Sucedió en Jerez

Unas 15.000 personas hicieron la ‘mili’ en La Parra en sus 55 años, en gran número jerezanos

  • La desactivación de La Parra se sumó al cierre de los cuarteles de la ciudad, con el daño económico que supuso aquello

Vista aérea del Ala 22 de Jerez con los aviones que daba su razón de ser a La Parra.

Vista aérea del Ala 22 de Jerez con los aviones que daba su razón de ser a La Parra. / Archivo

Buffete Cosano & Asociados Buffete Cosano & Asociados

Buffete Cosano & Asociados

El 30 de junio de 1993 cerraba la base aérea de Jerez, el Ala 22 del Ejército del aire. Aquello sucedió hace 27 años en una época en la que la reordenación de los acuartelamientos en la ciudad, al igual que en el resto del país, experimentaban una transformación para adecuarla a los nuevos tiempos.

La vida de la Parra se cerró tras 55 años de existencia, un recorrido que estuvo íntimamente ligado a la ciudad y por donde pasaron más de 15.000 hombres en su inmensa mayoría jerezanos que decidieron hacer la ‘mili’ en el aeródromo militar. Pero la conexión con la ciudad fue más amplia merced a la constante colaboración de la institución militar tanto en lo cultural como en lo social e incluso en la asistencia en situaciones de catástrofes.

En la mañana del 30 de junio tuvo lugar el acto de despedida con la pasada de tres aviones P-3 Orión a 150 metros de altura exhibición que provocó una gran emoción en los presentes por la fructífera historia que quedó atrás.

La ceremonia de clausura, que incluyó una misa con homenaje a los caídos y especialmente por los militares fallecidos en las operaciones propias de la base en la zona del estrecho, fue presidida por el teniente general Fernando Ostos que se refirió a las causas logísticas que motivó el cierre de la base. 

Desde ese día tan solo quedó un pequeño retén de soldados para custodiar las viejas instalaciones. Por cierto que la bandera estandarte del Ala 22 se conserva en el Museo de Cuatro Vientos (Madrid).

La cita contó con la asistencia de todas las autoridades provinciales, excepto el alcalde de Jerez, Pedro Pacheco mostrando de esta forma su desacuerdo con el cierre y el futuro que tendrían las instalaciones, al final reconvertido en aeropuerto civil y sede de una importante escuela internacional de pilotos.

El mando militar apoyó la desactivación en argumentos de peso como atribuyó la desactivación a dos grandes necesidades, la infraestructura y la proximidad a otra base (Morón) con buenas facilidades, algo infrautilizadas y con una corta distancia al mar de sólo diez minutos de vuelo.

En cualquier caso Jerez perdió otro plus económico, como sucedió también con el cierre de sus dos acuartelamientos del ejército de Tierra, Tempul y Asunción. La creación de la unidad del Ala 22 trajo consigo la llegada de los imponentes P3-Orion para la lucha antisubmarina.

Durante años compartirían el trabajo con los veteranos Grumman, haciendo del Ala 22 una de las unidades de elite del Ejército del Aire. La base militar de La Parra había nacido a la sombra del traslado de las tropas sublevadas del Norte de África al inicio de la guerra civil y, casualmente, sirvió como primer puente aéreo de la historia de la aviación. La posición de Jerez era estratégica.

Entonces el cielo jerezano vio pasar aviones de transporte Ju-52 y Fokker que aterrizaban en la zona de la Zarandilla. La única reminiscencia que queda de aquella base militar en la Asociación de Veteranos del Ala 22 de Jerez, que se hace presente en cuantos actos se desea visualizar el Ala 22. Tal vez el momento más evidente es su participación en el cortejo de la Hermandad de Loreto, advocación que la Patrona de la aviación.

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