Cuando no quieren ir

Reflexiones sobre psicología

La frase ‘Mi hijo no quiere ir al colegio’ se repite en muchas familias

11 de octubre 2011 - 01:00

No es demasiado difícil, encontrar a padres que comentan que a sus hijos no les gusta el colegio, que son idénticos a ellos cuando tenían su edad.

De esta forma suelen renunciar a tomar cualquier tipo de medida para facilitar a los menores un adecuado progreso.

Los objetivos no tendrían que limitarse a hacer cumplir a los menores con los mínimos académicos exigidos por las normativas vigentes, sino que yendo más allá, se debe aspirar a que éstos disfruten y se recreen en su proceso de formación.

No querer asistir al colegio es la primera señal para iniciar un proceso o protocolo de valoración que nos ayude a diseñar la intervención más adecuada con el menor.

Las causas se encuentran frecuentemente dentro del ámbito emocional. Entonces, la negativa a ir al colegio viene motivada por miedos infantiles, apego excesivo a la familia o personas a las que el menor se encuentra vinculado afectivamente.

En algunos casos podemos hablar de fobias si el miedo puede ser concretado en algún aspecto concreto como determinados espacios del centro educativo, la relación con otros niños, con adultos desconocidos, hablar en público, salir a la pizarra o subir y bajar escaleras por ejemplo.

En otros casos sin embargo, la negativa a ir al colegio puede venir motivada por el miedo del menor a separarse durante el tiempo que ha de permanecer en el centro escolar de las figuras representativas para él. Suelen ser niños en los que se ha fomentado un apego excesivo con las figuras parentales, que han dormido hasta edades avanzadas con sus padres, que no han permanecido bajo el cuidado de otros adultos y manifiestan entonces un excesivo grado de ansiedad ante la separación de los mismos. Este miedo a la separación es evolutivamente normal y precisamente por ello debe ir superándose gradualmente, al tiempo que el menor va progresando en su desarrollo, tendrá que ir progresando en su autonomía e independencia.

Los criterios ofrecidos por la American Psychological Association (Asociación Americana de Psicología) para distinguir si esta ansiedad de separación requiere tratamiento incluyen una ansiedad significativamente superior a la de otros sujetos del mismo nivel de desarrollo, que se mantiene durante un periodo superior a cuatro semanas y provoca malestar significativo en el ámbito académico o en otros ámbitos importantes de la actividad del menor. También el diagnóstico de ansiedad de separación requiere que no se encuentre presente otra enfermedad que pueda explicar más óptimamente los síntomas.

Se estima que este trastorno puede estar presente en un cuatro por ciento aproximadamente de niños y jóvenes y su evolución puede avanzar hacia una fobia social o ansiedad generalizada si no es tratado adecuadamente.

Es muy frecuente que estos niños lleguen incluso a vomitar antes de asistir al colegio. Más tarde suprimen incluso el desayuno para evitar el vómito, mermando así, de una forma decisiva, su rendimiento académico y bienestar general.

El tratamiento psicológico de estas alteraciones incluye numerosas estrategias con las que ya hemos conseguido que muchos menores lleguen a disfrutar e incluso a divertirse asistiendo a clases y relacionándose con sus compañeros y profesores.

stats