Jerez

Un pacto y tres renuncias dieron el acta de concejal a Antonio Conde

La llegada de Antonio Conde (IPJ) a la Corporación municipal puede calificarse de rocambolesca. Lejos queda ya aquella apacible noche en el Hotel Jerez en la que andalucistas e IPJ sellaron su ‘noviazgo’ político. Curiosamente, los líderes de ambos partido en aquel momento ya son historia de ambas formaciones. Si Pacheco fue expulsado del PSA —su propio partido; qué cosas—, Pepe Hurtado, la cara más visible de IPJ por aquel entonces, también salía de forma turbulenta de esta formación netamente jerezana. Los deseos de acometer juntos la “tercera transformación de la ciudad”, de “recuperar el espíritu del 79”, quedaron en papel mojado y, tras la debacle electoral, el pesimismo se apoderó de un pacto que sólo mantuvieron los ediles andalucistas que aguantaron en la barcaza a la deriva que dejó Pacheco con su renuncia al acta de concejal y su posterior salida del proyecto. Además de la del exalcalde —ahora enrolado en el Foro Ciudadano de Jerez—, también llegarían las renuncias de las actas de concejal de Teresa Vega y Rocío Montero, ambas del PSA, lo que permitió un corrimiento de listas que desembocó en Antonio Conde, el primer figurante en la candidatura (como número 7) adscrito a IPJ. En este tiempo, Conde ha tenido más o menos margen de maniobra para llevar sus propuestas al pleno y la relación, con altibajos, no ha sido traumática. En todo caso, ocurrió lo inevitable.

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