Medio Ambiente

El renacer de una incubadora natural

  • La laguna de las Quinientas, otrora balsa de decantación de la Azucarera, ha disminuido hasta cero la alta tasa de mortandad de las aves acuáticas en la zona en los últimos 3 años

La transformación que ha sufrido la laguna de las Quinientas en tan solo tres años ha supuesto que la zona, tras registrar pesimistas cifras de mortandad de aves acuáticas desde los años ochenta, esté recuperando de nuevo la confianza de las especies que dejaron el lugar después de que el humedal se convirtiera en la balsa de residuos tóxicos de la Azucarera. Este triunfo tiene como protagonistas a asociaciones que denunciaron esta situación durante años, como Ecologistas en Acción, la propia empresa de El Portal, que cambió sus protocolos de actuación, y la Consejería de Medio Ambiente, que destinó una ayuda  de 42.035 euros para sanear el ecosistema. Estas tres 'patas' se reunieron ayer en torno al espacio natural con motivo del Día Mundial de los Humedales.

 

Este terreno, situado al sur del núcleo urbano de Jerez, tiene una superficie de 12 hectáreas y puede llegar hasta los tres metros de profundidad a pesar que hoy día es de poco más de medio metro. Su origen está en una laguna natural de mayor tamaño que se transformó  en la balsa de decantación del agua de lavado de la remolacha de la Azucarera. Este cambio supuso increíbles cifras de mortandad, que por ejemplo entre 2005 y 2011 ascendieron hasta las 2.128 aves muertas. 

 

Ante este panorama, la empresa decidió en 2011 cambiar su proceso industrial, un esfuerzo que necesitó un año después del impulso de la Consejería de Medio Ambiente, que través de las Ayudas a la Biodiversidad destinó una partida de 42.035 euros para "vaciar todo el vaso de agua y eliminar los fangos que tenía acumulados. Tras limpiar la porquería del vaso lagunar y que la empresa dejara de verter, empezó a funcionar con el agua de la lluvia", explicó ayer la jefa de servicio de gestión del Medio Natural de la delegación territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, María Eugenia San Emeterio.

 

Tres primaveras después de la firma del convenio, la mortandad de aves acuáticas se ha reducido hasta cero. En cuanto a la reproducción, San Emeterio reconoció que "no ha sido muy alta. Aquí paraban a reproducirse casi 200 parejas de 17 especies diferentes, mientras que ahora hay unas 20 parejas de 7 especies. Aún así, no hay que fijarse tanto en la cantidad de aves sino en cómo se va desarrollando el humedal, porque en el momento que haya agua esto será una explosión. Ahora mismo está generando la base del ecosistema: la vegetación".

 

Entre las diferentes especies que paraban a reproducirse en Las Quinientas, destacaban tres en peligro de extinción: cerceta pardilla, malvasía y focha cornuda. La experta en medioambiental señaló que "eso se perdió porque cuando intentan criar varias veces y no lo consiguen, dejan de venir. Ahora mismo, el humedal está preparado y listo para acoger de nuevo a esas especies. Eso es en lo que pretendemos trabajar". El último paso de la Administración andaluza tras la recuperación de las zonas, según reconoció San Emeterio, es "ceder la gestión a entidades, empresas o asociaciones que gestionen ese territorio y le hagan custodia, vigilen y controlen sacándole rendimiento ecológico y divulgativo de conservación".

 

Pero, ¿por qué es tan importante la existencia de humedales? Cuando todas las aves se van acercando para cruzar hacia África por la provincia, debido a que es la zona más estrecha entre los dos continentes, llega un momento en que necesitan una 'área de servicio' para coger fuerzas, o, por contra, un sitio donde descansar tras llegar de África. De ahí la importancia de que haya un montón de lagunas y terrenos a disposición de las aves. 

 

Desde Ecologistas en Acción, Juan Clavero reconoció ayer que "es una alegría celebrar el Día Mundial de los Humedales con la recuperación de uno de ellos, porque en los años 80, cuando se convierte en una balsa de decantación, la fauna no desaparecía sino que moría sistemáticamente". "Gracias a las denuncias y a la colaboración de la Azucarera podemos ver esta imagen, una laguna nueva, con aguas limpias, con poca vegetación porque tendrá una regeneración natural pero que tarde o temprano  se convertirá en una zona de enorme importancia ecológica. Creo que lo que hay que aprender de estos conflictos es que es mejor prevenir que restaurar", apuntilló.

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