Los datos finales de la vendimia recién concluida, presentados ayer en el pleno del Consejo, abren la reflexión sobre el futuro del sector, en el que los operadores deben decidir si optan por altas producciones de uva -el gran lastre de las últimas décadas- o por hacer de la máxima calidad el santo y seña de la Denominación de Origen.

En palabras del presidente del Consejo del vino, Beltrán Domecq, "hay que estudiar muy bien que es lo que se quiere para el futuro, pero está claro que el vino de Jerez es calidad y con superproducciones se sacrifica".

Las cifras fundamentales de la vendimia, marcada por una excepcional cosecha, arrojan un incremento de la producción del 76% frente a la campaña anterior, con un volumen final de algo más de 82 millones de kilos de uva, a los que hay que añadir otros nueve millones del último año del ensayo para la elaboración de mostos concentrados rectificados impulsado por la Junta de Andalucía.

El problema, este año, es que la elevada producción alcanzada en el Marco, con un rendimiento medio de 12.411 kilos por hectárea -la campaña anterior se quedó en 7.150 kg/hª- rebasa con creces los 11.428 kilos de tope de calificación que fija el reglamento, que también establece la descalificación de toda la producción de una viña si excede de los 14.225 kilos, caso que se ha registrado en no pocas viñas en esta campaña con el consiguiente malestar de los viticultores.

Es decir, una cosa es la producción total y otra la que se califica para la elaboración de los vinos y vinagres de Jerez -el resto se destina a los vinos blancos de la Tierra de Cádiz y a otros usos-, que tras el filtro de los requisitos marcados por el reglamento se reduce a 62 millones de kilos, unas 86.000 botas de mosto, cantidad más que suficiente para cubrir las necesidades del sector que se estiman en 81.000 botas.

Si la campaña anterior fue extremadamente corta, la excepcional producción de este año ha provocado la descalificación de mucha uva y, de cara a la próxima vendimia, podrían reengancharse en la denominación de origen las 527 hectáreas del ensayo de la Junta, con lo que habría más superficie de viñedo en producción y más riesgo de volver a los excedentes, con lo que según el director del Consejo, César Saldaña, habría que arrancar más viñedo.

Además, Saldaña advirtió de que el viñedo es ahora más productivo por su juventud y disposición en espaldera, si bien puntualizó que "se puede querer mucha o poca uva, pero la reflexión debe girar en torno a la calidad", la misma por la que aboga el presidente del Consejo, quien anima a las bodegas a plantearse pagar por el grado en lugar de por los kilos.