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Jerez

¿Qué pasará con la Cartuja de Jerez ahora que se han ido las hermanas de Belén?

  • Comienza una nueva etapa para el monumento, para cuyo mantenimiento y conservación el Obispado trabajará a través de un Equipo Diocesano

  • Se abre un abanico de posibilidades, lejos ya de las restricciones propias de la clausura de las religiosas

  • Hermanas de Belén en Jerez: "Que nos quiten lo bailao"

Una de las hermanas, tras la misa de despedida celebrada este pasado sábado en la Cartuja.

Una de las hermanas, tras la misa de despedida celebrada este pasado sábado en la Cartuja. / Manuel Aranda (Jerez)

Una de las inquietudes que asaltan a las hermanas de Belén es qué pasará con la Cartuja ahora que ellas se marchan. Así lo han manifestado estos días, durante los diferentes actos de despedida que ha celebrado la Diócesis de Asidonia-Jerez como homenaje y agradecimiento a las religiosas. En el monumento han permanecido 22 años, desde el 19 de marzo de 2002 hasta el 19 de marzo de 2024. El espacio no era compatible con el carisma de silencio de la congregación ni era posible tampoco el mantenimiento del edificio, cuando se arreglaba aquí había que seguirá por allí.

Su preocupación también es la de muchos. Es la gran pregunta ahora: ¿qué pasará con la Cartuja ahora que ellas no están? Por lo pronto, seguirá habiendo misa los domingos, asegura el capellán Lorenzo Morant, que ha compartido 15 años de su vida con las hermanas. Más allá de eso, no hay nada claro aún. La "perspectiva" del obispo de la Diócesis Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, "es esperanzadora", dijo en su día. 

El Obispado "está trabajando en cuatro direcciones: conservación, seguridad, culto y proyección cultural, que incluye las visitas", algo tan demandado durante años por asociaciones y ciudadanos. Para ello, se ha constituido un 'Equipo Diocesano para la gestión de la Cartuja de Jerez', para que, bajo la dirección del obispo, y teniendo como presidente al vicario general, "realicen y hagan el seguimiento de cuantos proyectos sean necesarios para la conservación de la vida religiosa y cultural en el Monasterio". Hay que recordar que el equipo diocesano queda constituido por las siguientes personas:

  • Roberto Romero Barello, vicario general de la Diócesis.
  • Manuel Pareja Aparicio, gestor del equipo y miembro del gabinete jurídico de la Diócesis.
  • Alberto Castillo Merino, ecónomo diocesano.
  • Rocío Domecq Domecq, coordinadora de acogida.
  • Gabriel Rubio Romero, coordinador de voluntariado.
  • Lorenzo Morant Pons, capellán del Monasterio.
  • Kevyn Hernando Garnica Rodríguez, director de la Oficina de Obras y proyectos de la Diócesis y párroco de San Andrés de los Albarizones.

Mantenimiento. El compromiso que adquirió la Diócesis al obtener la cesión por parte del Estado es el mantenimiento en relación al uso, y así se ha conseguido en gran medida gracias a la presencia de una comunidad monástica. Al hilo, Pavés asegura que el monumento "mantendrá el culto porque no se va a desacralizar".

Seguridad. "Aquello no quedará deshabitado ni un solo día". Pavés pone como ejemplo los ejercicios espirituales que han realizado allí los seminaristas de la Diócesis. "Todo se está perimetrando para asegurar lo que es más valioso".

Visitas turísticas. Ahora se abre un panorama nuevo al respecto. Ya no están las restricciones que venían por una comunidad monástica y, siendo de clausura, de las más estrictas. El Obispado está trabajando en una programación de visitas que dependen del mantenimiento y de una serie de informes técnicos y ver qué recursos se deben implicar para el sostenimiento y conservación de este edificio.  

El Obispado valorará ahora junto con las administraciones cercanas, Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía, "qué podemos exigir al propietario de aquello que es Patrimonio Nacional, dependiente del Ministerio de Hacienda". 

La marcha de las hermanas ha generado "un hondo pesar" en la ciudad. "La Cartuja, seas creyente o no, es algo muy nuestro. Y ellas rezaban por todos nosotros. Su marcha es devastadora", aseguraba una mujer en la misa de despedida a las hermanas, celebrada el pasado sábado en la Cartuja. 

Su forma de vida, con las restricciones a las visitas, y las diferentes intervenciones en el monasterio, generaron numerosas críticas entre historiadores, amantes del patrimonio y ciudadanos en general. Sin embargo, sus defensores destacan que gracias a sus años de cuidado y dedicación a uno de los principales monumentos del patrimonio, la cultura y el propio paisaje de Jerez, el monasterio se ha mantenido. 

Comienza ahora una nueva etapa para la Cartuja de Jerez, un espacio que el obispo deseaba días atrás que un día vuelva a ser la casa de las hermanas de Belén.  

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