Manuel Vázquez Montalbán, creador del famoso detective Pepe Carvalho, fue uno de los autores gastronómicos más destacados en España, tanto por sus novelas negras en las que la gastronomía es un personaje más, como por sus recetarios y ensayos.

Esto escribía el prolífico escritor, Manuel Vázquez Montalbán, en un texto publicado en la revista Triunfo, el 5 de junio de 1976, bajo el seudónimo de Sixto Cámara: ‘Me guiso unos riñones al jerez o una merluza a las uvas. Otras veces me da por tomarme una botella de Barolo a las tres de la madrugada o dos copas de oporto de diez años. Le aseguro que se me pasan las depresiones’.

Este popular novelista y periodista, nacido en Barcelona en 1939, nos visitó en la segunda semana del mes de noviembre de 2000 para inaugurar el II congreso de la Fundación Caballero Bonald, el dedicado a la ‘Narrativa española (1950-1975). Del realismo a la renovación’.

Manuel Vázquez Montalbán en Jerez, junto a Caballero Bonald, en el 2000.

De seguro que no perdió la oportunidad de apreciar nuestros vinos en su origen, como degustar la gastronomía de la zona. Los periodistas no estuvieron muy lúcidos, ya que ninguno le preguntó sobre sus preferencias de los vinos del Marco.

El escritor fallecería de forma repentina, a causa de un infarto, en el aeropuerto Bangkok 18 de octubre 2003.

Beber y comer

La capital de Tailandia fue una de sus ciudades preferidas, y a ella viajó para ambientar su novela ‘Los pájaros de Bangkok’, escrita en 1983.

Vázquez Montalbán era un viajero empedernido, Atento observador de otras culturas y maneras de vivir que para él se sustanciaba en la gastronomía, en el comer y el beber de cada país o región.

En esta historia pone en boca de Carvalho esta afirmación que nos da pie al tema tratado en este Rebusco: ‘El mundo debe a los ingleses el amor a los perros, al jerez, al oporto y a los rododendros’.

Los pájaros de Bangkok (1983).

Sin olvidar que es un buen potenciador de los platos: ‘aquella especie de suave jerez amarillo le sentaba a las mil maravillas al guiso’.

Indagando en sus producciones literarias más destacadas podemos seguir la pista del particular interés del escritor barcelonés por nuestros vinos, además del brandy y el vinagre, tanto para acompañar a las comidas como para condimentar diferentes platos.

En Asesinato en Prado del Rey, de 1987, Carvalho disfruta de un apetitoso menú en el afamado restaurante madrileño Zalacaín: ‘Una cazuela de ostras y langostinos a la sidra, escalopines al vinagre de Jerez y una tarta de arroz a la naranja’.

Portada de ‘Tatuaje’(1974), primera aparición de Pepe Carvalho.

El detective no ponía reparos en degustar la cocina de otro local de la capital, el preferido de la jet, el Jockey Restaurante fundado por Clodoaldo Cortés en 1945. Durante más de tres décadas, fue la cumbre gastronómica española.

En la historia que se cuenta en ‘El premio’, publicada en 1996, se ofrecerá a los comensales un menú muy elaborado. Al postre, ‘milhojas de mango con helado de jengibre’, se le acompañará de un ‘Pedro Ximénez Viña 25’. Que más adelante califica de ‘excelso’.

Dos novelas de Vázquez Montalbán donde Jerez y el jerez están presentes.

Como veremos, estas alusiones al jerez no son hechas de forma gratuita ni planteadas a la ligera, sino que evidencian su especial predilección. Hecho que queda remarcado en la novela que abre la serie de Carvalho, ‘Tatuaje’ (1974): ‘El local olía a riñones al jerez. Carvalho buscó una mesa rinconera desde la que pudiera ver todo el recinto y dejó que el aire espesado por la grasa de los riñones le impregnase las narices, la boca, la lengua. Pidió una ensalada castellana y riñones’.

Como vemos, Montalbán y Carvalho son unos sibaritas.

La novela ‘Los mares del Sur’ (1979).

El premio Planeta de 1979 recaerá en su novela ‘Los mares del Sur’. Una intriga desarrollada en Barcelona.

Uno de los personajes confiesa al detective que se ha pasado al vino blanco: ‘Hasta entonces yo había permanecido aferrado a los oportos y jereces sólidos’.

