Londres, capital del sherry
El Rebusco
Principal destino y gran centro mundial de su comercio
Miles de botas de vinos de Jerez eran almacenadas en su puerto
Una Navidad con Jerez
Paisaje con bodegas
NO creemos exagerar cuando encabezamos este Rebusco con tan llamativo título.
Londres es, además, el lugar neurálgico a donde se dirigen las diferentes actividades promocionales del Consejo Regulador en las últimas décadas.
Campañas que ‘tienen como objetivo principal aumentar el conocimiento de los vinos de Jerez en el mercado británico con el fin último de no solo aumentar el consumo sino también de cambiar la percepción y diversificar el momento de disfrute haciendo redescubrir al consumidor británico el lado más gastronómico de los vinos de Jerez’.
La capital del Reino Unido fue siempre una buena receptora de los vinos de Jerez, tal como queda expuesto por el historiador José Antonio Mingorance en su obra ‘La colonia extranjera en Jerez a finales de la Edad Media (2014).
En el capítulo de su libro dedicado a los ingleses se lee: ‘Dichas relaciones comerciales se inician en el siglo XIV, con la exportación de la lana; seguirá con la venta de hierro del cantábrico y vino y aceite andaluz...’.
Una evidencia de la intensidad de tales relaciones, según este investigador, es la existencia de un cónsul castellano en Londres, así como una colonia de comerciantes de aquel país asentada en Jerez, entre ellos, al menos, tres londinenses.
A pesar de las tensas relaciones que durante siglos hemos mantenido ambas naciones, el jerez siempre ha sido objeto de deseo de los británicos, que lo difundieron por todo su imperio, especialmente durante el siglo XIX.
Esto lo afirma el profesor Juan Rodríguez García en su trabajo publicado en el último número de la revista Historia de Jerez, el titulado ‘Vocación exploradora de la industria vitivinícola de Jerez 1822-2015. Auge, expansión y decadencia’: ‘Londres fue el centro neurálgico del comercio de estos vinos durante mucho tiempo, ya que la gran potencia económica de entonces supo ver en los vinos de Jerez un producto de inestimable valor’.
Según la Revista Vinícola Jerezana (1866) el destino de las exportaciones de Jerez en 1866 era el puerto de Londres con el 61,02%.
En mucha menor escala le seguía Bristol, Liverpool, Glasgow, Leith, Dublín y Cork.
En 1874 se importaron seis millones de galones del apreciado sherry, es decir más de 25.000 millones de litros (más o menos).
No es extraño, por tanto, que la mayoría de las bodegas de Jerez y El Puerto de Santa María tuvieran oficinas y sucursales repartidas por la City en el periodo comprendido entre mitad la segunda mitad del XIX y primera del XX.
Londres olía a sherry
Los Docklands de Londres es como se conoce de forma semioficial a la zona situada en el este y sudeste de la esta gran urbe. Forma parte de los municipios de Southwark, Tower Hamlets, Lewisham, Newsham y Greenwich.
Las dársenas (docks en inglés) eran antiguamente parte del Puerto de Londres, considerado el mayor puerto del mundo hasta la segunda mitad del siglo XX.
El nombre London Docklands se usó por primera vez en un informe gubernamental sobre proyectos de renovación en los años ‘ 70 del pasado siglo.
El muelle de Londres, en la década de 1820, empleaba alrededor de 250 funcionarios en la Aduana, y alrededor de 200 en la de impuestos especiales.
Se extendía sobre una superficie de 120 hectáreas, con espacio para 300 embarcaciones.
Sus amplios almacenes, y bodegas, podían almacenar más de 8 millones de litros de vino. Daba trabajo a más de 3.000 operarios en un día.
El permiso para visitar las bóvedas se obtenía de la Secretaría de la compañía del muelle de Londres. Las personas que deseaban degustar los vinos debían obtener una orden de un comerciante de vinos. Las señoras no eran admitidas después de 13´00.
Este era, ver el grabado adjunto, el gran depósito de existencias de vinos pertenecientes a los Wine Merchants of London.
El 30 de junio de 1849, el muelle llegó a contener 14.783 barriles de oporto; 13.107 toneles de jerez; 64 pipas de vino francés; 10.113 toneles de brandy, y 3642 pipas de ron, entre otros.
Los muelles solían recibir la visita de personas ilustres para participar en catas de vinos y licores. Aunque los productos alcohólicos podían enviarse a través de cualquiera de los muelles, el de Wapping eran un centro para este tipo de comercio.
Un artículo de periódico de 1858 describe una cata de vinos en las bóvedas. La degustación tenía dos propósitos: por un lado, los comerciantes podían utilizarla para animar a los compradores; por otro, mantenerla en los muelles también significaba que el comerciante podía compartir el vino antes de que se pagara ningún impuesto.
Como muestra una ilustración de The Illustrated London News, solían ser caballeros bien conectados que podían acceder a los muelles y contaban con la ayuda de un tonelero para obtener los vinos de los barriles.
Otra colorida ilustración de George Cruikshank, en 1821 muestra a Jerry Hawthorn, Esq. “Probando vino de barriles de los muelles de Londres” con sus amigos.
De la publicación inglesa The Wine&Spirit Trade Review, con fecha de 1964, mostramos dos imágenes. Una el desembarco de botas de vino de González Byass, y la otra una enorme cantidad de botas de jerez que hacían un total de 600.000 botellas. Dos tercios del vino importado a Inglaterra pasa por el puerto de Londres.
Incluso las bodegas jerezanas de M. Gil Galán diseñaron una etiqueta de sus vinos Pale Sherry Dry al estilo inglés con este nombre de ‘London Dock’.
Famosos toneles
La Gran Exposición de los trabajos de la industria de todas las naciones, así se denominaba a la de Londres en 1851, tuvo como bello escenario el Crystal Palace, en Hyde Park.
La revista The Illustrated London News, publicaba en su número de 24 de mayo la noticia de la llegada a esa ciudad, unos días antes, del barco mercante Traveller, procedente de Cádiz, que transportaba cuatro enormes barriles de vino conteniendo jerez.
Estos cuatro ‘Monster Casks of Sherry’, como lo definía el redactor, habían sido adquiridos por el comerciante de vinos John Fowler para ser ofrecido a los visitantes de la Exposición, inaugurada el 1 de mayo.
Los gigantescos barriles fueron fabricados en Inglaterra y llevados posteriormente a España para ser llenados con vino de Jerez. No sin dificultad fueron desembarcados por los operarios de la London Dock Company. El mayor de los cuales superaba los 4.000 litros y el más pequeño, la mitad de esa cantidad.
Otro barril de jerez con historia fue el que fue enviado a Londres en enero de 1957.
El diario español ABC, de fecha 11 de enero de 1957, reproducía en portada una foto remitida por la agencia de noticias Cifra.
En la imagen se podía ver una bota de grandes proporciones junto a un amplio grupo de personas en el momento de su descarga en el muelle norte del puerto londinense.
El pie de foto informaba que los exportadores jerezanos enviaban este obsequio al Lord Mayor de Londres, Sir Cullum Welch, para ser subastado en beneficio de los refugiados húngaros residentes en Inglaterra. En acto protocolario intervino en embajador de España, el duque de Primo de Rivera, el jerezano Miguel Primo de Rivera y Sáenz de Heredia (1904-1964).
Al parecer, la primera docena de botellas, de las 624 que se obtuvieron del contenido de esta bota de oloroso, fueron subastadas por 103 libras.
Más anónimas, pero no por ello de menos valor, eran las botas que el famoso artista americano, Carl Mydans (1907-2004), fotografió en los años ‘ 40 a unas botas de nuestros vinos que esperaban en el puerto para su posterior almacenamiento.
El Lord Mayor en Jerez
Hay constancia que Sir Nöel V. Bowater, ex-Lord Mayor de Londres, y vinculado al negocio de los vinos, visitó jerez a mediados de abril de 1955. Fueron sus anfitriones la familia bodeguera de la Riva.
Unos años más tarde, el 21 de mayo de 1959, lo haría de forma oficial Sir Sidney Harold Gillett, siendo atendido por el alcalde, Tomás García Figueras, y el bodeguero inglés Guido Williams.
Sería nombrado jerezano de honor a la vez que realizó una ofrenda floral al monumento erigido a Shakespeare en 1956.
En 1983, con motivo de dedicarse la XXXVI Fiesta de la Vendimia la City de Londres, la organización invitó a Sir Anthony Jolliffe, y a algunos miembros de su corporación, a participar en la misma.
Por aquel tiempo el sector pasaba por momentos difíciles, lo que no fue óbice para hacer coincidir este homenaje con el inicio de una acción promocional de cuatro años de duración para el mercado británico.
Una bota, en las bodegas San Ginés, lo recuerda.
Los sherry bar
A principios del siglo XVII los locales más famosos de Londres para beber el jerez que Drake se había llevado de Cádiz era la Mermaid´s Tavern, en Cheapside, y la Boar´s Head Inn, en Eastcheap. Lugares donde Shakespeare solía reunirse con sus amigos de la bohemia de aquel tiempo.
Ambos locales desaparecieron en el incendio de 1666.
A partir de los `70 del siglo XX ocuparían su lugar dos locales emblemáticos, como ‘El Vino’, sito en el 47 de Fleet Street, donde se puede beber ‘sherry from the cask’, y el Gordon Bar, en Villiers Street, cercano a Charing Cross.
Este último abrió sus puertas en 1890, y es considerado el bar más antiguo de la City
Luis Gordon (1933-2002), vinculado a una empresa familiar importadora de los vinos de Domecq en los últimos 200 años, lo adquirió en 1972.
Entrado el siglo XXI, donde se percibe la incorporación de nuevos consumidores del sherry, se inauguró en el 2010 el sherry Bar Pepito, en King Cross. Su promotor Richard Bigg, contó con el apoyo de González Byass.
Al que seguiría Drake´ Tabanco, en Fitzrovia.
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