Las torrijas es un delicioso manjar cuya receta ha pasado de generación en generación y se ha convertido en el dulce estrella de la cuaresma y la Semana Santa. Aunque no hay que olvidarse de otros postres como el arroz con leche o la leche frita. Quizá este sea el que más variedades tiene en función del lugar y la tradición gastronómica típicas, pero sólo hay un secreto muy sencillo para degustar unas torrijas de siempre jugosas y exquisitas que harán que no dejes ninguna en la mesa.
Pasos
- Llevar a ebullición la leche, el azúcar, la canela en rama y la cáscara de limón en un cazo.
- Retirar sin dejar hervir.
- Recortar la barra de pan en rebandas de unos dos dedos de grosor.
- Verter en una fuente la leche del cazo.
- Añadir las rebanadas hasta cubrirlas o darles la vuelta hasta que absorban la leche, durante media hora aproximadamente.
- Transcurrido ese tiempo se rebozan en harina y huevo y se fríen en abundante aceite caliente.
- Escurrir y pasar a una fuente cuando estén doradas.
Presentación
Colocarlas en una fuente donde espolvorearlas con azúcar y canela, y servir calientes. Dependiendo del lugar, la presentación y el toque final varían, ya que tembién se hace con miel, almíbar o mantequilla.
El secreto
Para que queden jugosas y deliciosas no basta con mojarlas en la leche. Resulta esencial que permanezcan en la leche el tiempo necesario. Éste puede variar en función del tipo de pan y de si es del día o no.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios