Jerez

El pícaro llama a la puerta

  • Aunque la mayoría de las personas que recurre a Cáritas tiene necesidades reales, hay otra parte que se las 'ingenia' para obtener ayuda con artimañas

A menudo, casi a diario, la conciencia golpea y escarba en su búsqueda de la verdad. La desconfianza, la duda, el miedo a ser engañados nos hacen recelar de ayudar a veces a los demás. Y es aquí cuando pagan justos por pecadores. Antonio López es delegado diocesano de Cáritas-Jerez, deán de la Catedral y un experto en picaresca. La detecta casi al vuelo y evita que las ayudas acaben en destino equivocado. Apunta que ante la situación económica y la crisis que todavía perdura, aunque la mejoría de la misma no haya llegado a las capas inferiores de la sociedad, "asistimos a una cantidad de peticiones que en los últimos años ha aumentado de una manera enorme. A raíz de ello, también crece la picaresca, aunque haya existido toda la vida de Dios".

Cáritas no es una ONG, sino que pertenece a la misma Iglesia y se establece en cada parroquia para ayudar a los personas necesitadas. Un apoyo que generan los mismos católicos y que se nutre, sobre todo, de colectas, donativos y de subvenciones para los numerosos proyectos que llevan a cabo. "Pero la mayor riqueza -añade- que tiene Cáritas está en el voluntariado, y es que en España hay 70.000. Es una entidad que está implantada en todo el Estado y que tiene un amplio abanico de formas de ayudar a los demás".

López subraya que aunque la inmensa mayoría de personas que acude a la organización "está realmente necesitada, también hay otra parte que utiliza la picaresca. Y es que la forma de actuar de Cáritas es que cuando una persona viene a pedir una ayuda, nunca se la damos de manera inmediata porque se daría la estafa de forma descomunal. Por el contrario, hay un equipo que evalúa la petición y hay un sistema operativo informático nacional en el que se recogen todas las peticiones que se gestionan. Poco a poco estamos consiguiendo que cada Cáritas actúe sólo en su feligresía".

En España se cree que hay unos 15.000 transeúntes, es decir, personas que viajan de un lado a otro, para buscar trabajo o simplemente, por viajar, "y vienen a Cáritas y lo que buscan es dinero rápido, supuestamente para el billete con el objetivo de moverse. Algo que es difícil de controlar". En las adicciones, viajar es una forma de escape, de ir pidiendo de un lugar a otro. "Uno de los trucos para obtener esta ayuda inmediata es así: le compras el ticket y luego lo revenden", cuenta López.

Otra táctica son los avispados que piden ayuda para pagar el recibo de la luz y del agua, y una vez que se le requiere la factura para comprobarlo, no la entregan o dicen que la han perdido. Con las medicinas, para evitar engaños, se dan vales que son canjeados por los medicamentos en las farmacias. "La verdad es que aquí conocemos un poco a las personas y los recursos que tienen, pero siempre hay casos nuevos cada día". De hecho, López hace una llamada de advertencia a otras organizaciones ya que últimamente, "hemos recibido a personas que entregan informes médicos falsos con los que alegan tener cáncer y así intentar obtener nuestras ayudas. Están hechos por ellos mismos en ordenador, falsificados... Y es un timo que se está haciendo frecuente". Otra picaresca habitual es quien pide para la bombona de butano. Siempre a la búsqueda del dinero inmediato.

"En Cáritas se hace un seguimiento de cada caso, se va a las casas, se interviene en la familia, y ahí es más difícil que puedan timar. El problema llega con las personas de paso, con petición de ayuda inmediata a través del truco de lo urgente". Y de esta forma, recuerda Antonio López el caso de un chaval que decía que necesitaba dinero para el alquiler de su vivienda porque sufría una serie de problemas familiares. "Me pidió que le adelantara el dinero y yo le dije que me diera el teléfono de la propietaria que yo hablaría con ella y luego con Cáritas para tratar su situación. No volvió más". Finalmente, esta persona sí consiguió su 'ayuda' en otras parroquias, logró timarlas.

El delegado diocesano asegura que esta picaresca "ha llegado a quemar a muchos voluntarios y trabajadores de Cáritas. Por ello, cuando los formamos les advertimos sobre estos timos". A pesar de este aspecto, López recuerda que, en su mayoría, el trabajo es positivo, con personas y familias que salen de su precaria situación y que luego se convierten en voluntarios de Cáritas o colaboran con la entrega de comida, a modo de agradecimiento y apoyo a los que están ahora en su misma tesitura. "El 80% de la asistencia benéfica social en Andalucía la lleva la Iglesia", recuerda López, que apunta que los estudios que desarrolla Cáritas "están llevados a cabo sobre datos muy reales, con mucha investigación, exhaustivos. De hecho, son una especie de guía para otras investigaciones posteriores de otras entidades".

Alertan también desde Cáritas de que parte de las personas que piden en el centro, "no les hace falta realmente , ya que algunos de ellos tienen una paga o están bien cubiertos por la familia. Han perdido la vergüenza de pedir y ya se han habituado a ello, como una forma de vida. También hay otros casos en los que hemos tratado de intervenir, gente que no ha querido trabajar porque les compensaba más pedir". "Jerez -concluye el deán- es una ciudad muy solidaria. Aquí la gente es muy generosa", y recomienda dar los donativos a las organizaciones creadas para gestionarlos, más que a las personas necesitadas en sí, "ya que no se sabe bien en qué y cómo se va a invertir esa aportación".

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