“Mi segundo disco va a ser muy guitarrístico, mantiene la esencia”
José Quevedo 'Bolita' | Guitarrista
El jerezano acaba de finalizar su primer trabajo sinfónico, un proyecto realizado junto a Joan Albert Amargós para Marina Heredia y la sinfónica de Duisburg
Diez años después de su primer disco, ‘Fluye’, José Quevedo ‘Bolita’ se ha vuelto a meter en el estudio para expresar todo el conocimiento contenido en esta última década. Así ha nacido ‘Fértil’.
–Diez años después vuelve usted a grabar. ¿Ha costado no?
–Bueno, es normal, son muchas cosas. En este tiempo no he parado de trabajar, y también a veces es necesario no grabar tan de seguido, simplemente porque si no, tienes poco que aportar. De todas formas, en medio hice lo de la ‘Caótico Bolita Big Band’, que está ahí, pero al ser una producción compleja, no es fácil sacarla adelante.
–Fértil. ¿Por alguna razón ese título?
–Sí, creo que mi visión y mi guitarra está dentro de ese concepto de la creatividad y de la fertilidad musical y artística, dado que llevo ya muchos años en este mundo. Además, todas esas incursiones que hago con otros géneros y otras músicas, abonan un poco la parte creativa de mi concepto.
–¿Y cómo va a ser este nuevo disco?
–Va a ser un disco muy guitarrístico, la única instrumentación que hay son las palmas y la percusión. He querido hacerlo así, pero bueno, también por intentar llevar en esencia la guitarra de concierto y darle algo más de minimalismo. Hay veces que toda esa esencia se oculta, por eso he prefiero optar por este camino.
–¿Qué tiene de diferente este ‘Fértil’?
–Bueno, en ‘Fluye’, mi primer disco tampoco hubo mucha instrumentación, sólo una colaboración de Jorge Pardo. Quizás mantengo esa línea. Date cuenta que estoy constantemente tocando para cantaores y cantaoras, entonces a veces necesito tener mi momento.
–¿Cuántos temas conforman realmente el disco?
–En total son nueve temas. Hay una sevillana, que se llama ‘Isidro, Manolo, Évora, Pichuli’, que es muy bonita y se la ha dedicado a los maestros de Sanlúcar. En ella intento reflejar el concepto musical de cada uno. También hay alegrías, tanguillos a dos guitarras, hay bulerías, hay un tema en el que he experimentado un poco con delay y cosas así, y una versión en directo que toqué en Granada de ‘La danza del molinero’ de Falla.
–Si algo tiene Bolita es que es no le teme a nada...
–(Risas) Tampoco es eso. La verdad es que soy una persona inquieta, me gusta la guitarra y el cante tradicional porque creo que hay que conocerlos e incluso en los tiempos en los que vivimos, reivindicarlos. Hoy día cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero a mí los mayores me han enseñado que esto tiene un fundamento y unos códigos que tienes que conocer. Ya no te digo para innovar ni nada de eso, pero sí para avanzar. El agua estancada está llena de mosquitos, pero nosotros tenemos que intentar ir despejando la maleza pero sabiendo que es un camino recorrido y eso se debe respetar.
–¿Cree que eso no se está haciendo hoy día?
–Mira, yo veo a chavales que están empezando y que no saben acompañar pa cantar, y sin embargo tocan solos e incluso tienen premios como solistas. ¿Eso que es que los estamos confundiendo? Probablemente. Yo lo comparo con la zapatería. Tú no vas a hacer unos zapatos sin saber primero remendar una suela. Es el trabajo de aprendiz. Eso es lo mismo, no se puede ser guitarrista solista sin conocer previamente todo lo que hay alrededor, simplemente porque eso te va a nutrir rítmicamente y armónicamente.
–El disco entiendo que como se hacen hoy día...
–Juan Palomo (risas). Sí, lo he grabado en mi estudio, ‘El Pampito’, con los medios que tenemos porque hoy las compañías lo quieren todo a cambio de nada y así es muy difícil trabajar con ellos, y más este tipo de músicas, que tienen un público selecto. A veces pienso que si Stravinski, Mozart y demás hubieran nacido en esta época, no sé qué harían. Yo no soy juez para decirte si te gusta más el jamón o la mortadela con aceitunas o si te gusta un seiscientos o un Ferrari. Ahora bien, no me digas que el seiscientos es igual que el Ferrari, porque entonces estás insultando mi inteligencia. Eso pasa hoy día en la música y en el mundo en general.
–Da la sensación de que el público de hoy es menos exigente...
–Lo que sí es cierto es que se lo traga todo y quizás sea porque no tiene un conocimiento previo culturalmente hablando. El público hoy lo aplaude todo, se entusiasma fácilmente.
–Se está volviendo esto cada vez más difícil porque si gente como usted, con una trayectoria larga, tiene dificultades, ¿qué va a pasar con los que vienen detrás?
