"No quiero dinero ni nada, sino que esto no vuelva a ocurrir"
Un jerezano mordido por dos ratas narra su odisea por varios centros sanitarios donde no había vacuna antirrábica · El SAS niega que haya desabastecimiento
Si ya es un incidente desagradable y hasta peligroso haber sido mordido catorce veces por dos ratas, lo que vivió el jerezano Francisco Javier Jiménez García -denunciado en dos cartas publicadas por Diario de Jerez- durante los pasados días 14 y 15 yendo durante 48 horas por distintos centros sanitarios públicos y privados de la provincia en busca de una vacuna antirrábica que no estaba disponible fue una auténtica odisea. Tras lo ocurrido, ha llevado estos hechos ante el Defensor del Paciente, Defensor del Pueblo Andaluz y Defensor del Pueblo Español, colegios de médicos, Consejería de Sanidad y dirección de Asisa en Andalucía y Madrid.
El Defensor del Paciente ha remitido su caso como una denuncia ante la propia ministra de Sanidad, Ana Mato, aunque Francisco Javier Jiménez insiste en que "esto no es una denuncia para reclamar dinero ni nada, porque yo no quiero nada. Lo único que quiero es que no vuelva a ocurrir". Por su parte, desde el Servicio Andaluz de Salud niegan rotundamente que el hospital de Jerez padezca desabastecimiento de esta vacuna "lo único que ocurrió -señalan- fue un error de comunicación entre el médico que atendió al paciente y el servicio de farmacia". Sea como sea, el afectado remite el correspondiente informa de alta de urgencia donde se indica claramente que "no tenemos posibilidad de administrar vacuna antirrábica por no tenerla disponible en estos momentos. Se consulta con otros centros de salud, no teniéndolas igualmente disponibles".
Pero toda esta historia comenzó el pasado día 14 por la mañana cuando, limpiando el trastero, fue mordido catorce veces por dos ratas que estaban haciendo allí su nido. Tras darles caza y vendarse la mano tuvo que tumbarse porque comenzó a marearse, la mano "que la tenía como acolchada o dormida" se le hinchó y le subió la fiebre a cuarenta grados.
En tal situación se dirigió a la clínica de Asisa ya que, al ser funcionario, pertenece a Muface. Allí le curaron las heridas, le extrajeron sangre para analizarla, le administraron Ceftriaxona y le pusieron la vacuna antitetánica pero no la antirrábica porque no la tenían, así que le remitieron con el correspondiente informe médico al hospital del SAS. "Allí -explica- tampoco lo tenían, ni en los distintos centros de salud donde consultaron". Vuelta a Asisa, donde le extendieron la receta para que la buscara por las farmacias de guardia, pero ésta sólo se administra en los hospitales. "En el hospital de El Puerto, donde tampoco había existencias -cuenta el paciente- consultaron con el de El Puerto Real y el de Cádiz, pero no había una sola vacuna antirrábica en toda la provincia. Ahí estuve, de noche, con fiebre y la mano hinchada recorriéndome en mi propio vehículo parte de la provincia buscando la dichosa vacuna".
A la mañana siguiente le vuelven a llamar de Asisa diciéndole que ya tienen la vacuna pero, tras otra larga serie de gestiones, tampoco se la administran porque llevaba caducada dos meses. Cuando por fin lograron una en buen estado después de interminables trámites burocráticos, ya habían pasado 48 horas y a esas alturas ya podría haber estado incubando la enfermedad. Tras todo lo ocurrido, puso la correspondiente hoja de reclamaciones en Asisa y expuso los hechos en un escrito que ha enviado a las distintas instancias antes mencionadas. Afortunadamente no ha desarrollado la enfermedad de la rabia y las heridas ya se están curando pero él tardará bastante tiempo, si es que lo hace, en olvidar lo ocurrido y su indignación le ha llevado a hacer pública esta auténtica historia para no dormir.
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