La Junta tratará de relanzar el Parque Tecnológico Agroalimentario (PTA) aprovechando los fondos europeos que recibirá la provincia durante los próximos cinco años. Así, entre los proyectos que tiene previsto será la puesta en funcionamiento de una vez por todas del Centro Tecnológico del Vino, un proyecto paralizado desde hace varios años por la situación de quiebra de la sociedad que hasta hace poco más de un año gestionaba este enclave.

Fuentes del organismo autonómico explicaron que está previsto destinar distintas cuantías durante los próximos años para la finalización y puesta en uso de este edificio que se diseñó para ser un instrumento de investigación para el sector vitivinícola de la provincia. En el presupuesto de la Junta para el año próximo hay reservado 100.000 euros, una cuantía exigua eso sí pero se asegura que se incrementará en ejercicios próximos -el organismo autonómico asegura que el "mayor porcentaje de inversión" se recogerá en las cuentas de 2017-. No será la primera vez que se recurra a fondos europeos para la construcción de estas instalaciones puesto que el proyecto ya fue financiado en sus inicios por los Fondos Feder y que, precisamente, tendrán que devolverse en gran parte por no concluirse el proyecto.

Las transferencias que recibirá esta instalación procederán de la llamada ITI (Inversión Territorial Integrada), que engloba a las ayudas estructurales que destinará Europa a la provincia hasta 2020. No en vano, esta instalación se ha incluido dentro las inversiones previstas dentro del programa de desarrollo rural a ejecutar durante el próximo lustro ya que se entiende que el vino puede ser uno de los sectores que sirvan para potenciar la actividad agroindustrial en la provincia.

No obstante, la administración autonómica y el Ayuntamiento tienen que concretar el nuevo modelo de gestión de este enclave una vez que la sociedad creada años atrás se encuentra en proceso de quiebra. En verano, la Junta avanzó su intención de incluir el parque dentro de Tecnobahía, la sociedad que gestiona los enclaves industriales tecnológicos de El Puerto y Puerto Real.

Por lo tanto, se está buscando de manera conjunta una solución global para el enclave y una particular para el edificio, cuyas obras quedaron paralizadas ante la imposibilidad de ponerlo en marcha por su alto coste. De hecho, la obligación de tener que devolver las ayudas recibidas para su construcción, junto a la de otro edificio próximo (el contenedor de empresas), supuso que la sociedad que gestionaba el parque entrara en concurso de acreedores.

Este no será el único proyecto que se pretende financiar con las cuantías asignadas a la ITI. También se quiere potenciar la señalización de rutas de vino en municipios con paisajes de viñas, una línea de ayudas de la que también se beneficiará Jerez.