Jerez

Una querella contra la duquesa de Alba, entre otros, fue el detonante

  • Paula enfureció al negarse su abogado a emprender acciones penales que no tenían "ni pies ni cabeza"

"Menos mal que me llamó un compañero del despacho y me avisó de que Paula venía hacia aquí con cara de pocos amigos; si llego a abrirle la puerta, no sé lo que hubiera pasado". Manuel González Gamero entabló relación profesional con Rafael de Paula hará cuestión de dos meses a través de un amigo común, que les puso en contacto para que representara al torero tras el embargo de un chalé de su propiedad en Sanlúcar de Barrameda.

El letrado jerezano saldó con éxito aquel caso y algún otro que se presentó por el camino, hasta que a principios de semana tuvo el primer encontronazo con el ex torero jerezano, al que anunció que daba por terminada su relación altruista como abogado y cliente, ya que nunca cobró por sus servicios.

Según el relato de los hechos del propio abogado y de otros compañeros de su bufete, el torero se personó el pasado lunes en Comisaría muy alterado porque, según manifestó ante los agentes, quería querellarse contra la Duquesa de Alba, el ex rejoneador Álvaro Domecq y el conocido empresario madrileño Pedro Trapote, al parecer, por airear que estaban ayudándole económicamente.

El comisario habló con el abogado y acordaron que Paula se dirigiese al despacho, donde González Gamero le trasladó su negativa a emprender las pretendidas acciones judiciales como requería el ex torero al entender que tenían razón de ser, y el diestro montó en cólera, profiriendo insultos y amenazas contra todos los presentes.

Álvaro López de Carrizosa, abogado del bufete y testigo, confirmó ayer que el origen de la discusión es la querella que Paula quería presentar contra estas tres personas. "El letrado González Gamero le dijo que no tenía ni pies ni cabeza y que su trabajo ya había terminado, pero Paula no se lo tomó bien", relató López de Carrizosa, sobrino a la sazón de Gamero y autor de la llamada de alerta del jueves que evitó a su tío un disgusto mayor.

Tras el incidente del lunes, López de Carrizosa salió el jueves del despacho en dirección a su casa y vio a Paula en el interior de un vehículo conducido por uno de sus hijos en las inmediaciones de la calle Caballeros. "Me miró amenazante y, tras el incidente del lunes, entendí que se iba a formar el lío, por lo que llamé al despacho para decir que no abrieran la puerta".

Según su relato, "cuando llegué a la puerta de la calle -la del despacho está al fondo de un patio en el bajo al que se accede desde la casapuerta- ya estaba Paula quitándose el cinturón y haciendo cosas raras. Como lo vi con ganas de 'guasa' llamé a la Policía".

En los diez minutos que tardaron los efectivos del 091 en llegar, el ex torero la emprendió a golpes contra la puerta del despacho con la azada y el cuchillo de los que se perpetró, y que había ocultado hasta entonces en una bolsa para no llamar la atención, tampoco la de su hijo, quien tras percatarse de las intenciones de su padre intentó detenerlo sin éxito, pues salió revoleado.

El ex torero fue reducido por los agentes, a los que respondió "con actitud chulesca, pero sin forcejear", explicó López de Carrizosa.

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