Carlos Redondo | Párroco de los Cuatro Evangelistas

“Quiero abrir una causa de beatificación para don Carlos”

  • El sacerdote misionero se hace cargo de una de la parroquias históricas de la ciudad

  • San Mateo recuperará su misa dominical del mediodía

El sacerdote Carlos Redondo sentado en la escalinata del altar mayor de San Marcos con el conjunto escultórico de la Sagrada Cena de fondo.

El sacerdote Carlos Redondo sentado en la escalinata del altar mayor de San Marcos con el conjunto escultórico de la Sagrada Cena de fondo. / Vanesa Lobo (Jerez de la Frontera)

—El nuevo párroco de los Cuatro Evangelistas no es un sacerdote que se haya formado y ordenado en la diócesis de Jerez.

—No. Soy de Valencia. A los dieciocho años me fui a Colombia. A Medellín. Allí ingresé en el seminario misionero ‘Redentoris Mater’ que está relacionado con el Camino Neocatecumenal. Lo hice después de estudiar la carrera de música de piano y matriculado en la facultad de Medicina.

—Como buen valenciano, es usted músico.

—Sí (risas). Allí somos de música, petardos y fuego. Es lo nuestro. Pero en cualquier caso, cuando fui ordenado doce años después de haber llegado a Colombia sale una necesidad aquí en España. El obispo de Jerez solicitaba al de Medellín sacerdotes para su Diócesis. Autorizó que viniéramos dos, número que se ha ido elevando en estos últimos años. Este verano, monseñor Mazuelos quiso que viniera aquí a los Cuatro Evangelistas. Tomé posesión el diez de septiembre y aquí estoy.

—Pero ha estado usted antes en la villa de Rota.

—Sí. En la parroquia del Carmen de Rota y en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Costa Ballena.

—La llegada a esta parroquia histórica ha debido de ser para usted toda una sorpresa.

—Pues sí fue una sorpresa. Yo le dije al obispo que no dejaba de ser un cura de fuera. Un misionero más que un sacerdote radicado en una determinada diócesis. Pero él me dijo que ya llevaba cerca de diez años aquí y que conocía la Diócesis de Asidonia como cualquier compañero. Yo quizá si me considero un cura de fuera aunque los de aquí me han acogido siempre muy bien. Pienso que es un gesto por parte de la Diócesis dar este nombramiento a un sacerdote que aunque venga de fuera lo consideran como uno más de aquí. Es un desafío. Una joya que cae en mis manos con estos templos tan históricos. El obispo debe de saber la razón para traerme. En definitiva, es el Señor el que me pone en esta parroquia.

—Con esta carrera tan fulgurante quizá pronto pueda ponerse el solideo y la púrpura.

—(Risas). Para nada. Prefiero ser un cura sencillo al servicio de la Iglesia Universal.

—Esta es una parroquia partida en cuatro templos ¿Eso lo complica todo?

—Es una demarcación muy singular. Históricamente fueron cuatro parroquias. Después solo San Mateo y San Marcos y ahora está todo unificado. Hay muchos conventos de clausura y religiosas como las salesianas o las hermanas de la caridad. Es un barrio donde viven pocos pero hay mucha gente de paso. El que viene no vive aquí. La pastoral tiene que ser inmediata. Uno de los atractivos de la parroquia es que aquí en San Marcos se mantiene la Misa de los domingos a las 21,30 horas. Es la última de las Misas del día de fiesta. Eso me dijeron desde que llegué, que no la tocara. Los días de diario es a las 13,30 horas. Los otros templos se abren con los cultos de las hermandades. Una de las novedades que vamos a poner en marcha es la de recuperar la Misa al mediodía en San Mateo. Lo vamos a poner en práctica a partir de hoy domingo a ver qué tal funciona. Intentamos así dar un poco de vida al barrio de San Mateo.

—¿Qué más proyectos trae usted para la parroquia?

—Otra novedad interesante es poner en funcionamiento una página web de la parroquia. Hoy en día todo el mundo tiene acceso a internet y nosotros también necesitamos estar presentes y hacer más fácil el acceso a los fieles y a quienes quieran tener un contacto con nosotros. Será esta dirección www.parroquia4evangelistas.es. Ahí se expondrán todos los servicios que tenemos. Desde grupos hasta los monasterios que están dentro de la parroquia. Queremos que sea un lugar informativo con horarios de Misas y toda la información. Pongo como ejemplo a quienes quieran casarse o bautizar a sus hijos aquí.

—Es usted además un cura muy comunicativo.

—Efectivamente. Llevamos ya un año y medio con un programa en 7TV y en un canal de Youtube que se llama ‘Vaya usted con Dios’. Es una forma de evangelizar y me gusta la comunicación. Dios existe y cambia la vida de las personas. Y esto hay que decirlo en todos los formatos.

—El templo de San Marcos también necesita una ayuda.

—Efectivamente. Tanto el grupo de los neocatecumenales como los hermanos de la hermandad de la Cena están muy comprometidos en la recuperación de este templo que quizá se ha quedado ahí atrás ya que otros ya han sido intervenidos. Ya don Antonio López tenía intención y yo seguiré en esta línea. San Marcos necesita ayuda porque hay problemas en los techos y humedades. Nos pondremos a trabajar pronto.

—No sé si usted conoció al cura Carlos. Unido siempre a este templo de San Marcos.

—No llegué a conocerlo pero aquí dejó una gran huella. Todos me hablan de mis antecesores y por supuesto de don Carlos. Le tengo que decir que después de habérmelo comentado algunos curas y sobre todo los feligreses, quiero abrir una causa para, si Dios quiere, beatificar y canonizar a don Carlos González García-Mier. Sería el primer sacerdote diocesano santo. Y yo pienso que con la ayuda del Señor se puede lograr. Es un deseo de todos.

—¿Piensa usted en incardinarse en un futuro en Jerez?

—Sigo teniendo una visión muy misional. A día de hoy no es algo que contemple. Me considero misionero y hoy estoy aquí y mañana puedo estar en otro lugar ya no solo de la Diócesis, sino del mundo. Yo me ordené sacerdote para servir a la Iglesia Universal. Sigo teniendo una visión muy misional. A día de hoy no es algo que contemple. Me considero misionero y hoy estoy aquí y mañana puedo estar en otro lugar ya no solo de la Diócesis, sino del mundo. Yo me ordené sacerdote para servir a la Iglesia Universal. Así que estaré donde Dios me diga que tengo que permanecer.

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