Juan Lara es un jerezano que pertenece a una familia con mucha tradición flamenca, los Lara. Desde pequeño ha sabido cantar, pero su timidez ha hecho que nunca se dedicara profesionalmente al mundo del cante.

-¿De qué manera se está introduciendo en el mundo del flamenco?

- He hecho varias cositas. He estado con Tío Sordera en un curso, también con mi prima Ana María López en la peña de 'Los Cernícalos', en concursos de saetas y poco más. Aunque siempre canto en las fiestas familiares.

-¿De dónde viene su afición?

- Esto me viene de familia. Soy primo de Manuel Moneo, del Torta, de Pacote y muchísimos más a los que les pasa como a mí, que la timidez hace que no salgan adelante nunca.

-¿Es muy difícil introducirse en este mundo?

- Sí que lo es. Hoy en día hay algunas peñas que ayudan, pero hay que estar día a día luchando sabiendo que te vas a encontrar de todo.

-¿Usted vive del flamenco?

- No. Yo tengo mi trabajo con mi contrato fijo. El flamenco lo tengo como una afición. Siempre ha estado ahí, pero los nervios y la vergüenza siempre han hecho que me eche para atrás.

-¿Qué opina de la mala fama que se le da a los flamencos?

- Las actuaciones son por la noche, y a esas horas hay mucho peligro para cualquiera. Se pueden coger varios caminos, tú lo decides. Hay gente a la que le gusta trasnochar, yo lo respeto todo, no me asusto de nada.

-¿Es necesario irse fuera de España para triunfar?

- Hombre, fuera de España no, pero la capital sí es verdad que te da más oportunidades. Allí hay mucho conocimiento de cante, se entiende de flamenco igual que en Jerez, o incluso más. Aunque si te quedas en Jerez está claro que no te comes una rosca.

-¿Hay en la ciudad suficientes actividades flamencas?

- No hay casi nada, sólo tres o cuatro festivales. Encima el abanico de artistas es muy amplio, por eso la cosa se complica. Tiene que ser que gustes mucho.

-¿Se le dan oportunidades a los jóvenes flamencos de Jerez?

- Pues te voy a contar un caso. Yo estuve en una peña en un concurso de saetas, algunos de los miembros del jurado me dijeron que había cantado muy bien, que les había gustado mucho; vinieron cantaores de fuera y al final me quedé sin opción al premio. Todo el mundo tiene derecho, pero me dolió lo que hicieron.

-¿Cuál es la mejor virtud que puede tener un cantaor?

- Respetar las opiniones y el saber aceptar las críticas.