Más adelante, cuando se describe el interior de una habitación sabemos que en una vitrina hay ‘cuatro copas de jerez’, además una ‘botella mediada de jerez seco barato’ y ‘una botella de coñac Fundador’.

La Cuba de ‘Dios entró en La Habana’ (1998), cuando Juan Pablo II visito la isla, son bien recibidas con curiosidad ‘las dos botellas de Jerez’ de las que es portador, ‘un fino y un generoso’.

Pero no queda ahí los vínculos que Montalbán-Carvalho mantienen con Jerez en el mundo de la ficción literaria. Cuando no tiene la posibilidad de consumir el vino, como en ‘El balneario’, que vio la luz en 1986, se las ingenia para que sean ciertos personajes los que sirvan de vínculo en la trama.

Destaca la excéntrica figura de un ‘señorito de Jerez’, Juanito Sullivan Álvarez de Tolosa.

Este era un ‘enólogo hijo de enólogos, una familia establecida en Jerez desde hace más de doscientos años’.

En esta novela Sullivan describe una audiencia del Rey en Madrid donde asiste el alcalde de Jerez: ‘un socialista duro, de esos que si pudieran nos quitaban los chalets’.

Algo parecido ocurre en el variado grupo de la alta sociedad de ‘El premio’, donde se nos presenta a Beba Leclercq, casada con Sito Pomares, de Pomares&Ferguson, bodegueros de Jerez.

Otro de los asistentes al evento es Lázaro ‘destacado miembro numerario del Opus Dei y posible candidato a la alcaldía de Jerez por el Partido Popular’.

La anécdota surge en ‘La rosa de Alejandría’ (1984). El gallego Pepe Carvalho, de paso por Albacete una fría noche de domingo, pregunta al recepcionista del hotel donde se aloja qué equipos de futbol jugaban ese día en la ciudad, a lo que le responde: ‘Albacete y Jerez’.

Carvalho solo verá la primera parte de ese partido de Segunda B, celebrado el 15 de enero, con un resultado de tres a uno favorable a los locales.

Portada de ‘Las recetas de Carvalho’ (1989).

El gastrónomo

Las recetas gastronómicas de la serie de Carvalho fueron recopiladas en 1989 en el libro ‘Las recetas de Carvalho’, que tras su fallecimiento fue reeditado en 2012 con el título Carvalho Gourmet.

Es también autor de una enciclopedia gastronómica de diez volúmenes ilustrados, que publicó entre 2002 y 2003 con el título ‘Carvalho gastronómico’, donde el jerez y el vinagre son indispensables en algunas recetas, tal es el caso de ‘crepes de pie de cerdo con alioli’ al que se le añade un vaso de ese vino.

Ensayo ‘Contra los gourmets’ (1990).

Entre sus numerosas obras sobre gastronomía destaca ‘Contra los gourmets’ (1990), obra para la iniciación en el mundo de la gastronomía donde despliega su amplio conocimiento gastronómico y recorre todos los alimentos y todas las cocinas del mundo, tanto la española como la cocina internacional, la cocina tradicional y la nouvele cuisine.

En el capítulo de ‘Restaurantes mitológicos’ menciona el amplio menú ofrecido por el escritor francés Alejandro Dumas hijo en Paul Brévant, hacia 1880, que incluía ‘Sorbets au Xérès’.

En ‘A qué llamamos vino’ nos dice que el jerez es: ‘El más famoso vino español fue ‘descubierto’ por los británicos, que empezaron a importarlo sistemáticamente ya en el siglo XIV’.

Y que de él se obtiene un excelente vinagre de vino muy utilizado por la nouvelle cuisine española para el aderezo de ensaladas y verduras al dente.

Su libro ‘Beber o no beber’ (2002).

De Lalo Grosso de Macpherson comenta que a ella se le debe un exhaustivo recetario a propósito del jerez.

Su bien cuidado trabajo, ‘Beber o no beber’ (2002), es, en palabras de su autor, ‘un documento sobre las denominaciones de origen de los vinos de España y algunos pronunciamientos sobre otras bebidas que se han incorporado a la conciencia bebedora de los españoles’.

Los vinos de Jerez tienen un lugar destacado.