horrible. Aquello fue cruel. Pero creo que fue una venganza especialmente cruel con los pobres y, en general, con todo el mundo, porque fue una guerra de hermanos contra hermanos. Una cosa terrible. La guerra nos hizo perder aquí la juventud. Porque algunas familias bodegueras se fueron a Gibraltar. A nosotras nos ofrecieron viajar a Gibraltar, pero permanecimos aquí.
-Casilda escuchaba cómo fusilaban en la plaza de toros.
-Sí, porque tenía la ventana de su habitación orientada hacia donde mataban a esta gente.
-¿Le hubiera gustado tener descendencia?
-Si me hubiera casado sí, pero...
-¿No tenía ganas de casarse?
-Mi padre siempre decía que yo tenía carácter de soltera.
-Usted y Mercedes sufrieron un robo.
-Hemos tenido varios robos. Robaron una pitillera de oro, muy grande, de mi padre... Y una colección monedas de oro. Y a Juanita, una criada, le quitaron los anillos de oro. La pobre llorando, le habían quitado todo. Tres hombres fueron los que entraron. Nos ataron y amordazaron. Al final, uno de los tres le dio un beso a Mercedes como pidiéndole disculpas por haberle robado.
-¿Le queda algo más por hacer?
-Llevo el timón de 'El Altillo'. Y soy necesaria. Dirijo esto y todo el personal depende de mí.
-¡Qué lástima! Que se pierda todo esto en alguno años.
-Pues sí. En muy pocos años.
-¿Le gustaría llegar a los cien?
-Yo no sé ya si me gustaría. Lo que Dios quiera, porque Dios sabe lo que me conviene. Digo muchas veces: Me gustaría llegar a los cien, pero lo digo sin saber.
-Usted cuenta con la ventaja de la longevidad de los González.
-El padre de Mauricio decía que era cosa del vino. Aparte, yo creo que somos una familia a la que le gusta mucho la naturaleza, respiramos aire puro y hacemos vida sana.
-¿Qué la ha parecido el gesto de los vecinos?
-Nunca me lo esperaba, no lo merezco. Hay que ponerle un marco a ese diploma.Y colocarlo en un sitio bien visible.
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