–Está claro que se necesita un cambio, pero el cambio siempre viene precedido de un meneo, como pasó en las revoluciones. En el mundo de la cultura no sé qué tiene que pasar para que a Bud Bunny le den el premio al compositor del año. Si pasa eso y lo respaldan millones de personas, nosotros no podemos hacer nada y menos los que hablamos de músicas de minorías como el flamenco. Las músicas de raíz son complejas de comprender, e incluso ciertos compositores clásicos como Rajmáninov. Todo eso tiene un público, pero también hay que poner en valor eso y hacer ver a la gente que lo que hay detrás de lo nuestro. No es fácil, la verdad porque si a la gente le gusta consumir esa otra música...
–¿Tiene ya fijada la posible fecha de salida del disco?
–En principio quiero sacarlo antes de final de mes y en formato digital, aunque estoy barajando la posibilidad de hacer alguna copia física, al menos para promicionarlo.
–Cambiando de tema. Antes de actuar en la Bienal el pasado septiembre estaba usted centrado en un proyecto con la Filarmónica de Duisburgo, ¿lo ha terminado ya?
–Sí, la verdad es que ha sido una experiencia muy bonita, sacrificada y difícil pero en la que he aprendido mucho, de Marina y del maestro Joan Albert Amargós. El estreno será el 28 y 29 de junio con la Filarmónica de Duisburg. Estoy muy contento porque de alguna forma he aportado mi granito de arena al repertorio flamenco sinfónico, que salvando lo que hizo Manuel de Falla, poca cosa hay.
–¿Y cómo llegó hasta ahí?
–En 2023, la Filarmónica de Duisburgo reclamó a Marina Heredia para ser artista residente. Entonces, le proponen hacer una obra sinfónica a medida para ella, que es algo muy potente. Que una orquesta alemana proponga eso, me parece de admiración absoluta y una declaración de intenciones de cara a la música y al flamenco, porque eso en España no ocurre. Ella habló conmigo y me pidió colaborar en los textos y que musicara la obra junto con el maestro Joan Albert Amargós.
–¿Cómo ha encauzado entonces la propuesta?
–Bueno, Marina me propuso que lo hiciera sobre el mundo de los gitanos y se me ocurrió hacer una especie de viaje de una niña gitana desde oriente a Granada. Todo ese recorrido es el que hemos plasmado en la obra, que hemos titulado ‘En libertad’. Ha habido un recorrido cronológico y lo hemos hecho en 35 minutos, que es lo que debe durar una obra sinfónica. A lo largo de ese tiempo se suceden varios movimientos, obertura, prólogo e inicio. Empezamos por tonás y seguiriyas, luego hay alegrías, una nana, una bulería, unos tangos con epílogo.
–¿Es la primera vez que asume un proyecto de este tipo?
–Con la Filarmónica de Bremen ya tuve una experiencia con la Big Band. Ellos musicaron algunos de los temas nuestros y lo tocamos juntos. Esta vez ha sido diferente. Tengo conocimiento básico de escritura musical clásica, pero honestamente no tengo la capacidad ni la osadía de ponerme a ello, por eso contactamos con el maestro Joan Albert Amargós. Además, Joan Albert tiene también un conocimiento máximo del flamenco porque ha trabajado con Paco de Lucía, con Camarón, Vicente Amigo...Entonces, es muy importante que haya una persona que siendo del mundo sinfónico, conozca los códigos del flamenco y que éste no suene a juguete.
–(...)
–Paquito González ha hecho también las piezas claves a nivel del ritmo, de hecho hemos trabajado hace unos días en Granada con los percusionistas de la orquesta porque está claro que todo eso está escrito, pero además tiene un aroma, y el aroma no se puede escribir. Luego también, la dirección de los conciertos va a ser Josep Pons.
–Porque los músicos clásicos, ¿conocen el flamenco?
–Ahora hay mucho más conocimiento y actualmente hay músicos en las orquestas que conocen el flamenco y los ritmos. Hoy todavía hay dificultad, pero poco a poco hay más músicos que lo conocen.
–También ha tenido que crear las letras...
–Sí, ha sido otro reto, porque con los textos, que al final son las letras que interpreta Marina, lo que he intentado crear escenas en mi cabeza para transmitir al espectador diferentes imágenes, algo que también ha hecho con la orquestación el maestro Joan Albert Amargós.
–Y ya por último, ¿qué tiene más entre manos a nivel de producción?
–Pues mira, un proyecto en el que estoy muy ilusionado y me encanta. Se trata del primer disco del percusionista Paquito González. Es un reto porque hay que darle la importancia que requiere y trabajar también desde otro punto de vista, menos melódico y armónico y más percutivo. La verdad es que es uno de los proyectos más chulos.
–He visto que la saga continúa...
–Bueno, mi hijo está ahí, está aprendiendo, se está formando. Va poco a poco y como le gusta...Ya el tiempo nos dirá.
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