Juan Sánchez Valencia 'El Estampío', la ortodoxia del baile
La compañía Estévez & Paños llena el Teatro de la Gotera de Lazotea para recordar al maestro jerezano en el ciclo Noches de San Juan de la Cátedra de Flamencología de Jerez
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"Estampío está justamente en el centro de todo, mantuvo la forma antigua del baile y codificó y estructuró las bases del baile flamenco que estaba por llegar en el siglo XX". Con esta afirmación tan contundente concluyó su análisis sobre la figura del maestro jerezano Rafael Estévez, uno de los protagonistas de la tercera cita del ciclo Noches de San Juan programado por la Cátedra de Flamencología de Jerez en este mes de junio.
A pesar del calor, el público llenó el patio de butacas del nuevo Teatro de la Gotera de Lazotea, un espacio coqueto y acogedor en el que tuvo lugar, en la noche del pasado jueves, esta cita. Redescubrir o conocer la figura de Juan Sánchez Valencia 'El Estampío' era el objetivo de esta conferencia ilustrada, una ponencia que no sólo sirvió a los presentes para tener una perspectiva sobre la vida y obra del bailaor del barrio de Santiago, sino que también puso en valor su faceta creadora. En resumidas cuentas, los asistentes pudieron saber multitud de detalles de la trayectoria artística del maestro pero también saborear algunos de sus bailes, coreografías que tras un arduo trabajo de investigación ha conseguido recuperar la compañía Estévez & Paños.

De su intensas vivencias, Rafael Estévez, que contó con el periodista y presidente de la Cátedra, Fran Pereira, como conductor del acto, el coreógrafo onubense se detuvo en sus inicios, sus primeros pasos vinculados al mundo del toreo e incluso su genealogía, pues no en vano este artista estaba emparentado "con la familia de Paco La Luz y Juan Mojama". Evidentemente, analizó su baile, ahondando en sus creaciones dancísticas como el 'baile del picaor', con el que tuvo gran éxito en torno a 1911, según recoge la prensa de la época, o la farruca o el garrotín, incorporados a su repertorio en 1918.
De una manera distendida y en la que se alternaron datos fehacientes frutos de un excelso trabajo de investigación con anécdotas curiosas que hicieron reír al público, Estévez no olvidó las influencias que pudo tener el Estampío, en especial de Salud Rodríguez 'La hija del ciego' y de Patricio 'El Feo', además de poner en valor su compromiso como bailaor, siendo fiel a una manera de bailar, a una ortodoxia que mantuvo hasta su muerte.

Repasó algunos de los espacios más significativos por los que pasó El Estampío, tanto cafés como teatros, sus más fervientes discípulas, entre ellas la jerezana Rosita Durán, "con esa muero yo", afirmó Estévez, y al mismo tiempo, enumeró a muchos de artistas coetáneos, entre ellos otros jerezanos que hoy por hoy, como La Niña de Jerez o la Rubia de Jerez, son completos desconocidos. No olvidó sus actuaciones por todo el país, y fuera de éste, un capítulo especial, como el dedicado a la enseñanza en su academia de Madrid, en el que destacó su vinculación con los ballets rusos de Diaghilev, que quedó prendado de su baile, llevándolo a París y Londres. Todo fue perfectamente hilado.
El complemento, la recuperación de la farruca y el zapateado, dos obras de arte que nos ayudan a mantener engrasada los eslabones de la cadena del baile. Para ello, contó con la colaboración del guitarrista Claudio Villanueva y del bailaor Yoel Vargas, una pareja que enamoró al público con cada una de sus intervenciones, especialmente con la citada farruca, plena de plasticidad, y el zapateado final, un trabajo minucioso y técnicamente complicado que ambos supieron materializar de forma espléndida.

Los asistentes, entre los que no faltaron artistas de la tierra como Mercedes Ruiz, Santiago Lara, Juan Parra y Angelita Gómez, pudieron disfrutar, al término del acto de un jerez de honor, cortesía de bodegas Willams & Humbert.
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