El Marco de Jerez cifra en unos 600.000 hectolitros (120.000 botas) el volumen de vino que está dispuesto a entregar para una destilación de crisis, que tendría que ser aprobada por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural. Este volumen es ligeramente superior a una campaña entera de las ventas de vino. Este fue uno de los principales temas que se abordaron ayer durante la celebración del pleno del Consejo Regulador del vino. Los distintos agentes que conforman el pleno están de acuerdo en el volumen del que es necesario desprenderse, pero por el momento no hay acuerdo sobre el factor precio, que ha quedado sobre la mesa. El presidente de la institución, Jorge Pascual, señaló que ese precio podría oscilar entre los 3 y 4 euros hectogrado, teniendo en cuenta siempre que de lo que se está hablando es de vino de 15 grados, lo que permite que acudan a la destilación tanto las cooperativas como las bodegas que estén interesadas.

Hay que considerar que los actuales stocks -esa es la palabra utilizada por Pascual- de vino en las bodegas suponen entre cuatro y cinco campañas normales en el Marco, por lo que desprenderse de este volumen de vino sería un importante alivio para los operadores del Marco, pero tampoco sería una solución definitiva para los excedentes y la grave incidencia que tienen en el normal funcionamiento del sector, como ha ocurrido este año, sin precio en la materia prima y apenas sin ventas reales más allá de las de contrato de larga duración entre bodega y viticultor.

Hablando de excedentes, hay que tener en cuenta que el sector no obtuvo la destilación de crisis solicitada hace poco más o menos un año, ni tampoco el Marco vio cumplidas, ni mucho menos, sus expectativas en lo que se refiere a las posibilidades de arranque que contempla la nueva Organización Común del Mercado (OCM) del vino (las cerca de 3.000 hectáreas solicitadas se han quedado en menos de 200). Con ese panorama, y con la menor demanda que hay para la elaboración de mostos concentrados azufrados -que hay que recordar que en anteriores campañas ha 'retirado' 10.000 botas de la circulación- la destilación de crisis es la única herramienta que le queda al sector para tratar de reducir los excedentes existentes.

A la vista de las últimas polémicas que han sacudido el Marco con el tema de los denominados productos complementarios, entre los que están los mostos rectificados concentrados, Pascual dijo que había informado al pleno sobre este asunto y recordó que su uso comenzó en 1990, después de que una normativa europea prohibiera el uso del dulce blanco popularmente denominado almíbar. Desde entonces se han sucedido diversas normas -con demasiados artículos y anexos, desde su punto de vista- la última de las cuales es de mayo de 2008 sobre edulcoración de los vinos, sin que se hayan producidos cambios significativos por lo que se refiere al uso de estos mostos que ahora la Consejería de Agricultura quiere que se elaboran en origen, [si bien en ningún caso hizo referencia explícita a la Junta].